El presidente de la "Asociación Caudetana de Apoyo a Familiares y Afectados por la Drogodependencia" (ACAFAD), explicó que desde la existencia del ser humano nos han caracterizado una serie de sentimientos innatos, y uno que utilizamos para nuestra supervivencia, siempre ha sido el miedo. En ese contexto, el miedo no es algo negativo, sino que se trata de un mecanismo de defensa que crea nuestra mente cuando percibimos una situación de riesgo.
El problema surge cuando el miedo domina nuestras vidas y sin darnos cuenta se convierte en algo más serio y poco a poco nos va restando calidad de vida. Por ello es muy importante aprender a manejarlo ya que “el miedo nos da vida pero también nos la quita si nos descuidamos por un momento”.
El uso de amuletos puede ser un gran aliado emocional que nos permita asumir riesgos y alcanzar objetivos en nuestras vidas.
De no ser así, el miedo nos inmovilizará y servirá de obstáculo para desarrollarnos, colapsándonos y quitándonos la posibilidad de vivir felices.
Zafrilla, nos apuntó que el miedo aparece todos los días y con frecuencia se manifiesta en la forma de estrés, inquietud, ansiedad e incluso depresión, enfermedad que prolifera hoy en día en un alto porcentaje de la población.
Por eso el especialistas en hipnosis, nos instó a mantener la calma y buscar modos de relajación que eviten que el miedo se convierta en un problema mayor. Luego de que un pensamiento negativo dura tres veces más que uno positivo, instó a los presentes a cuidar lo que pensamos y apostar por la vida y la sonrisa.
Mientras más decididos estemos en mejorar nuestra vida mucho más sencillo será elegir pensamientos positivos ya que un miedo irracional puede representar la diferencia entre avanzar en la vida o estancarse.
Zafrilla terminó su ponencia diciendo que los niños aprenden a temer lo que temen sobre todo sus figuras más cercanas, por lo que es necesario prestar atención a lo que decimos y hacemos delante de ellos.
Y si de verdad deseamos hacer algo por nuestros hijos, lo primero que debemos hacer es comenzar por nosotros mismos.
Lo más importante para erradicar un miedo es enfrentarlo. Cada cosa o evento que nos provoca temor, simboliza una oportunidad para cerrar algo que no hemos resuelto así que vamos a poner manos a la obra y escuchemos lo que nuestros miedos tienen que decirnos. Bien lo decía Celia Cruz “La vida es un carnaval y las penas se van cantando”.
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