Josefina Benito Conejero es una pintora autodidacta que desde muy joven tenía facilidad -o "don", que viene a ser lo mismo- para el dibujo y que ha seguido haciéndolo por el placer de llevar al cuadro lo que le llamaba la atención.
Su marido, Francisco Albertos Conejero, asiduo contertulio del Liceo, me ha contado que copiaba lo que le gustaba ya fuera de un calendario, un cuadro o el dibujo de una revista. Cuando se casaron, Josefina decoró el piso con sus cuadros.
Coincidió que un buen día Paco invitó a un conocido pintor de Monovar -firmaba sus cuadros con el apellido "Vidal"-, para que apreciara lo que hacía su mujer. Cuando vio los cuadros simplemente le dijo "no copies, crea tus propias obras".
A partir de ese día Josefina dejó de copiar sobre tablero y empezó a pintar paisajes, bodegones, retratos, lugares entrañables y emblemáticos de su pueblo. Hasta hoy mismo... En estos momentos lleva en marcha una salida de sol en las Jornetas, un paisaje otoñal y el boceto de dos retratos. No para. Nunca un consejo pudo tener tanta trascendencia.
A partir de ese día Josefina dejó de copiar sobre tablero y empezó a pintar paisajes, bodegones, retratos, lugares entrañables y emblemáticos de su pueblo. Hasta hoy mismo... En estos momentos lleva en marcha una salida de sol en las Jornetas, un paisaje otoñal y el boceto de dos retratos. No para. Nunca un consejo pudo tener tanta trascendencia.
Hace algo más de dos años hizo una exposición en la Casa de la Cultura con el nombre "Antología. El ayer y el hoy". Su nieto Francisco Javier Ortuño Albertos, excelente violinista, con el que tengo una cita que no acaba de cuajar, fue el encargado de presentar la exposición.
De ella destacó "la facilidad que tiene para traspasar al lienzo los colores de la paleta". Cuando le pasó el micrófono, Josefina no se extendió mucho: "me van a perdonar ustedes, pero no tengo facilidad para hablar en público aunque después me tire horas y horas hablando".
De ella destacó "la facilidad que tiene para traspasar al lienzo los colores de la paleta". Cuando le pasó el micrófono, Josefina no se extendió mucho: "me van a perdonar ustedes, pero no tengo facilidad para hablar en público aunque después me tire horas y horas hablando".
Les he traído una pequeña muestra de su obra para que puedan apreciar el arte de Josefina que tiene el mérito añadido de haber pintado lugares emblemáticos y recogido costumbres que ya no existen como la siega o esas mujeres lavando la ropa en el lavadero de la calle Tirso de Molina cuando el Revi todavía no había traído las "lavadoras" al pueblo.
"Romance andaluz", del Duo Dinámico
"Romance andaluz", del Duo Dinámico
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