Detrás del Cementerio Municipal hubo un depósito de neumáticos que se clausuró hace unos cuantos años pero en el que todavía quedan unos cuantos miles por recoger.

      Lo más vergonzoso no es que hubiera un cementerio ilegal de neumáticos entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid)  -el límite de las dos Comunicades atraviesa la parcela de 116.000 m2 de superficie- sin ningún tipo de control, protección o utilidad. 

     No. Lo más vergonzoso que hemos visto tras el incendio, incluso más grave que la irrespirable columna de humo negro, ha sido la actitud de los políticos de los dos pueblos donde esta la parcela (Guillermo Gross de Ciudadanos, Alcalde de Valdemoro y Carlos Velázquez del PP, Alcalde de Seseña) y las dos Comunidades (Cristina Cifuentes del  PP y Emiliano García Page del PSOE) tirándose los neumáticos a la cara para evitar responsabilidades ante un turbio negocio que no disponía de las mínimas medidas de seguridad.

    Esto no es nuevo. Aquí ninguno tiene la culpa. Nadie ha dimitido, ni va a dimitir, ante la descomunal bomba sin espoleta que todos conocían que había tan cerca  de un pueblo y de una Autovía. Resulta que todos andaban detrás de solucionarlo unas semanas antes de arder. Como si 5 millones de neumáticos se acumularan en un trimestre. "En todas las Comunidades cuecen habas y, en la mía, a calderadas", le ha faltado decir a García Page. 

    Aquí tambien tuvimos un cementerio de numáticos que hace unos cuantos años nos dio un susto, parecido al de Seseña, pero que sirvió para acelerar su clausura. Estába situado a unos cuatrocientos metros del Cementerio Municipal. Lo que he detectado es que no se retiraron en su totalidad y que todavía quedan unos cuantos miles. 

    Visto como se la gastan los neumáticos al arder, contaminando el aire que respiramos, es conveniente que nos lo tomemos en serio y que desde el Ayuntamiento se le inste a su dueño a que retire los neumáticos que todavía quedan en este vertedero incontrolado para mayor seguridad de todos. Los neumáticos  pueden verse  desde el interior del Cementerio, situados en lo alto de una  pequeña loma.
   
      Existen métodos para conseguir un reciclado coherente de estos productos. Pero, faltan políticas medioambientales que favorezcan la recogida y la implantación de industrias dedicadas a la tarea de recuperar o eliminar, de forma limpia, los componentes peligrosos de las gomas de los vehículos. En España se generan cada año 250.000 toneladas de neumáticos usados. El  45% se deposita en vertederos controlados sin tratar, el 15% se deposita después de ser triturado y, el 40% no está controlado.

   Las montañas de neumáticos favorecen la proliferación de roedores, insectos y otros animales dañinos que constituyen un problema añadido. La reproducción de ciertos mosquitos, que transmiten por picadura fiebres y encefalitis, llega a ser 1.000 veces mayor en el agua estancada de un neumático que en la naturaleza.

Los materiales que se obtienen tras el tratamiento de los residuos de neumáticos, una vez separados los restos aprovechables en la industria, el material resultante puede ser usado como parte de los componentes de las capas asfálticas que se usan en la construcción de carreteras, con lo que se consigue disminuir la extracción de áridos en canteras. Las carreteras que usan estos asfaltos son mejores y más seguras como la de pago que va desde La Roda a Madrid y que, si no recuerdo mal, es la misma que pasa por delante del vertedero. 

Pueden usarse tambien en alfombras, aislantes de vehículos o losetas de goma. Se han usado para materiales de fabricacion de tejados, pasos a nivel, cubiertas, masillas, aislantes de vibracion. Otros usos son los deportivos, en campos de juego, suelos de atletismo o pistas de paseo y bicicleta. Las utilidades son infinitas y crecen cada dia, como en cables de freno, compuestos de goma, suelas de zapato, bandas de retencion de trafico, compuestos para navegacion o modificaciones del betún. 
 

 Desde el interior del Cementerio pueden apreciarse los neumáticos.