George
Franklin Gilder, estadounidense, nacido en la ciudad de Nueva York hace casi
ochenta años, licenciado en la Universidad de Harvard, escribió en 1978 el
best-seller “Riqueza y pobreza” considerado como: “lo mejor que se ha escrito
en los últimos quince años en materia de crecimiento económico”, o lo que viene
a ser la biblia del conservadurismo.
Gran inspirador de la política económica
de Ronald Reagan dejó sintetizado en un escrito el decálogo de la revolución
conservadora.
A continuación,
trataré de sintetizarles dicho decálogo.
1) La
mentalidad distribucionista ataca al corazón mismo del capitalismo (la
prosperidad de los demás acaba con la prosperidad propia), al pervertir la
relación natural entre ricos y pobres al conseguir que lo que gana uno lo
pierda el otro.
2) Los
capitalistas son personas deseosas de dominar algo y transformarlo, de resolver
problemas y aplicar la solución al bien común. Son inventores y exploradores y
actúan con rapidez cuando llega el momento.
3) Hay que
permitir a los empresarios que retraigan riqueza por la razón práctica de que
sólo ellos, pueden saber dónde debe ir esa riqueza.
4) En la
medida que el capitalista se alía con el Gobierno y utiliza otros métodos de
fuerza en su afán de predeterminar los resultados pasa a ser “simplemente otro
tipo de socialista, a veces llamado fascista, en vez de un inversor”.
5) Nadie puede desempeñar con igual
eficiencia el papel de los ricos en la asunción de riesgos. Los ricos tienen un
toque anti-Midas que transforma la liquidez timorata y los ahorros sin empleo
en oro, en bienes, puestos de trabajo y arte.
6) La
auténtica pobreza es menos una cuestión de ingresos que de estado de ánimo.
7) El único
camino seguro para salir de la pobreza es el que pasa por el trabajo, la
familia y la fe junto con el matrimonio monógamo. Lo que se necesita son
creencias religiosas y no mitos.
8) Los
programas igualitarios son capaces de destruir familias y comunidades, llevándose
en impuestos las ganancias de los que triunfan, penalizando la ambición y la productividad.
9) La
asistencia social perjudica a quienes la reciben, desmoralizándolos y
reduciéndolos a seres dependientes, adictivos, que pueden arruinar sus vidas.
Incluso las familias más indigentes estarán mejor bajo un sistema de libre
empresa e inversión que acogidas a un subsidio compasivo que no pide nada a
cambio.
10) El Estado de bienestar esa actividad
aseguradora de los sectores público y privado insensibiliza la economía. El
subsidio de desempleo promueve el desempleo; el seguro de incapacidad fomenta
la conversión de pequeños males en incapacidad temporal, y de las incapacidades
parciales en totales y permanentes; los cheques de la Seguridad Social pueden
eliminar la preocupación por los viejos y acabar con los lazos entre
generaciones.
Con estos
cantos a una versión religiosa y casi darwinista del capitalismo vinieron
acompañados de demasiados excesos. La tarta se hizo más grande, pero sólo se
distribuyó en sentido inverso al de la justicia social.
¿Les suena
esto de algo, benditos lectores?
La canción de
hoy del señor Serrat se podía calificar de pequeña rareza en su repertorio. La
singularidad consiste en que el poema original en castellano es del mexicano
Jaime Sabines (1926-1999) modificado por el catalán en una pequeña medida y
pasado a la lengua catalana. Es una poesía directa dirigida al hombre de a pie,
profunda y emotiva. Se titula “La LLuna” (La luna) y pertenece al disco
“Material Sensible “de 1989.
Hay quien la bebe a granel,
quien
toma luna a cucharadas.
Nueva,
llena, al crecer o al menguar
es
buena para sedar.
La
luna da compañía
y
ayuda a desempachar
de
filosofía.
No
habrá amuleto mejor
que
un trozo de luna en el bolsillo
contra
toda clase de maldad.
Más
eficaz que un talismán
será
un pedazo de luna.
Ahuyenta
penas y porta
amor
y fortuna.
Se
puede dar de postre al bebé
y
aprenderá de niño a soñar.
Unas
gotas de luna en la vejez
ayudan
a esperar la muerte en paz.
Pon
debajo del colchón
una
hoja tierna de luna
y
encontrarás a quien tú quieras,
y
harás verdad lo que tú sueñas.
Serás
el titiritero.
Ten
siempre un poco de aire de luna
por
si te ahogas.
Al
condenado en la prisión
dale
la llave de la luna
y
no querrá nada mejor.
Para
el que sufre por amor
y
el condenado a vida,
no
hay más medicina que luna.
si
es con medida…
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