Nos hemos acostumbrado a ver escenas de acción truculentas en esa serie televisiva tan laureada, como es "El Príncipe", protagonizada por esos maravillosos actores Aitor Gabilondo y César Benitez, serie que ha sido galardonada con el Premio Ondas Nacional de Televisión a la mejor Serie Española, y nos creemos que eso solo ocurre en las películas.
Pero, lo cierto, es que la realidad, queridos amigos, a veces supera la ficción. De vez en cuando y a la vuelta de la esquina, sin quererlo ni beberlo, te conviertes de pronto en el protagonista de "la escena" sin ensayo previo, ni preparación, ni maquillaje y, claro, te llevas la peor parte.
El pasado sábado, 30 de abril, a eso de las cuatro y media de la tarde, un joven caudetano de 33 años sacaba su coche del garaje que tiene en la calle Cuesta de la Ermita, cerca de la Ermita de Santa Ana para, a continuación, recoger a su mujer e irse de boda. En ese momento aparece un coche - Seat León negro descolorido- del que bajan cuatro personas, varones, entre 30-40 años.
Uno de ellos le pone una pistola pequeña en el costado derecho y lo empuja contra el capo del coche diciéndole "no te muevas que te mato" al mismo tiempo que lo registra y le quita lo único que llevaba encima: el móvil. "En ningún momento opuse resistencia", me cuenta el agredido que también afirma "esa imagen no me la puedo quitar de la mente"
Mientras uno le registra los bolsillos del pantalón, los otros tres buscan en el interior del vehículo. Afortunadamente no llevaba nada más que la chaqueta. Todo ocurre en menos de un minuto. Nadie ve la escena. Las llaves del coche estaban puestas, por lo que podían habérselo llevado. Por el acento, aunque solo habló uno de ellos, los atracadores no eran de nacionalidad española.
Esta acción....la hemos visto infinidad de veces en "El Príncipe". Aquí, en nuestro pueblo, también ocurren y, a diferencia de la serie, esta que les cuento es real como la vida misma. Vamos...que no estaba ensayada ni había cámaras ni focos para grabar la acción.
Un sábado, a las cuatro de la tarde, en la calle no había un alma y, en muy pocos segundos, te quedas como ese indio al que le roban el caballo y vuelve a la reserva andando: ¡impotente y desolado. La Guardia Civil lo atendió muy bien indagando de forma veloz todo tipo de detalles y datos que le suministraba el atracado para ver de dar con los "artistas". ¡A nadie que le pase!
Y, dentro de lo malo, este joven puede dar gracias. Supera el susto, lo puede contar y lo robado no le causa mucho destravío. En estos casos, es bueno ser optimista: pudo haber sido peor la cosa y haber acabado en un Hospital en vez de en un Salón de bodas. ¡Otra vez a cuestas con la inseguridad ciudadana! No podemos bajar la guardia. Somos un pueblo fronterizo, situado entre tres comunidades, que el delincuente sabe que le supone una ventaja para intentar huir de la Justicia.
Lo que no es de recibo es que estas acciones delictivas no trasciendan y que la mayoría de veces te tengas que enterar por la calle o en la barra de un bar, como el robo de siete coches ocurrido el pasado 5 de abril, a plena luz del día, en calle La Zafra o los tres coches que robaron ese mismo sábado por la noche. Deberíamos dedicarle un espacio más amplio en los medios de comunicación y a diario para dar a conocer estos robos y atracos lo que sin duda ayudaría a concienciarnos más.
Si a estas acciones le dedicáramos en los medios de comunicación la décima parte del tiempo y espacio que le dedicamos al fútbol... ¡esto seria una balsa de aceite! Un robo de película, que a una persona mayor le puede costar una enfermedad, y que pasa totalmente desapercibido para la mayoría de la población. Con este proceder, no se lo tomen ustedes a mal, pero le estamos dando ventaja a los delincuentes.
Pero, lo cierto, es que la realidad, queridos amigos, a veces supera la ficción. De vez en cuando y a la vuelta de la esquina, sin quererlo ni beberlo, te conviertes de pronto en el protagonista de "la escena" sin ensayo previo, ni preparación, ni maquillaje y, claro, te llevas la peor parte.
El pasado sábado, 30 de abril, a eso de las cuatro y media de la tarde, un joven caudetano de 33 años sacaba su coche del garaje que tiene en la calle Cuesta de la Ermita, cerca de la Ermita de Santa Ana para, a continuación, recoger a su mujer e irse de boda. En ese momento aparece un coche - Seat León negro descolorido- del que bajan cuatro personas, varones, entre 30-40 años.
Uno de ellos le pone una pistola pequeña en el costado derecho y lo empuja contra el capo del coche diciéndole "no te muevas que te mato" al mismo tiempo que lo registra y le quita lo único que llevaba encima: el móvil. "En ningún momento opuse resistencia", me cuenta el agredido que también afirma "esa imagen no me la puedo quitar de la mente"
Mientras uno le registra los bolsillos del pantalón, los otros tres buscan en el interior del vehículo. Afortunadamente no llevaba nada más que la chaqueta. Todo ocurre en menos de un minuto. Nadie ve la escena. Las llaves del coche estaban puestas, por lo que podían habérselo llevado. Por el acento, aunque solo habló uno de ellos, los atracadores no eran de nacionalidad española.
Esta acción....la hemos visto infinidad de veces en "El Príncipe". Aquí, en nuestro pueblo, también ocurren y, a diferencia de la serie, esta que les cuento es real como la vida misma. Vamos...que no estaba ensayada ni había cámaras ni focos para grabar la acción.
Un sábado, a las cuatro de la tarde, en la calle no había un alma y, en muy pocos segundos, te quedas como ese indio al que le roban el caballo y vuelve a la reserva andando: ¡impotente y desolado. La Guardia Civil lo atendió muy bien indagando de forma veloz todo tipo de detalles y datos que le suministraba el atracado para ver de dar con los "artistas". ¡A nadie que le pase!
Y, dentro de lo malo, este joven puede dar gracias. Supera el susto, lo puede contar y lo robado no le causa mucho destravío. En estos casos, es bueno ser optimista: pudo haber sido peor la cosa y haber acabado en un Hospital en vez de en un Salón de bodas. ¡Otra vez a cuestas con la inseguridad ciudadana! No podemos bajar la guardia. Somos un pueblo fronterizo, situado entre tres comunidades, que el delincuente sabe que le supone una ventaja para intentar huir de la Justicia.
Lo que no es de recibo es que estas acciones delictivas no trasciendan y que la mayoría de veces te tengas que enterar por la calle o en la barra de un bar, como el robo de siete coches ocurrido el pasado 5 de abril, a plena luz del día, en calle La Zafra o los tres coches que robaron ese mismo sábado por la noche. Deberíamos dedicarle un espacio más amplio en los medios de comunicación y a diario para dar a conocer estos robos y atracos lo que sin duda ayudaría a concienciarnos más.
Si a estas acciones le dedicáramos en los medios de comunicación la décima parte del tiempo y espacio que le dedicamos al fútbol... ¡esto seria una balsa de aceite! Un robo de película, que a una persona mayor le puede costar una enfermedad, y que pasa totalmente desapercibido para la mayoría de la población. Con este proceder, no se lo tomen ustedes a mal, pero le estamos dando ventaja a los delincuentes.
Una cosa... respecto al robo de 7 coches en la calle La Zafra el pasado 5 de abril, ¿te refieres a que robaron en el interior de estos o que directamente robaron los 7 coches? No había escuchado nada al respecto.
ResponderEliminarQue inseguridad tenemos que soportar. Lamentable.
Se llevaron las pertenencias que habia dentro de los siete coches. También le robaron al cuñado del dueño de un Bar que es de nacionalidad búlbara. Con este utilizaron un sistema de robo poco comun para acceder al interior. Tuvo algunos problemillas después con la denuncia....¿El problema?....Que falta mucha información.
EliminarComo al parecer, los problemas de la delincuencia en este pueblo inexorablemente van en aumento; y observando la trayectoria que tiene el poder político, de dejación de sus obligaciones para con la gente decente de a pie, no sólo en materia de seguridad, sino en numerosos etcéteras. Os rescato una canción del señor Serrat, don Juan Manuel. Que aparte de deleitarnos con el modo que tiene el jodío de juntar palabras, nos puede ayudar a sobrevivir en esta jungla que nos han metido “los señores del castillo”.
ResponderEliminarTOCAR MADERA
Nada tienes que temer,
al mal tiempo buena cara,
la Constitución te ampara,
la justicia te defiende,
la policía te guarda,
el sindicato te apoya,
el sistema te respalda
y los pajaritos cantan
y las nubes se levantan.
Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.
Y métete en el bolsillo
envuelta en tu carta astral
una pata de conejo
por si se quiebra un espejo
o se derrama la sal.
Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el «no hay billetes»
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.
Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.
Nada tienes que temer...
Arriba los corazones...
Nada tienes que temer
pero nunca están de más ciertas precauciones.
Cruza los dedos,
toca madera.
No pases por debajo de esa escalera.
Y evita el trece
y al gato negro.
No te levantes con el pie izquierdo.
Que también hacen la siesta
los árbitros y los jueces.
Con tu olivo y tu paloma
camina por la maroma
entre el amor y la muerte.
Y vigila el horóscopo
y el biorritmo.
Ni se te ocurra vestirte de amarillo.
Y si a pesar de todo
la vida te cuelga
el "no hay billetes"
recuerda
que pisar mierda
trae buena suerte.
Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.
Y ajústate los machos,
respira hondo,
traga saliva,
toma carrera,
y abre la puerta,
sal a la calle,
cruza los dedos,
toca madera.
Toca madera,
toca madera.
Cruza los dedos,
toca madera.
UTOPÍA 1.992