Las fotos que aparecen en esta crónica están tomadas la misma mañana: domingo, 9 de octubre. Me van a perdonar que vuelva a abordar, una vez más, un asunto que tiene mucho que ver con una preocupane falta de civismo que, contra todo pronóstico, se ha ido acrecentando en la sociedad desde el inicio de la Democracia.
Tirar la comida se ha convertido en una constante. Hace 50 años era muy distinto. No diré que no comíamos, porque mentiría. Pero ..¡no lo suficiente!. Pedro Sánchez Algarra, en más de una ocasión me ha contado que cuando era chiquillo, el que se comía un boniato era un privilegiado. Ahora...¡tiramos la comida como si no pasara nada!.
¿Han visto el boñigo en medio de la calle Antonio Amoros? Hace 50 años, incluso menos, esta materia orgánica no duraba en la calle un minuto. Las vecinas se lo disputaban. Salían con escoba y recogedor y lo utilizaban como abono natural para sus macetas. Ahora tienen que ser los servicios públicos los que recojan los boñigos privados.
Los excrementos de palomos siguen ensuciando las aceras de la calle Mayor, Plaza del Carmen, Calle del Teatro y Pasaje Luis Golf y nadie pone remedio a esta falta de higiene y salubridad que se da, y a diario, en el centro del pueblo. Ni el Ayuntamiento, ni los propietarios se lo toman en serio.
Para recoger los residuos sólidos tenemos contenedores repartidos por todo el pueblo. Con lo grandes y visibles que son... hay quien tira los residuos fuera. En su casa, seguro que no lo hace. Pero, en la calle, como vemos, el protocolo es totalmente distinto. ¡Lo poco que cuesta meter los plásticos en el contenedor!.
Muchos caudetanos tienen perro y salen a la calle a pasearlos equipados con bolsitas y guantes de plástico. Otros no tienen por costumbre respetar el derecho a la higiene de sus vecinos. También los hay que no deberían vagar libres por las calles.
En la década de los 60, lo he dicho más arriba, nos quitábamos el hambre como buenamente podíamos...Ahora, observen la foto inferior. Todos los extremos son malos. Tanto la necesidad como el derroche. ¿Lo malo de la película?....que da la sensación que nos hemos inmunizado ante las constantes muestras de incivismo.
"O llevaras luto por mí", da título a la novela de Dominique Lapierre y Larry Collins en la que cuentan cómo era la España en la década de los 60 y los inicios como torero de Manuel Benitez "el Cordobes". Una tarde que va a la Plaza a torear, su hermana lo despide preocupada, llorando....
Él la consuela y le dice "mañana tendrás un piso o llevaras luto por mi". Esta frase, que da título al libro, define muy bien como vivimos aquella década. Había que jugársela para sobrevivir...Ahora, queremos que "papá Estado" nos lo dé todo hecho. Derechos, ¡muchos!. ¿Obligaciones?, ninguna.
Te invito Chimo que pases por la iglesia Parroquiel y fotografies las pintadas de vandalismo en este monumento. Nadie hace nada para evitarlo ni corregirlo, algunas estan mas de 9 meses. Nos preocupamos por el patrimonio local???
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