El próximo 22 de febrero hará un año que tres olmos centenarios de la Avenida Virgen de Gracia, situados enfrente del Polideportivo "Antonio Amorós", caían al suelo de forma violenta sin ningún motivo razonable ni lógico. Era domingo por la tarde. Hubo muchos comentarios... y de todo tipo. En un pueblo pequeño esto...es inevitable. Unos vieron bien que se ensanchara esta Avenida ya que los árboles estaban afectados por la grafiosis y así se favorecía la circulacion rodada. Otros, por contra, pusieron el grito en el cielo considerando la acción un atentado en toda regla contra la naturaleza.
Hasta hubo quienes se aventuraron a comentar que el que los había derribado, lo hacía recibiendo instrucciones de la Alcaldía. Hubo comentarios para todos los gustos. Lo cierto es que la mayoría de los caudetanos coincidieron en condenar el inusual procedimiento empleado por su autor, un conocido empresario local. El Ayuntamiento, por fín se ha decidido a arreglar el desaguisado después de permanecer una valla y la señal de "Peligro indefinido" junto a la señal de tráfico, nada menos que un año en medio de la Avenida de la Libertad para que algún despistado se las hubiera llevado puestas. ¡Hemos tenido suerte!
Por cierto, todavía estamos esperando a que el Alcalde nos diga cómo ha quedado la cosa, es decir, cuanto costó la fiesta, si se sancionó al infractor, a cuanto ascendió la sanción y si ya pasó por caja para liquidar el coste de los daños causados.... o si, por el contrario, ha salido de rositas. Esta información la he pedido en varias ocasiones, sin resultado positivo. Esta "manía" del Alcalde a ocultarnos los datos de este caso ...¡no le favorece! Tampoco esta justificada la numantina defensa que viene haciendo, cuando la ocasión lo requiere, de quien, de forma violenta, atentó contra la naturaleza con peligro para los que por allí en ese momento se encontraban. Esta extrana actitud, a muchos les da pié para sospechar que el atentado contra los olmos no lo hizo de motu propio.
Hasta hubo quienes se aventuraron a comentar que el que los había derribado, lo hacía recibiendo instrucciones de la Alcaldía. Hubo comentarios para todos los gustos. Lo cierto es que la mayoría de los caudetanos coincidieron en condenar el inusual procedimiento empleado por su autor, un conocido empresario local. El Ayuntamiento, por fín se ha decidido a arreglar el desaguisado después de permanecer una valla y la señal de "Peligro indefinido" junto a la señal de tráfico, nada menos que un año en medio de la Avenida de la Libertad para que algún despistado se las hubiera llevado puestas. ¡Hemos tenido suerte!
Por cierto, todavía estamos esperando a que el Alcalde nos diga cómo ha quedado la cosa, es decir, cuanto costó la fiesta, si se sancionó al infractor, a cuanto ascendió la sanción y si ya pasó por caja para liquidar el coste de los daños causados.... o si, por el contrario, ha salido de rositas. Esta información la he pedido en varias ocasiones, sin resultado positivo. Esta "manía" del Alcalde a ocultarnos los datos de este caso ...¡no le favorece! Tampoco esta justificada la numantina defensa que viene haciendo, cuando la ocasión lo requiere, de quien, de forma violenta, atentó contra la naturaleza con peligro para los que por allí en ese momento se encontraban. Esta extrana actitud, a muchos les da pié para sospechar que el atentado contra los olmos no lo hizo de motu propio.
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