Si la pasada semana la noticia la acaparó el Presidente electo de EEUU, Donald Trump, esta semana la protagonista a sido la Luna. De haber coincidido los dos en escena, no me cabe la menor duda que Trump habría eclipsado a nuestro querido satélite. Los dos han dado mucho que hablar.
A su paso por Caudete, tuvimos la suerte que el cielo estuviera despejado de nubes y que mi vecino Molina la estuviera esperando con la cámara fotográfica preparada.
Pasó tan cerca de la Tierra, a poco más de un 1 segundo de la velocidad de la luz, que los nietos de Francisco Molina casi la tocan con la mano. Mis vecinos son unos grandes profesionales como pueden apreciar en estas fotos que han dejado en la red.
El primer libro de poemas que el poeta Miguel Hernandez publicó en 1933, tras su primer viaje a Madrid dos años antes, lo tituló "Perito en lunas". No se si tuvo ocasión de verla tan grande como nosotros. Miguel, además de experto en lunas, fue perito en caminos y en abrirle senderos a la poesía.
La luna, siempre ha tenido un hueco en la Literatura.... y en las relaciones humanas. Mi vecino tuvo una mala experiencia con ella. Me contaba que como se enamoró de noche y la luna lo engañó, que la próxima vez que se enamore será de dia y con sol..... Que disfruten de estas bellas fotos.
El oficio es el oficio.
ResponderEliminarMuy buenas
Luna ideal para leer un poema escrito sobre ella. En 1978 Joan Manuel Serrat compone una canción sobre el tema lunar, le puso el título de “Luna de Día”. Luna que es equívoca como la paloma de Alberti, que anda perdida, resbalando por el horizonte y sola ante la claridad del día que la aparta y la margina. Una canción desnuda, ligera de equipaje, con las alforjas vacías de metáforas y grandes palabras, pero con la sensibilidad a flor de piel. Aquí queda
ResponderEliminarA dónde vas,
luna de día,
resbalando equívoca los horizontes.
A dónde vas,
pálida y fría.
A dónde vas,
luna de día,
luna de barro y soledad.
A dónde vas negando el sol,
qué oscuridades quieres rescatar,
en qué tapete negro probarás fortuna,
si en las esquinas no te dan voces
y en las cantinas no te reconocen,
luna.
A dónde vas,
de tapadillo,
huérfana de espejos y lentejuelas.
A dónde vas,
sin lazarillo.
A dónde vas,
de tapadillo,
llena y en vela.