En la sección de este acogedor blog en la que actúa como “coordinador” don Joaquín Medina, y un servidor como “animado becario”, titulada “conoce nuestra maldita historia inmediata y no la vuelvas a repetir jodío”, le corresponde el turno a Rodolfo Martín Villa. El de Don Rodolfo es otro caso tan sorprendente como espectacular su carrera político-empresarial-dictadura-democrática, que sólo puede darse en nuestra piel de toro.
Comenzó su carrera política con varios cargos en el Sindicato Vertical de la Dictadura y llegó a ser Secretario General de la Organización Sindical. Más tarde fue Gobernador Civil y jefe provincial del Movimiento de Barcelona. Ya muerto Franco fue Ministro de Relaciones Sindicales en el Gobierno de Arias Navarro. Suárez le nombra en la Transición Ministro de la Gobernación, donde se ganó el apodo de “la porra de la Transición” por la contundencia con que reprimía las manifestaciones.
Durante su mandato como Ministro se produjeron los dramáticos sucesos de los Sanfermines de 1978, cuando la policía entró en la plaza de toros repartiendo a diestro y siniestro con botes de humo y porras para terminar con fuego real. El balance fue de siete heridos de bala. La ciudad se convirtió en un caos que se saldó con 150 heridos, 11 de ellos por disparos de la Policía.
Como consecuencia de los enfrentamientos en la calle falleció de un disparo en la frente Germán Rodríguez, conocido militante trotskista, sin que a día de hoy se haya sabido quien disparó y con qué arma. En el lugar donde los mataron se encontró 35 impactos de bala. A pesar de las evidencias, Martín Villa negó siempre que fuera la policía la que le disparó y eso que reconoció que se hicieron por parte de las Fuerzas del Orden, 130 disparos de bala.
Las imágenes de TVE de las acciones represivas se emitieron una sola vez y fueron destruidas, desaparecieron de los archivos. Parece ser que a Don Rodolfo no le gustaron. Así era la Transición.
Recordaba Martín Villa, con sorpresa y estupefacción, que, yendo a visitar a los heridos en compañía de don Manuel Fraga, un familiar les dijo que si iba a rematarlos. No entendía don Rodolfo a aquel ingrato paisano el gesto del verdugo que, deportivamente, se acerca a la víctima para darle ánimo. Tal vez esperaba el antipático sujeto le recibiera con un abrazo, predisponiendo a las víctimas a una jornada festiva en presencia de las autoridades.
Algo así como “sonreíd, que han venido de visita los señores que mandan en los que os pegaron los tiros para ver qué tal ha quedado su obra”. Y es que la gente es rencorosa a más no poder.
En el mundo de la empresa no le ha ido mal. Entró en 1997 como Presidente de Endesa, que era pública en un 67%, encargándose de su privatización completa durante su gestión siendo presidente Aznar. En 2004 fue nombrado presidente de Sogecable.
La comisión de investigación del Senado que promovió el Partido Popular sobre la guerra sucia contra ETA se suspendió, de forma súbita, cuando tenía que declarar el general Sáenz de Santamaría, máximo responsable de la Guardia Civil en materia antiterrorista en aquellos tiempos, al revelar que declararía sobre el GAL, y todos los demás casos de asesinatos de las cloacas del Estado.
Después de varias conversaciones telefónicas, Rodolfo Marín Villa se reunió con él. Dos días más tarde se suspendió la Comisión. Al parecer le iban a citar como uno de los protagonistas de la película. Creo que se acojonaron. Cabría esperar que al llegar la democracia, personajes tan siniestros fueran, si no investigados, por lo menos apartados de las instituciones, con lo que se crearía un círculo de seguridad sanitario de varios kilómetros a su alrededor. Nada más lejos de la realidad.
Mientras los condenados por el Tribunal de Orden Público, considerado legítimo, siguen siendo, a día de hoy, delincuentes. Su único delito, luchar por la democracia y la libertad. La democracia española nació con una deformación congénita. Muchos de los vicios y aptitudes prepotentes que hoy nos sorprenden vienen de ahí, de ese ADN que transmite por vía genética un estilo, una forma de hacer política, que proviene de aquel tiempo en que todo, como decía León Felipe, “funcionaba como un reloj perfecto”.
POSDATA: La parte humorística del escrito es inspiración del señor Wyoming, y el departamento técnico lo ha conducido el señor Évole. Yo solo me he limitado a reflejar sus ideas.
Ana Belen.
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