Puede parecer en un principio ingenuo; alguien creerá que es ridículo esta serie de escritos de carácter histórico-recientes sobre los señores Cánovas, Maura, Primo de Rivera, la Falange y posteriores que escribiré y serán publicados si así lo estima conveniente el señor Chimo Medina, administrador de este acogedor chiringuito.
Ocurre, a mi parecer, que hay un par o quizás tres generaciones de españoles que no han tenido conocimiento más o menos parcial sobre los acontecimientos recientes en la historia de España; las causas: muy particulares de cada uno, quizá una mayoría debido a que estaba prohibido contarla. Mejor no entrar en detalles lamentables.
Las Elecciones Municipales del 12 de abril de 1931 fueron suficientes y decisivas, todos las concibieron como un plebiscito sobre la Monarquía. El fervor republicano recorría el país. Sin embargo, el 5 de abril se anunciaron el resultado de la elección por el Artículo 29 (proclamación automática cuando solo existía una candidatura): los monárquicos suspiraban aliviados, pues por 1.167 concejales monárquicos solo había 194 republicanos; el Conde de Romanones llegó a plantear con esta treta valorar los resultados contando concejales.
Basta un ejemplo, para demostrar lo fraudulento del argumento: Madrid capital, que tenía entonces 952.000 habitantes elegía 50 concejales, mientras el resto de la provincia de Madrid, con 425.000 habitantes, elegía nada menos que 1.677 concejales.
El día 12, a media tarde, comenzaron a llegar los resultados al Ministerio de la Gobernación produciendo consternación; hubo Ministros que lo aceptaron con resignación; La Cierva propone el uso de la fuerza; el propio general Sanjurjo, director de la Guardia Civil no responde plenamente de la actitud de sus fuerzas, ocurriendo que esa noche la Benemérita disparó sobre una multitud en torno al Palacio de Comunicaciones.
Yaa las 4 de la tarde, en la casa del pueblo, se desató el júbilo e incluso se izó una bandera roja. No era para menos: las candidaturas republicano-socialistas habían triunfado en 41 de las 50 capitales de provincia.
El día 13 hubo diversos movimientos pacíficos. Al amanecer del día 14 se precipitaron los acontecimientos: los concejales electos de Éibar, proclamaron la República en el Ayuntamiento, siguiendo el ejemplo de Éibar. Companys proclama la República desde el balcón del Ayuntamiento, y media hora más tarde, en la Diputación, Maciá proclamaba el “Estado Catalán que con toda cordialidad procuraremos integrar en la Federación de Repúblicas Ibéricas”.
En Madrid, a las 3 de la tarde, la bandera republicana ondeaba ya en el Palacio de Comunicaciones y a las cinco la República había sido proclamada en Valencia, Sevilla, Zaragoza, San Sebastián, Huesca, La Coruña, Salamanca. La Cierva todavía proponía la resistencia, pero Gabriel Maura tenía ya preparado el escrito de renuncia del Rey, mientras Romanones se encargaba de los preparativos de la salida del Monarca.
Los miembros del comité revolucionario, reunidos en la casa de Miguel Maura, en la calle Príncipe de Vergara, salen a las seis y media en automóvil para llegar a la puerta del Ministerio de la Gobernación. Allí los guardias le presentan armas y, desde el balcón, proclaman la República. Al día siguiente La Gaceta, ahora de la República, publica la lista del nuevo Gobierno y una amplia Ley de Amnistía.
A la vista de la situación creada y dado el carácter plebiscitario que la opinión había otorgado a esas Elecciones Municipales, es evidente que la legitimidad democrática se impuso a la legalidad de un régimen agotado y corrompido que tampoco había dudado en saltarse su propia legalidad cuando lo consideró conveniente. Una importante dosis de audacia y la falta de respuesta de los mecanismos represivos, permitieron que la República llegara por segunda vez a España entre celebraciones y alegría popular.
POSDATA.- Datos históricos correspondientes al señor Javier Moreno Luzón
"Himno de Riego" interpretado por la Orquesta Internacional de Praga.
Bicentenario de los Sitios de Zaragoza en el Auditorio de Zaragoza, 13 de octubre de 2008.
"Himno de Riego" interpretado por la Orquesta Internacional de Praga.
Bicentenario de los Sitios de Zaragoza en el Auditorio de Zaragoza, 13 de octubre de 2008.
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