A veces no sé si las cosas me las busco yo o son ellas las que me buscan a mi. Todos tenemos cosas que nos hacen feliz. A mi la radio me hace feliz, hacer radio me hace inmensamente feliz, no se por qué... pero para mi no es un trabajo ¡es un forma de vida!. El deporte, por ejemplo, también es de esas cosas que me llenan, me llenan más de lo que pensaba, y he sido capaz de hacer cosas muy duras para poder entrenar y correr por ejemplo la marathon de Bilbao, que ya Chimo se encargó de documentarlo.
He entrenado a altas horas de la madrugada, a las 2:00 horas, con frontal para darme luz por los caminos de Caudete, o a las 6:00 horas de la mañana para poder estar lista a las 9:00 h en La Bomba, con un cansancio infinito acompañándome siempre.
La música también me hace muy feliz, ser música en la Banda, eso es una consecuencia, la Banda para mi es una Escuela que me forma. La Música no llegó a mi hasta que me encontró la Dulzaina. Me encontró por casualidad en una población de Valencia como no, Massalfasar. Allí me encontré con ese pito negro endemoniado, que suena a rayos y que me encanta. Tiene una cantidad de limitaciones que me parecen la cosa mas romántica que he visto nunca.
Romanticismo es aquello por lo que luchas siendo una causa perdida, romántico es aquel que ama algo que sabe que no llega a ninguna parte. No tiene por qué ser eso el romanticismo, es eso para mi nada mas. La dulzaina cumple todos los objetivos románticos de mi vida, es minoritario, tiene una tendencia a sonar desafinado, tan solo tiene una octava y media.. es desagradable..pero me encanta.
La dulzaina es un instrumento de la calle, pensado para la fiesta, para la música incidental, para los motivos festivos, para las juergas. La dulzaina es la más aguda de la familia de las xirimías, donde estaría el bajón (actual fagot), la tenora, la tarota, utilizadas estas, para las collas de castellets en Cataluña. La gralla y la dulzaina son muy similares pero con distintas afinaciones, y todas son especiales....
Que quede claro, la dulzaina no suena mal, los que suenan mal son los dulzaineros.
Instrumento aprendido a través de su historia de padres a hijos, mayoritariamente de oído, sin conocimientos de música. Y eso esta muy bien hasta que creemos que sabemos más que nadie. A partir de ahí empieza a sonar mal la dulzaina... cuando creemos que ya sabemos suficiente, y en la música eso es un grave error.
Actualmente la dulzaina se ha desmitificado mucho debido a las grandes collas de dulzainas de Comparsas de Moros y Cristianos, que con un gran volumen y espectáculo, han creado grupos multitudinarios que suenan más o menos bien, donde unos se escudan con otros, pero eso no es tocar la dulzaina. Y lo dicho, está bien hasta que creemos saberlo todo.
Y es que la dulzaina me ha buscado a mi. No la música... ¡la dulzaina!. Conocida mi afición a este instrumento por un grupo de gente de Caudete, la batucada Capdetum empezó con este tema, la cual nos pidió colaboración ocasional. De ahí salió un grupo de gente interesada en aprender de forma reglada y me llamaron.
Es cierto que la dulzaina me busca a mi. Actualmente somos un grupo de locos en una isla, aprendiendo a tocarla con métodos de solfeo, con metodología de dulzaina aplicada al estudio, con técnicas de respiración, diafragma, embocadura, digitación... estudiamos dulzaina, aprendemos música como cualquier otro instrumento.
Los compañeros son: Maritere, Alfonso, Duna, Verónica y Uriel. Gracias a el grupo Scout damos clase los martes en las escuelas del Ángel, y hemos dado nuestros primeros pasitos en la Feria Medieval. Este pasado jueves hicimos una audición de villancicos en el Lancelot. El objetivo se cumplió: tocar y quitarnos la vergüenza de encima. Todos nerviosísimos, incluso yo.
Creo que pasamos un rato agradable con nuestros amigos y una mesa de chicas que se encontraron con el pastel. Poco a poco estamos dando a conocer una educación reglada de este instrumento, gracias a la "Escuela de Música Tradicional Mal Passet" de Cocentaina donde desde hace dos años estudio dulzaina con el profesor titulado Hipolt Agulló.
Y os aseguro que la dulzaina no suena mal, pero nos empeñamos en no estudiar y en pensar que ya lo sabemos todo. Agradecer a Cristina y a Carmen que nos acompañaron tocando la pandereta. Si alguien se anima , estaré encantada de presentarle la Dulzaina no como instrumento si no como forma de vida. A mi me ha encontrado, y espero que a ti también.
Y os aseguro que la dulzaina no suena mal, pero nos empeñamos en no estudiar y en pensar que ya lo sabemos todo. Agradecer a Cristina y a Carmen que nos acompañaron tocando la pandereta. Si alguien se anima , estaré encantada de presentarle la Dulzaina no como instrumento si no como forma de vida. A mi me ha encontrado, y espero que a ti también.
Muchas gracias por dar a conocer este fantástico y desconocido instrumento. Es cierto que nunca lo sabemos todo de este instrumento y hay que seguir estudiando pero con este y con cualquier instrumento nunca lo sabes todo
ResponderEliminar