No tenía constancia de la enorme riqueza cinegética de nuestros montes hasta que hace unos días me llegó al móvil una foto donde pueden verse una gran cantidad de jabalies abatidos en un solo día de motería. Y creo que no estan todos. El periodo de caza finalizó el pasado domingo y no volverá a abrise hasta el verano. También he visto la foto de un muflón abatido que tiene aspecto de cabra y que es un animal social que vive en rebaños de composición y número variable, según la época del año.
Otra especie que abunda en nuestros campos es el conejo, animal que desde hace unos cuantos años se ha multiplicado de forma exponencial -según la "sucesión" del matemático Leonardo de Pisa, conocido de Fibonacci, para dar solución a un problema de cría de conejos en el siglo XIII- y que esta causando estragos en siembras y todo tipo de árboles. Se trata de un conejo de origen australiano, mucho más resistente que el nacional hasta el extremo de constituir una verdadera plaga. Ya he dicho en otras ocasiones que los agricultores estan descontentos por los daños que estos conejos les ocasionan en sus campos y tambien que se ven impotentes ante la actitud de los cazadores, la Delegación de Agricultura y la de Medio Ambiente.
"Si al daño del conejo le sumamos, me decía hace unos días un agricultor, que no llueve y que los precios de venta son muy ajustados, el año que se nos avecina no es nada alagüeño". Parece que prima más el deporte de la caza que la profesión de agricultor. Es un asunto con la suficiente entidad para que algún partido político se hubiera interesado para que ya se hubiera debatido en Pleno sobre cómo áctuar frente a esta plaga y las medidas a tomar para volver a la normalidad. Estamos hablando de miles de conejos. Hoy, tiene solución. Mañana es posible que se llegue tarde y, como por ejemplo, hay tenemos lo que ocurrió con la invasión del mejillón cebra. El jabalí tambien causa daños cuando sobrepasa el límite y por eso se organizan monterías. ¿Porqué no hacer lo mismo con el conejo?
¡Qué casualidad! Aparece en la foto, de refilón, un funcionario municipal que, a lo largo de casi siete meses, no se ha visto en condiciones físicas aceptables para ir a trabajar. Pero, para cazar jabalíes ¡da la sensación! de que no le duele nada. La falta de interés es uno de los mayores dramas que pademos en la empresa pública. En la privada, ya le habrían dicho: el que está bueno para cazar... esta bueno para trabajar.
No es de extrañar que este tipo de casos le quiten a más de uno las ganas de pagar impuestos. ¿Lo más grave? El daño que ocasionan al resto de funcionarios honestos y trabajadores. ¡Que los hay! Dijo alguien, con mucho acierto, que "lo grave no es el proceder de los malos sino el silencio de los buenos". Y por desgracia, esto el pan nuestro de cada día. Es decir, ser políticamente correctos para no hacerse de mal querer. Si estoy equivocado, pediré disculpas. Pero, querido amigo, "la impresión" que tiene el ciudadano.... es de tomadura de pelo.
¡Qué casualidad! Aparece en la foto, de refilón, un funcionario municipal que, a lo largo de casi siete meses, no se ha visto en condiciones físicas aceptables para ir a trabajar. Pero, para cazar jabalíes ¡da la sensación! de que no le duele nada. La falta de interés es uno de los mayores dramas que pademos en la empresa pública. En la privada, ya le habrían dicho: el que está bueno para cazar... esta bueno para trabajar.
No es de extrañar que este tipo de casos le quiten a más de uno las ganas de pagar impuestos. ¿Lo más grave? El daño que ocasionan al resto de funcionarios honestos y trabajadores. ¡Que los hay! Dijo alguien, con mucho acierto, que "lo grave no es el proceder de los malos sino el silencio de los buenos". Y por desgracia, esto el pan nuestro de cada día. Es decir, ser políticamente correctos para no hacerse de mal querer. Si estoy equivocado, pediré disculpas. Pero, querido amigo, "la impresión" que tiene el ciudadano.... es de tomadura de pelo.
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