Los graffitis de la parte posterior de la Iglesia de Santa Catalina fueron denunciados por la oposición en un Pleno. Un ciudadano le pide al Alcalde que tome medidas para que no se atente contra el Patrimonio.

 



      La oposición lo denunció hace unos meses en el transcurso de un Pleno. Hace unos días, José Sánchez Amorós se dirigía al Alcalde a través de una instancia diciéndole que tome medidas para que los graffitis no vayan a más en los muros laterales y posteriores de Santa Catalina. Cuando mayor es la sensibilidad de las personas, más grande es la irritación que produce ver este tipo de gamberradas.

   Sánchez, que es un amante del arte de su pueblo, me llamó indignado. "No se puede consentir semejante atentado contra nuestro Patrimonio", me decía. Lo más preocupante es que la superficie pintarrajeada es cada vez mayor. Quiere esto decir que los que pintan se ven seguros en su faena.... que nadie los va a molestar. De lo contrario...'no iría la cosa a más!.

    Vamos a ver si hacemos llegar al Alcalde que adopte las medidas pertinentes para que no se siga atentando contra nuestro cada vez más escaso Patrimonio. Controlar en Barcelona, Chicago o Madrid quien hace graffitis es posible que lleve algo de tiempo.

    Pero, ¡aquí!, de querer, en menos de  veinticuatro horas tienen ustedes a los padres de estos chicos en el Ayuntamiento advirtiéndoles que sus queridos vástagos están realizando pintadas que cuesta mucho dinero eliminarlas, dinero que tendrán que abonar además de la correspondiente multa.

   Por favor: si son tan amables, no repitan otra vez esa frase tan socorrida que  vienen empleando para justificar la inacción: "es que no se puede hacer nada". Sean consecuentes y digan la verdad: "no nos sale del forro hacer nada para que dejen de pintar".