Una sencilla y sensata propuesta para solucionar el problema de las guaridas, digna de tener en cuenta.

   

     Jaime Andrés ha dejado en el blog, en la sección de comentarios, una solución para eliminar las quejas que producen algunas guaridas solución que por su sensatez y sencillez en la aplicación paso a transcribirla para conocimiento de todos ustedes. ¡Hay otras soluciones!.... pero esta parece muy atinada. Dice así:

    "A todos los que justifican estás guaridas les ánimo a que inviten a esos jóvenes a instalarse en locales debajo de sus casas, puesto que a ellos no solo no les molestan sino que los defienden y justifican. 

   Con esto, solucionamos el problema. Porque a quienes les molestan se libran de ellos y a quienes tanto los defienden los tienen debajo "amenizándoles" las noches y madrugadas. 

       No hay mejor cosa que permitir que cada uno tenga lo que le agrada y con ello se evitan enfrentamientos. Por otro lado, si está solución no les conviene (lo cual es casi seguro) habría que aplicar la igualdad de todos a sufrir estás molestias, y no parece serio que solo unos pocos " disfruten" de estos conciertos tan amenos, en perjuicio de otros, que no saben ni conocen las delicias de tan armónico ruido semanal y eso es desigualdad e injusticia social por beneficiar a unos más que otros ciudadanos, cuando todos pagamos los mismos impuestos.

 El reparto equitativo por plazas y calles de estos eventos sociales, debe ser ejemplar y que todos gocen de saborear las "guaridas" fuera de su entorno secular que han sido y siguen siendo, los días de fiestas de moros.

     En fin, para todos los que exigen empatía con los jóvenes, deben predicar con el ejemplo y facilitarles unos locales debajo de sus casas donde puedan dar rienda suelta a sus necesidades hasta altas horas de la madrugada, y así de paso, podrán recordar todas las semanas con su familia y sus hijos los tiempos de su juventud y adiestrar a sus hijos en estos eventos para que cuando les toque el turno sepan hacer tanto o más ruido y molestias a sus conciudadanos, como en su día hizo su papá.

 Yo, por mi parte, confieso que no tengo inconveniente alguno, ni voy a protestar, porque otros vecinos quieran tener bajo de su casa estos amenos conciertos ruidosos, y ni siquiera voy a denunciar al Ayuntamiento por habérseme privado de ese privilegio que tanto vengo disfrutando en perjuicio de otros vecinos que carecen de ese honor y consideración. 

En democracia, todos debemos ser iguales y disfrutar todos de los beneficios de una sociedad que ha hecho de esos eventos un sagrado derecho de los jóvenes, empezando por quien tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de todos sus vecinos como es el Alcalde a quien por cierto, tampoco le vendría mal disfrutar bajo su casa de una guarida de estas tan amenas, dado que por su pasividad ante las quejas de otros vecinos por gozar de ese privilegio, no hace, ni hará, absolutamente nada, (es joven) sino le obligan a través de la justicia por no aplicar las las normas debidamente a sabiendas de su incumplimiento, (creo que esto se llama prevaricar) y así facilitar las posibles denuncias que le caigan por provocar estás desigualdades totalmente injustas y arbitrarias. Ahí lo dejo.".