“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

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Por eso nos hemos visto obligado a crear un nuevo blog para poder seguir exprensándonos de forma libre. Aquí está la nueva dirección.

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lunes, 20 de agosto de 2012

Entre la “Champions League” de Zapatero y los “numeritos” de Sánchez Gordillo se cumplen cinco años de crisis que, por sus efectos nocivos, mas bien parece que haya pasado un siglo.

              Todos los medios  de comunicación se hicieron eco, hace unos días, de una triste efemérides: cinco años de crisis económica, financiera y, por ende, política y social.  El 9 de agosto de 2007 salía a la luz pública lo de las hipotecas subprime cuando el Banco francés “BNP Paribas” suspendía “tres de sus fondos ante la falta de liquidez derivada del impago de hipotecas de alto riesgo en EE.UU.” Nadie sospechaba la que se nos venía encima: una depresión de caballo mucho mayor que la ocurrida en los años 30. Se cumplen ahora cinco años de una verdadera catástrofe que ha hecho caer bancos, empresas, gobiernos y, lo más grave, ha dejado a muchos en el paro y con serias dificultades para llegar a fin de mes.

              Nos habían vendido, y muy bien por cierto, la moto del Estado del Bienestar  en una operación que, antes o después, haría bueno  el conocido adagio de “pan para hoy y hambre para mañana” al ofrecernos caramelos envenenados como era “dar préstamos a clientes que no tenían o tenían escasas posibilidades de hacer frente al compromiso adquirido con un Banco o Caja si la cosa se torcía”. ¿Les suena esta situación que parece que solo se daba solo al otro lado del Atlántico? Fue el fin de una burbuja inmobiliaria y el inicio de un tsunami de proporciones gigantescas que nació, creció y se desarrolló a partir del 2000 con unos tipos de interés muy bajos, que a todos nos hizo vivir por encima de nuestras posibilidades. La explosión llegó en el 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers. Lo demás… ¡vino solo! como consecuencia  de unos banqueros y unos políticos  inconscientes que se limitaron a negar la crisis cantando, como los juglares, las alabanzas de una economía irreal y ficticia. Éramos los  mejores de la “Champions League”, en palabras de un Zapatero y de su pupilo Pedro Solbes quienes se empeñaron en hacernos creer “que no había crisis” en una estrategia de salvar los muebles de  su partido en vez de dedicarse a apuntalar a una nación que se tambaleaba por todas las partes. El que si lo sabía, Pizarro, tuvo que irse.
         Lo hasta aquí expuesto son datos generales. A nivel  local les contaré que en agosto del 2007, después de redactar un proyecto de viviendas en un solar cerca de la Plaza de Toros de Villena”, obtener la Licencia Municipal y después de haberle concedido una Caja el préstamo hipotecario al promotor para llevar a cabo las obras, estas ….¡¡nunca se iniciaron!!. Pregunté las causas del por qué estando concedido el préstamo, la obras no se iniciaban. La respuesta fue tajante: el promotor tenía que presentar, como mínimo, el 50% de los contratos de venta, de lo contrario no habría financiación.  Hasta esa fecha, los contratos se presentaban a la entidad bancaria y las obras daban comienzo.


       ¿En qué había cambiado pues la situación para que la entidad bancaria paralizara, de la noche a la mañana, la operación? Los contratos…¡tenían que ser firmes!!. Pero, pregunté, antes…. ¿cómo se hacían estos contratos? Respondieron que de forma ficticia. ¿de forma ficticia? … ¿como puede ser esto? Si. Si señores. Vivíamos en un mundo ficticio. No se si alguien llamó la atención de lo que nos podría venir encima  si el sistema económico-financiero se basaba en documentos  ficticios. Las entidades bancarias ….¡no controlaban los contratos!. Por no averiguar no averiguaban si el posible comprador….¡ podría pagar la hipoteca! por la sencilla razón de que cada  semana, que digo, ¡cada hora que pasaba! la vivienda aumentaba de precio, y así las cosas, si el comprador no podía pagar, el Banco se quedaría con un inmueble  fácil de vender  y con un valor mucho mas caro y al alza. Llegaban a darles préstamos a  personas que no tenía ni contrato de trabajo ni remotas posibilidades de  pagar. La historia se repetía, lo mismo que al otro lado del Atlántico.


           Aquello, fue lo más parecido a jauja. En realidad, no era algo ficticio si no más bien un sistema perverso. La actividad era  tan frenética que faltaban solares, ladrillos, albañiles, peones, grúas, acero, cemento, técnicos… Los Arquitectos no daban abasto a redactar Proyectos y los Ayuntamientos hacían el agosto con los ingresos por concesión de Licencias de Obra, de Actividades, Plusvalía... El anuncio del Gobierno, a través de Mª Antonia Trujillo, de la entrada en vigor  del Código Técnico, el 28 de marzo del 2006, aceleró todavía más la elaboración de Proyectos para que a los promotores no les afectara las restricciones que, en muchos aspectos, suponía dicho Código lo que en la práctica favoreció  la especulación y la subida de precios. El dinero no tenía  valor. El negocio estaba en la compra-venta de  solares, locales-comerciales  y viviendas con o sin dinero. Mientras la burbuja se iba hinchando, las Agencias Inmobiliarias crecieron, aquí y allá, como  setas de la noche a la mañana. Hoy, no hay  abiertas casi ninguna de estas Agencias.


            ¿Qué era eso del Código? El Código Técnico era el marco normativo que establecía las exigencias que debían cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad establecidos en la Ley 38/1999  de la Ordenación de Ordenación de la Edificación (LOE). Dicho Código especificaba las Exigencias Básicas de “calidad” que deberían cumplir los edificios en materia de seguridad: seguridad estructural, seguridad contra incendios, seguridad de utilización, habitabilidad: salubridad, protección frente al ruido y ahorro de energía. Daba respuesta a la demanda de la sociedad en cuanto a la “mejora de la calidad de la edificación a la vez que perseguiría mejorar la protección del usuario y fomentar el desarrollo sostenible”….


             Cinco años después, todo  ha  quedado en agua de borrajas. Y lo más jodido, que no sabemos hasta cuando va a durar este vía crucis, con un paro que supera el 25 %  de la población activa y  muchas personas que solo cuentan, para llegar a final de mes, con los 400 € aprobados por Consejo de Ministros hace unos días. Éramos felices. Desconocíamos que significaba el IBEX, las fusiones en frío, la recesión, la prima de riesgo, las hipotecas basura, las acciones preferentes, el Frob, el rescate, la recapitalización… Y sobre todo, desconocíamos que muchos directivos de Cajas y Bancos se habían blindado el futuro con muchos millones de euros cuando estas  entidades habían sido rescatas con dinero público. Es decir, la burbuja era lo más parecido a un puterío. Cuando teníamos trabajo, no teníamos tiempo de ver lo que ocurría a nuestro alrededor. “Me matan si no trabajo y si  trabajo me matan”, dice Nicolás Guillen en su canción.   
                                  
                                                          
   Ha sido ahora, con mucho tiempo libre, por falta de trabajo, cuando hemos descubierto el pastel. Pero ahora…..¡es tarde!. Ahora, que las viviendas han bajado al precio que nunca debieron subir. Parece que se les olvidó que la Constitución deja muy claro en su art. 47 que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. También dice este art. que los poderes públicos….regularan la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.  El problema es, ha sido y será, siempre el mismo: “¿quien controlaba al controlador?”. Analizando fríamente lo ocurrido, desde el 2000 hasta agosto del 2007, es como si los poderes públicos hubieran suplantado a los especuladores. En realidad actuaban como zorros cuidando gallinas mientras nos tapaban  la boca  con préstamos a bajo interés y sin apenas garantías. Tampoco se preocuparon de ver que decía el art. 35  de la Constitución: ….“todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo”….¡que ironía! Por lo tanto, muchos que no  tienen trabajo se están quedando en la calle sin vivienda y con una deuda de por vida con una entidad bancaria  ¡rescatada con dinero público!, es decir,  con el sudor del desahuciado. ¿Quiénes son los especuladores en esta película? 
      La novela picaresca se originó en España a mediados del siglo XVI y tomó su nombre de la figura del pícaro donde se narran una serie de incidentes de la vida del protagonista. El primer ejemplo de la novela picaresca es el Lazarillo de Tormes (1554) de autor desconocido. Trata de la autobiografía de un pillo que sirve a varios amos, aprovechándose de ellos. En un pasaje de la novela, el pícaro le pregunta a su amo que“como era posible que siendo ciego y habiendo acordado comerse las uvas de una en una  supiera que él se las comía de tres en tres”. El ciego le responde: “porque cuando yo me las comía de dos en dos, tu callabas”. Pensábamos que la novela picaresca  era un género en desuso. ¡Estábamos en un error!. Con la burbuja inmobiliaria y sus funestas consecuencias, hemos podido comprobar que ha sido en el siglo XXI cuando este género literario ha alcanzado su máximo esplendor.