El pasado
miércoles, la mayoría de los periódicos online de tirada nacional (y me imagino
que los de la prensa escrita también) se hacían eco de una noticia que, de
manera inmediata, me hizo pensar en aquellos que siguen cuestionándose la
necesidad que todavía tiene nuestra sociedad a la hora de exponer y denunciar las
desigualdades de género. El titular decía que desde ese mismo día, 8 de
noviembre, hasta finales de año las
mujeres españolas trabajaríamos gratis (en el conjunto de la UE sería unos
días antes, según estadísticas elaboradas por la Comisión Europea).
Como una es
una persona educada, no reproduciré aquí la sarta de palabras malsonantes que
no sólo vinieron a mi mente sino, también, acabaron saliendo por mi boca. Si
pecara de ingenuidad, algo de lo que carezco, me hubiera hecho las siguientes
preguntas: ¿Por qué se supone que tengo que trabajar gratis? ¿Y por qué sólo
las mujeres y no los hombres? ¿Es qué se va a quedar mi sueldo mi jefe?
Entonces, ¿tampoco recibiré la paga extra de Navidad? ¿Qué hago ahora?… ¿dejo
de trabajar ya hasta enero?
Sin
embargo, seguí leyendo el artículo y comprobé, como acertadamente suponía, que
no se refería a no cobrar un salario por nuestro trabajo en los meses que
quedan hasta finales de año, sino a que, debido a la brecha salarial existente entre hombres y mujeres que se sitúa en
España en un 14,9%, según detalla el
último informe Eurostat (de 2015, que conforme a las previsiones de 2017,
lamentablemente, no ha mejorado ni un ápice). Y nuestro país no es diferente a
los del resto de la UE, en donde la brecha salarial alcanza el 16,3%. Entonces,
para ser justas y equipararnos con nuestros congéneres masculinos, deberíamos
cogernos vacaciones hasta finales de año, ¿no? ¡Qué bien, todas las Navidades
libres! ¡Yupiiiii!
Ummmmm….Dejar
de trabajar estos dos meses todas las mujeres… Dedicarnos sólo a nuestras
labores, como se solía decir, porque están sí que no están remuneradas… ¿Qué
pasaría entonces? ¿Hasta dónde podría caer el PIB de los países de la UE? ¿Quién
se encargaría de hacer el trabajo que nosotras desempeñamos? Si los empresarios
consideran que el trabajo de las mujeres no es tan valioso como para pagarles
lo mismo, no dudo de que sus trabajadores masculinos serían capaces de llevarlo
a cabo sin pestañear junto con el suyo ¿no?,,, ¡Ja! Puede sonar estúpido planteado
así pero sería una manera efectiva de visibilizar
una de las lacras del mercado laboral que afecta, al menos, a la mitad de los
trabajadores europeos.
Además, ésta
situación vulnera en nuestro país (y me imagino que en el resto de los países
de la UE), de manera flagrante, el artículo
35 de la Constitución Española de 1978 que recoge que los españoles tienen “el deber de trabajar y el derecho
al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través
del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades
y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación
por razón de sexo”.
Algunos alegarán que tampoco se cumple en el caso
de los hombres, y ¡tienen razón!, pero esa es una cuestión política que
debieran resolver nuestros representantes en las instituciones (y, dicho sea de
paso, no hacen), y que no tiene relación directa con la discriminación por
género. Sin embargo, el hecho de que a igualdad de trabajo las mujeres cobren
menos que sus compañeros (¡y sucede porque yo lo estoy sufriendo en mi entorno
laboral!) es a todas luces injusto. Por tanto, yo me pregunto: ¿Por qué los
genitales de una persona tienen que determinar el salario que ésta debe recibir?
Si el 33% de las mujeres tienen estudios superiores frente al 29% de los
hombres (según un informe del año 2016), ¿por qué, entonces, los puestos de
dirección están ocupados en un 80% por hombres?
Las razones para la
diferencia estadística de salarios entre ambos sexos son amplias y variadas
aunque, en general, se asientan en la posición que la mujer, tradicionalmente,
ha tenido dentro de las estructuras patriarcales de nuestra sociedad, al
ser considerada como reproductora y cuidadora, mientras que al hombre se
le asignaba el papel de productor y sustentador.
Contra tales estereotipos, las
pioneras de la lucha por la igualdad, desde la Primera Ola del Feminismo (finales
del s. XVIII – mediados del s. XIX), con los debates centrados en la igualdad intelectual
de hombres y mujeres y una reivindicación de acceso a la educación para las
mujeres, pasando por el Movimiento Sufragista (finales s. XIX – mediados s. XX),
hasta las reivindicaciones más actuales, han supuesto pequeños y grandes hitos
en la consecución de la igualdad de la mujer.
Sin embargo, todavía nos queda
mucho camino por recorrer por lo que es muy necesario denunciar las
desigualdades existentes para que, de esta forma, se pueda poner remedio a
tales situaciones. Lo que no se dice parece ser que no existe… Pero eso
es una falacia. Como en un iceberg en el que lo oculto es mayor que lo que ven
los ojos (y si no que se lo digan a los pasajeros del Titanic), que unas pocas
mujeres destaquen no sirve para obviar la cantidad de discriminación oculta en
muchos de los comportamientos existentes, en este caso, en el ámbito laboral.
De ahí que sea tan importante visibilizar las historias personales de las
mujeres, ponerles nombre.
Resulta innegable que la
extendida incorporación al mercado laboral de las mujeres ha supuesto un
cambio radical en la concepción de la familia y en las pautas culturales de
nuestras sociedades y, aunque ya no extraña encontrarlas en cualquier ámbito
laboral, es necesario que se conciencie a los empresarios, y al resto de los
ciudadanos en general, de que la equidad en la equiparación de salarios y de
responsabilidades redundará en un beneficio para la propia sociedad. Boicotear
el desarrollo profesional de una parte del cuerpo social acaba limitando las
posibilidades de mejora del cuerpo en su conjunto. Nadie en su sano juicio
utilizaría una sola mano pudiendo usar las dos.
Como ya comenté en otro
post, no es comparable la condición de desigualdad y abuso que sufren las
mujeres con las de los hombres. Baste echarles un vistazo a algunos de los
titulares de la prensa de esta semana para que uno se dé cuenta de la enorme
diferencia entre ambos: “Gran Hermano
pide a la Guardia Civil que investigue un posible caso de abuso sexual en la
casa” (lunes); “Weinstein
espió a las actrices que querían denunciarle para hacerlas callar”
(martes); “Dispara a su ex pareja, grave, cuando recogía a su hijo del colegio” (miércoles); “El
empresario que acosó a Teresa Rodríguez recurre: "Ella no es una
timorata"” (jueves); “Louis C.K.: "Ahora sé que pedir que
miren tu pene no es una opción" (viernes); “Hope Solo acusa a Blatter: "Le tuve agarrándome el trasero"”
(hoy sábado)… Y eso son sólo algunos ejemplos de una semana.
¡Cuánto me
gustaría no tener que reflexionar sobre estos temas! Sería una señal inequívoca
de que se ha alcanzado una igualdad real. Pero no puedo evitar poner la mirada
y el pensamiento en cosas de este tipo porque me importan realmente. ¡Una es
así de rara, y le preocupan las cosas que les suceden a las mujeres! Mi mirada
es tremendamente subjetiva, lo reconozco, porque parto de mi experiencia
personal, de lo que experimento y siento en el mundo que me rodea.
La mirada
no es nunca objetiva del todo, ni tan siquiera lo es la de una práctica
que, en principio, podría parecer aséptica como es la de la fotografía, siendo
como es una “simple” imagen capturada de la realidad. Sin embargo, hay que
constatar que no es, en absoluto, inocente porque está mediada por la mirada
del fotógrafo, que encuadra aquello que le interesa o que le sirve para sus fines
artísticos o ideológicos.
Por tanto, mi mirada sobre una realidad como lo es la
de la desigualdad de género no es impersonal, sino que parte de mi ser mujer,
de mi propia experiencia de desigualdad, de mi frustración viendo cómo mi
trabajo no es recompensado de la misma forma que la de mis compañeros. Mientras
todas estas circunstancias se sigan dando, creo que será necesario alzar la voz
para denunciarlas.
noto cierto resquemor hacia todo lo que huele a hombre, jajajaja..
ResponderEliminarAl final ya veràs, vamos a llegar al punto en el que un hombre salga a la calle y hayan 20 esperando a ver si hace un solo gesto que no guste y !zas¡, denuncia al canto y seas o no inocente( da igual primero el palo y despues preguntan) al cuartelillo de cabeza y acto seguido a la càrcel. Yo no digo que no haya discriminaciòn y maltrato pero por favor no meter a todos los hombres en el mismo saco solo por tener pene (eso se llama discriminacion por si no lo sabian), en la mayoria de casos (por no decir en todos)la culpa es del poder judicial y de las leyes españolas, por ejemplo, la chica que asesinaron el otro dia en elda se podia haber evitado al igual que otras muchas, ¿como?, pues tan sencillo como que el juez viendo los antecedentes y peligrosidad del caso en vez de dictar orden de alejamiento y a la calle en 2 horas fuese directamente a prisiòn preventiva y sin fianza quizàs la mayoria de esas mujeres todavia estarian con vida. En ese punto es donde hay que empezar a atacar el asunto. En este mundo hay de todo hombres buenos y malos al igual que mujeres buenas y malas, hay que empezar a ponerle nombre a los casos en eso coincido no se puede generalizar. A mi me molesta mucho la desigualdad de gènero es una lacra social que deberìa de estar erradicada pero en ambos gèneros no solo en uno, hay casos de hombres y de mujeres en mayor o menor proporciòn pero de los dos gèneros no monopolicemos el asunto.
EliminarTiene cierto tufillo feminazi
EliminarA esta marcha no se casará ningún hombre y la humanidad desaparecerá
EliminarGol en las Gaunas!!!!! Tres comentarios han bastado para que aparezca el palabro "feminazi", utilizado siempre por quien quiere burlarse del feminismo (sin saber que al usarlo se convierte él mismo en objeto de mofa). Caudete, qué hermosa eres!
Eliminar¡Buenos días!
ResponderEliminar¡Enhorabuena por tu artículo, Lady os Shalott!
¡Brillante! ¡Fantástico! De una riqueza léxica y reflexión que no deja ajeno a nadie. ¡Enhorabuena!
En respuesta a alguno de los comentarios, que has recibido..., ¡chicos!, como la respuesta que Carme Chaparro dio a Xavier García Albiol:
"Ayyy, a veces os traiciona el subconsciente".
Lady of Shalott, en las respuestas que has recibido, comprobamos cual es la realidad en la que vivimos. Sociedad machista y encima cuando una mujer dice lo que es cierto y en un lenguaje exquisito. Las críticas no han tardado en aparecer.
Hasta que las mujeres, no ocupemos ciertos puestos de dirección, sobre todo a nivel privado, la desigualdad va a seguir existiendo. Además hace falta mucha educación, sensibilización y abrirnos al mundo.
Por último, y para aquellos despistados, para que conste, la definición de feminismo es: “La creencia de que los hombres y las mujeres deben tener derechos y oportunidades iguales. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos”. Extracto del discurso de Emma Watson en su discurso en las Naciones Unidas por la campaña HeforShe, que tuvo lugar el 20 de Noviembre de 2014.
estoy totalmente de acurdo con el contenido del artículo y con la forma y con esta ultima reflñexion
ResponderEliminarlas mujeres que hemos realizado desde hace tiempo labores antes exclusivas de los hombres sabemos lo que hemos tenido que soportar ,la mayoría de veces por ignorancia otras por envidia y otras por ademas de inteligentes ser guapas .esto último ha sido para mi lo mas desagradable , al no entender algun poderoso que la palabra no esta en el diccionario femenino tambien
ResponderEliminarAprovecho y felicito a las anteriores mujeres en entrar a este debate y mostrarse parte en el mismo
Soy el machista, me gustaría saber xq no opinan ustedes sobre los abusos que sufren las mujeres musulmanas en el mundo
EliminarMe gusta lo que dice y como lo dice Lady of Shalott, en este tema terrible también. Creo que se ha avanzado mucho, pero la realidad es tozuda y la desigualdad salarial, el paro, las tareas domesticas, los niños,…. ahí están. ¿Feminazis? Me gustaría saber si tú en esa situación y además matando semanalmente a alguno de tu grupo no serias directamente terrorista. Un amigo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, querido Anónimo.
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