Se acaba de celebrar en Cincinnati, EE.UU, el Master 1.000 de Tenis de Cincinnati. Esta ciudad esta situada en el Estado de Ohio, capital del condado de
Hamilton, a orillas del rio Ohio y en la frontera con Kentuky. Fue fundada en 1788 y tiene una población de 1.560.000
habitantes. Viendo el otro día el encuentro entre el español Pablo Andújar y el croata Marin Cilic sentí curiosidad por conocer el origen del
nombre de esta ciudad norteamericana. Y la verdad, me llevé una sorpresa ya Cincinnati tiene su origen nada menos
que en la hazaña de un patricio romano llamado
Lucius Quintius Cincinnatus. ¿Quién era y que hizo este personaje que da
nombre a una ciudad estadounidense 2400 años después de su muerte? De Cincinato
les diré que vivía frugalmente, trabajaba él mismo sus tierras y era un
patriota completo. En el año 458 antes de Cristo los ecuos eran un pueblo antiguo
situado al noroeste del Lacio y que el
historiador Tito Livio los menciona
como enemigos de la antigua Roma. Los ecuos
deciden un buen día atacar a los romanos y este personaje es nombrado, por
el Senado, “dictador”. Según la ley
romana, un dictador era un funcionario dotado de poderes absolutos
por un periodo de seis meses dedignado en momentos muy difíciles para agilizar
la toma de decisiones ante una situación de peligro.
Cuando
a Cincinato le comunican que ha sido
nombrado dictador, abandona el arado, se marcha al Foro, reúne un ejército y
se dirige al lugar de la batalla.
Tras derrotar a los ecuos en una rápida y valiente actuación, vuelve a Roma y, en vez de hacer lo que han hecho otros
dictadores, renuncia a la dignidad
dictatorial y a todos los privilegios que conlleva el cargo y, sin intentar
usar el poder absoluto más de lo necesario, vuelve a su finca a trabajar la
tierra. En Roma, el gesto de
Cincinnato, durante mucho tiempo, será considerado todo un ejemplo de virtud del uso del poder sin abuso. Cuando en EE.UU acaba la guerra de La Independencia en 1783, se funda la “Sociedad de los Cincinnati” destinada a
ayudar a miembros que habían servido “desinteresadamente”
a la patria. Y es que los americanos son así de originales. Hasta aquí, lo que
dicen los libros de Historia.
Crear una
sociedad y bautizar una ciudad con el nombre de un personaje romano que ha
trascendido y entrado en la Historia por su actuación honesta, decidida y
desinteresada, por arriesgar su vida para salvar la de los demás, por desarrollar un concepto tan alto de
servicio a la comunidad y que, tras salvar a Roma de sus enemigos, vuelva a su anterior tarea de agricultor sin
pedir a cambio mas que lo necesario son los motivos que me ha llevado a
escribir este breve artículo. En estos momentos, la sociedad española esta falta de estos personajes y de estas formas de actuar y proceder ya que muchos de los Cincinnatos en los que la sociedad ha depositado la confianza "o
no han sabido ganarle la batalla al enemigo o bien se han quedado con la
propiedad del solar donde se libraba la batalla, adjudicándose sueldos
astronómicos por una gestión que se ha demostrado mediocre, perpetuándose en
el poder sin otro patrimonio que el control y la manipulación de las ambiciones
de los que conforman el partido”. EE.UU
es una gran nación que conoce la Historia y que no ha tenido ningún complejo en
rendirle un merecido homenaje a este desinteresado dirigente ocasional al que, tras cumplir con éxito la misión
que se le ha encomendado, no se le pasa en ningún momento por la cabeza aprovecharse del cargo.
A muchos de
los Cincinnatos de ahora, amparados
es un sistema democrático, se les ha pegado el sillón durante décadas para acabar deteriorando, sin ningún
tipo de escrúpulos, el sistema educativo, el espíritu crítico, la tolerancia como fin burlándose del Barón de Montesquieu para así ejercer el poder
absoluto a plena luz del día, arruinando un sistema financiero y económico que
costó muchos años levantarlo dejando, como consecuencia del desbarajuste, a
millones de familias en la calle sin otros recursos que el subsidio o la caridad del prójimo y las ONgs. Otros Cincinnatos se han especializado en manipular y organizar ellos mismo “sus” particulares
guerras, inventándose ,si llegaba el caso, las causas y hasta al enemigo para así poder justificar
sus programadas “intervenciones” y
quedarse como dictadores a
perpetuidad sin nadie que les haga sombra. La República muere en Roma con Cesar
Augusto coincidiendo en el tiempo con el nacimiento de Jesús en Galilea. El
sistema político posterior, ya no aportará muchos ejemplos de actuaciones
desinteresadas. Ya sé que no es bueno -como decía Tierno Galván, Alcalde de Madrid- generalizar porque…. hay gente honesta y comprometida, sobre
todo en las bases.
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