Miguel
Sáez Requena me dio hace unos días una fotografía en la
que aparece de Policía Local en el margen izquierdo.
Estaba trabajando en Elda y hacía
sustituciones en Caudete. La foto esta tomada el año 1980. Hace 32 años la
Policía Local la componía ocho personas: José
Requena Requena (el “Pancho”, hermano del acuarelista Rafael Requena y que
no aparece en la foto), Miguel Sáez
Requena, Manuel Martínez Agulló, José Mª Sánchez Martínez, Antonio Beneito Requena, Francisco Pagán Domenech, Antonio
Pagán Domenech, hermano del anterior y Rafael
Martínez Conejero. Esta era la plantilla de la Policía Local que tenía el
Ayuntamiento siendo Pedro Sánchez y Vicente Lillo alcaldes. Antonio Beneito a quien recuerdo como una persona afable y
muy servicial, estaba de policía con
otros compañeros (el “Seva” y el “Puncha”
y dos mas) y siendo alcalde José Puche Soriano, fue ascendido a
cabo. Cuando Antonio se jubiló, lo
sustituyó Manuel Martínez, quien
estuvo diez años desempeñando la dirección de la Policía Local con Vicente Lillo.
En mi época, los
jóvenes no nos metíamos en muchos líos. Pero, si surgía algún asunto de orden
público o tráfico, sobre todo, era con Antonio,
Pagán, Rafael o con José María, con quienes teníamos que solucionarlos.
Hace cincuenta años, los problemas a los que se enfrentaban los Policías que
aparecen en la foto eran similares a los
de ahora pero, con menos intensidad. Para empezar, en vez de inmigración existía emigración: la gente salía “a
buscarse la habichuela”, como decía Carlos Cano en una de sus coplas, sobre todo a Francia y Alemania. Iban armados
con una porra y no con pistola. La delincuencia y los robos a viviendas no eran
frecuentes. Las drogas, apenas si
sabíamos que efectos tenían. Estábamos en el inicio del porro. Todavía no
habían empezado a romperse las familias y a generarse problemas sociales. La
marihuana, cocaína, pastillas…. no habían hecho acto de presencia.
Las guaridas, que tantos problemas y tantas denuncias generan, no
estaban de moda y el alcohol, entre la juventud, se consumía con más moderación
y no a tan temprana edad. A las dos o las tres de la mañana era una hora
prudente para retirarse a dormir. El cambio ha sido radical. Hoy en día, las
dos de la madrugada es la hora de salir a la calle un fin de semana. Fue a
finales de la década de los setenta,
cuando empiezan a cambiar los usos, horarios y costumbres. No es que a partir
de esa fecha, coincidiendo con la llegada de la democracia, la Policía tuviera
menos competencias pero, al común de los mortales, le costaba entender que un
delincuente lo detuvieran treinta veces y siguiera delinquiendo. Hace cuarenta
años, los gitanos eran un colectivo integrado. Muchos tenían oficio. Las Cuevas
era un barrio tranquilo. Recuerden que fue un tal Manuel, que vivía en la cueva
situada al final de la calle Madrid, el primero en empezar a recoger la basura
doméstica con un carro. Hoy, es un barrio marginal y conflictivo. La falta de
trabajo y la aplicación de medidas, que bien podríamos calificar de blandas, tienen como consecuencia el
incremento de robos con unas bandas organizadas se mueven a sus
anchas.
A
una vecina irlandesa le entraron hace unos meses en la vivienda que tiene en la
calle Santa Bárbara y la desbalijaron. Ha decidido volverse a su país. ¿Motivos?:
no se fía, por falta de seguridad. Esta
claro que como la cosa no cambie, ante un panorama tan poco seguro y tan
incierto, cada vez hay motivos para pensar, como decía Jorge Manrique (1440-1479) en los primeros versos del conocido
poema “Coplas a la muerte de su padre”, que “cualquier
tiempo pasado fue mejor”. En el asunto de la seguridad, desde luego. Esta depende, en
parte, de la Policía Local. Y estos
reciben órdenes de los alcaldes. En muchos casos, por decirlo de alguna forma,
al pretenderse actuaciones de las del tipo “políticamente
correctas”, los resultados tienen un
efecto contrario. Aplicar la teoría de “al
pan pan y al vino vino” y coger al
toro por los cuernos, a la larga, es mas efectivo que los paños calientes. Con mas Policías y más
medios técnicos y materiales que antes, la seguridad, hoy en día ….¡no esta garantizada!
Me siento orgulloso de ver a mi abuelo de policía y a sus compañeros, desempeñaron un fabuloso trabajo,que dios los tenga en su gloria alos que ya faltan....
ResponderEliminarYo tambien m siento orgullosa d ver a mi abuelo y a sus compañeros...emocionante q el señor lo tenga en gloria
ResponderEliminarUna cosa Chimo mi abuelo es Jose M Martinez Sanchez t has confundido con el orden d los apellidos