“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

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domingo, 29 de mayo de 2016

¿Qué es la izquierda?, análisis político escrito por Óscar de Caso.

Como les dije el otro día, Óscar de Caso es un madrileño que trabaja en Villena y que lleva viviendo en Caudete como una docena de años. Entre sus aficiones están la fotogafía, las canciones de Joan Manuel Serrat, la poesía de "denuncia social" y la política. Me ha hecho llegar tres artículos con los siguientes títulos: ¿Quienes son el partido Ciudadanos?, ¿Qué es la izquierda? y ¿Quienes son los 7 millones de votantes del Partido Popular?  Les dejo con el segundo análisis, que lleva por título ¿Qué es la izquierda?

          "Hay tres grandes familias de la izquierda. Una de ellas es a la que le basta pensar que conoce las reglas del movimiento de la historia y que va con los buenos para creerse de izquierdas. Ante las dificultades de la revolución, le echa la culpa a la teoría, al subconsciente, a la debilidad de los demás o al sursuncorda. Todo, antes que preguntarse si la revolución no le viene demasiado grande al común de los mortales. 

   Generalizar siempre es más sencillo. Esa izquierda ha dejado como herencia en la historia parte de lo mejor que tiene la democracia occidental. Cuando se necrosa en pequeños partidos hace inviable la reinvención de una nueva izquierda y prefiere inmolarse en las viejas creencias antes que echar su cuarto a espaldas con posmodernos, perroflautas y submarinos a los que siempre ha considerado el enemigo.

          Otra izquierda es la que renunció hace demasiado tiempo a transformar el sistema. No tenía por qué haber sido así, pero terminó devorada por el sistema hasta constituirse en uno de sus puntales. Por hacer cosas muy parecidas a las que hace la derecha parlamentaria... terminaron pareciéndose.

          Una tercera izquierda apostó siempre por la espontaneidad, por la radicalidad inmediata, por la fuerza, por no comulgar con ninguna dádiva del sistema. No parece que acierte con los tiempos políticos, pero la suerte de sus otros contendientes no desmiente sus análisis. Su coherencia también implicó su soledad y su fragmentación.

          Si algo debiera ser la izquierda es empatía radical en movimiento. El socialismo, al igual que ocurre con la regla de oro de todas las religiones –no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti-, es amor porque es la afirmación de la empatía como el criterio central de la organización social. Es más sencillo construir una sociedad moral que una sociedad ética.

          Las atrocidades de la izquierda han sido los muros, las purgas, los presos políticos, la falta de democracia, la desconfianza ante los trabajadores y la traición al gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Desde la distancia, vemos que los más ortodoxos siempre son los que más daño hacen.

          El socialismo no puede construirse solamente desde el Estado, y mucho menos desde el Estado burgués. Si después de la Segunda Guerra Mundial la izquierda asumió el liberalismo político, en los años ochenta hizo otro tanto con el liberalismo económico. La Tercera Vía e, incluso, el eurocomunismo no fueron sino asunciones vergonzantes de la derrota a la hora de superar al Capitalismo. Por un lado la izquierda se parece a la derecha. Por otro, es rehén de sus errores y de la propaganda en contra. Y, a menudo, comparte una idea fuerte con la derecha: no se debe fomentar la autogestión de la gente.

          La izquierda carece de modo alternativo claro y compartido. Por eso, el dilema “qué es ser de izquierdas” no tiene solución.
          En el caso de los nacionalismos de izquierdas, el Sr. Muñoz Molina describe muy bien la transición de la persona de izquierdas en nacionalista: "...primero se hizo compatible ser de izquierdas y ser nacionalista. A continuación declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas, bastó sugerir aducadamente alguna objeción al nacionalismo ya hegemónico para que a uno lo llamaran facha o fascista”.

          Finalizaré diciendo algo que es absolutamente cierto: la izquierda fue la que luchó contra el fascismo, quien paró los pies a la locura histórica del nazismo fue la izquierda. Quien pone siempre los presos, quien pone siempre los torturados, quien pone siempre los muertos es la izquierda. Los primeros en ofrecer el pecho para parar las balas de los autoritarios han sido las gentes de izquierda. Lo primero que cierran los dictadores son los sindicatos y los partidos de izquierda. Gratitud y memoria para todos ellos".



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