La Plataforma Ciudadana "Caudete se Mueve" estuvo el sábado en el "Día" solicitando ayuga a todos los clientes de este Centro Comercial para recoger alimentos no perecederos destinados a los Campos de Refugiados de Atenas (Grecia)
A todo el que entraba a comprar le entregaban una hoja que decía "que cualquier ayuda, por pequeña que sea, es siempre bien recibida". Los alimentos que necesitan eran los siguientes: arroz, garbanzos, pastas. judías blancas, azúcar, tomate frito, atún en aceite, leche condensada, sal, aceite, leche infantil, papillas de cereales, pañales y productos de higiene.
Yo fui a hacer las fotos por la tarde. Emilia me mostró en un pequeño almacén, las cajas de alimentos que habían recogido por la mañana. No cabe duda que los caudetanos están demostrando que son solidarios con personas necesitadas que tuvieron que huir de la guerra de su país, Siria, y que actualmente malviven en campos de refugiados de Atenas a quienes van destinados estos alimentos.
La solidaridad, humanidad y generosidad de la UE quedó en entredicho ya que no se han cumplido, ni de lejos, los compromisos de acogida de estas familias. Todos, menos Alemania, se han puesto de perfil. En nuestra cada vez más materialista forma de vivir, la ayuda humanitaria y el amor la prójimo parece que no vaya con nosotros. Se nos olvida que "el hambre no avisa nunca, que vive cambiando de dueño".
Es de agradecer a estas organizaciones humanitarias, como "Caudete se Mueve", el esfuerzo que vienen realizando para socorrer a personas que en su huida lo han perdido todo. Se trata de organizaciones de "personas con alma" que le están sacando las castañas del fuego a unos Estados insolidarios e incapaces de atender los daños que ellos mismos provocan o consienten que otros generen por intereses económicos, geo-políticos, control energético... ¡Una auténtica vergüenza!.
Emilia quiere dar las gracias a todos los caudetanos que han mostrado su solidaridad con esta ONg recordándoles que cualquier ayuda es bien recibida por pequeña que sea. También es de agradecer la colaboración del Centro Comercial "Día "que presta sus instalaciones para tan noble fin.
"No me llames extranjero", de Rafael Amor.
No me llames extranjero porque haya nacido lejos,
o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.
No me llames extranjero porque fue distinto el seno
o porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos.
No me llames extranjero si en el amor de una madre
tuvimos la misma luz en el canto y en el beso
con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo,
mejor saber dónde vamos, adónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero porque tu pan y tu fuego
calmen mi hambre y mi frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares,
y un día zarpé de otro puerto,
si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos
y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos,
y los amigos que nos nombran y son iguales los rezos
y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No, no me llames extranjero, traemos el mismo grito,
el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños,
ellos son, ellos son los que inventaron esta palabra: extranjero.
No me llames extranjero, que es una palabra triste,
que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
No me llames extranjero, mira tu niño y el mío
cómo corren de la mano hasta el final del sendero,
no los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas,
de límites, ni banderas, míralos, se van al cielo
por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero, piensa en tu hermano y el mío,
el cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
ellos no eran extranjeros, se conocían de siempre
por la libertad eterna e igual de libres murieron.
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.
No me llames extranjero porque fue distinto el seno
o porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos.
No me llames extranjero si en el amor de una madre
tuvimos la misma luz en el canto y en el beso
con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo,
mejor saber dónde vamos, adónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero porque tu pan y tu fuego
calmen mi hambre y mi frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares,
y un día zarpé de otro puerto,
si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos
y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos,
y los amigos que nos nombran y son iguales los rezos
y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No, no me llames extranjero, traemos el mismo grito,
el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños,
ellos son, ellos son los que inventaron esta palabra: extranjero.
No me llames extranjero, que es una palabra triste,
que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
No me llames extranjero, mira tu niño y el mío
cómo corren de la mano hasta el final del sendero,
no los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas,
de límites, ni banderas, míralos, se van al cielo
por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero, piensa en tu hermano y el mío,
el cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
ellos no eran extranjeros, se conocían de siempre
por la libertad eterna e igual de libres murieron.
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
Los comunistas siempre de por medio
ResponderEliminarSí pero dejan de lado su ideología para ayudar a los demás y es digno de agradecer .Un liberal
EliminarUna imagen de buenas personas dedicando su tiempo a favorecer el bienestar de otras personas, y alguien sólo ve comunistas. Así va esta sociedad, que pena.
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