El Plan ARI lo dieron a conocer los socialistas hace unos veinte meses en la Casa de la Cultura. Lo
presentaron como un Plan que "facilitaría
la creación de trabajo para constructores y
albañiles, muchos por no decir la mayoría en paro, que permitiría vender
materiales y servicios a empresas locales y, a los técnicos, obtener ingresos redactando proyectos y
dirigiendo las obras". El ARI, que son las iniciales de Área de Rehabilitación Integral, consiste básicamente en promocionar la rehabilitación de
viviendas con ayudas o subvenciones por parte de la Administración –JCCLM- a comunidades de propietarios, inquilinos
autorizados o propietarios de viviendas. Para ser beneficiario de las
ayudas de este Plan deben darse una serie de requisitos como son: “que la vivienda este dentro del perímetro
del ARI, destinar la vivienda a
domicilio habitual permanente o al
alquiles durante 5 años, no haber
iniciado las obras de rehabilitación y realizar una inversión mínima de 3.000 € por vivienda o de 1.000 € por vivienda si se trata de un
bloque. La cuantía de las subvenciones
son las siguientes: el 45% del
presupuesto, con un máximo de 5.400 €
por viviendas mas una ayuda adicional del 7,5
% del presupuesto con una cantidad máxima de 3.200 € para familias numerosas, mayores de 65 años, personas
dependientes o con discapacidad y familias con dependientes a su cargo”.
También contempla ayudas del 10% para redacción de proyectos y direcciones
de obra. En las oficinas municipales
hay un Arquitecto que atiende a los que deciden rehabiliar su vivienda acogiéndose al Plan ARI. Asesora
y tramita los expedientes para conseguir la calificación. Después de casi año y medio de su puesta en
marcha, son mas de 40 las personas que se han acogido a este “plan de ayuda” sobre todo para obras de
cambio de carpintería exterior, reforma
de pavimentos, baños y cocinas así como la colocación de ascensores en comunidades, esta última actuación menos solicitada.
Hasta aquí,
no he hecho más que recoger la teoría. Es decir: lo que dicen los impresos. La única
pega de este Plan es que las viviendas que quedan fuera de la
delimitación del ARI no tienen las
mismas ayudas. Así lo expuse el día que se presentó: que el área debía ser el perímetro del
municipio para beneficiar a todos por igual ya que se trata de un pueblo
pequeño. En una capital, la cosa es distinta. Por lo demás, de este Plan
decirles que "es útil y beneficioso porque da trabajo a muchos sectores de la
construcción y facilita la rehabilitación de viviendas". Al no haberse cumplido las espectativas previstas -debido a la crisis no se hacen ¡¡ni remiendos!! y la gente solo se embarca en lo indispensable- creo que sería factible proponerle a Toledo una variación para que el Plan comprenda "todas las viviendas del municipio". ¿Dónde esta la parte negativa de este Plan? Como de costumbre, en
el retraso que lleva la Administración
para hacer llegar las ayudas a los que después de obtener la calificación ya han
rehabilitado sus viviendas. Para muchos, más de un año esperando. Con mas de 40 expediente
aprobados, la cantidad pendiente de pago es de aproximadamente
150.000 €. Por el siguiente escrito,
quiero hacerles llegar a la Consejera de Fomento Marta García de la Calzada y a la Presidenta de la Junta, Mª Dolores de Cospedal, que se tomen nota del retraso y que den las órdenes oportunas,
a quien corresponda, para que el dinero llegue a los beneficiarios, que han
cumplido con los requisitos, con más celeridad ya que este retraso crea desconcierto, malestar y, a otros propietarios de viviendas, ni los anima ni los motiva a acogerse a las ayudas del susodicho Plan
cuando su vecino le cuenta que “...que sí. Que nos atienden bien y en teoría el Plan es bueno....pero las ayudas aconómicas no llegan”.
Recuerdo que
hace 30 años a la rehabilitación en Caudete
le ocurrió lo mismo que ahora: las ayudas
…¡nunca llegaban!. Y como las ayudas no llegaban y los trámites eran más
lentos y mucho más farragosos que los de ahora, por la sencilla razón de que la calificación
había que tramitarla directamente en Albacete, la rehabilitación quedó en el olvido por falta de seriedad a la hora
de abonar las ayudas. Sería pues muy lamentable que, tres décadas después, se repitiera la misma historia:
que el ARI fracasara por el retraso
en el pago de las subvenciones. Si ustedes, señores de la Administración, no dan la ayuda que
prometen en un tiempo prudencial ¡para
qué puñetas quiere uno gastar tiempo y dinero en conseguir la calificación! Para
acabar, al concejal de Urbanismo le diré que cuando lea esta nota que, por favor, no se moleste. Sencillamente que coja el teléfono y
le haga llegar a la señora de la Calzada, o a
quien proceda, si es que todavía no han dado órdenes de pagar, que tengan la deferencia de ir atendiendo lo antes posible a los que han confiado en el
ARI. Todos se lo agradeceremos: el beneficiario, las empresas y los técnicos.
¡Vamos a ver si tenemos suerte!. Por muchos motivos, sobre todo de carácter social, ecológico, sostenible y financiero,
nuestros socios comunitarios le vienen prestando, desde hace décadas, mucha mas atención que nosostros a la
rehabilitación. Cuentan con más ayudas que aquí y esta faceta de la construcción esta mejor
regulada y mas protegida. También me consta que son mas puntuales a la hora de
abonar las subvenciones que es donde esta, no nos engañemos, la madre del cordero. Esta falta de puntualidad, créanme, no es buena para que este Plan tenga los efectos que todos esparamos de él y que se puedan materializar los fines para los que fue concebido: facilitar trabajo en época de crisis. Por favor: ¿a que esperan?
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