“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
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viernes, 30 de agosto de 2019

Miguel Gil Hernández "el Sacristán", ayudaba a su padre en las tareas de la Iglesia. Pudo ser sacristán, pero acabó de carpintero en Mallorca.

      Desde que hace unos meses Miguel "El Sacristan" se quedó viudo... el mundo se le vino encima. En 1958 empieza a salir con Catalina Díaz Puche y desde entonces nunca se había separado de ella. Y sin su Catalina  ....Miguel se encuentra perdido. 

      Miguel Gil Hernández nació en Caudete en 1942. Su padre, Manuel Gil Pérez, era el Sacristán de Santa Catalina. Ha tenido dos hijos: Isabel María y Miguel Manuel, cuatro nietos y una bisnieta que son los que ahora le dan ánimo para afrontar cada nuevo día.

     La posguerra fue muy dura para todo el mundo, sobre todo para los niños... como Miguel. Mientras estudiaba Bachillevendía vino de la Bodega que tenía el Tío Miguel  el Rastillador y, más tarde, de la Bodega que había en la calle la Nieve conocida como Bodega de los Mocarras. Después estuvo de cobrador de Letras en la sucursal que tenía  Ramón el Gallego en la calle La Nieve, al lado de Mercadona: el Banco Hispano Americano.

     Sus hermanos Antonio y Pepe eran carpinteros. Tuvieron el primer taller en Sax y más tarde lo montan en Caudete. Como Miguel no veía mucho porvenir cobrando letras, con 18 años se va a trabajar a la carpintería de su hermano Antonio. Pepe, que se había casado, se había ido a vivir a Alicante. Antonio era un artista: tocaba la guitarra y fue el vocalista  de la Orquesta Casablanca.

   En la calle Maestro Serrano tuvieron el taller hasta el 1965 año que  trasladan la carpintería a la Carretera de Yecla, enfrente del Lenguetero. Dos años antes, en 1963, había muerto su padre. Fabricaban ventanas, puertas y recuerda que colocaron toda la carpintería del segundo bloque de viviendas que levantó la Cerámica de San Antonio en la calle Corona de Aragon. 

   Como la carpintería no daba para vivir holgadamente dos familias, su hermano Antonio, siete años mayor, se va a probar fortuna a Palma de Mallorca. Dos años después, en 1969, le seguiría Miguel. En la isla consiguen establecerse y contratar buenos trabajos de decoración, equipamiento de viviendas, restaurantes.... 

   Llegan a tener hasta 24 empleados, con gente del pueblo, como Lucas Bañón que estuvo tres años con ellos. El Taller "Carpintería Prodecasa" estaba bien considerado. Al morir su hermano Antonio, en el 2001, se queda solo frente al negocio que funcionó muy bien hasta que la crisis del 2007 se lo llevó por delante.

   
    Si de algo puede presumir Miguel es de tener una familia que lo adora y de muchos amigos que lo aprecian. Todo caudetano que iba a la isla era bien recibido por los Sacristanes. En esta vida, como pagas te pagan. Miguel y Antonio han sido unos auténticos embajadores de Caudete en Mallorca. 

   De la Comparsa  Mirenos, recuerda cuando desfilaba con la Escuadra "La Manta" que dirigía el primo de su mujer, Albertos el Médico, y del arte que tenía el galeno cuando le tiraba la manta a un espectador. Era todo un espectáculo verlo desfilar

     Me decía que a los ocho años ya sabía tocar las campanas de Santa Catalina ya que tenía que ayudar a su padre en las tareas de la Iglesia. Fue su hermano Antonio y su padre los que le enseñaron. Su padre le decía "tienes que hacer hablar a las campanas". También tocaba el órgano.

   También fue, durante cuatro años, el encargado del funcionamiento del reloj de la Torre -que dependía del Ayuntamiento- a cambio de unas monedas que nunca venían mal. "Mi misión era subir las tres pesas antes de que llegaran al suelo. Una pesa era para hacerlo andar, otra para tocar los cuartos y la tercera para las horas. Yo sustituí en esta tarea a Eladio, uno de los hermanos los Campaneros, que se puso enfermo".

Otra tarea que realizaba su padre y que él estuvo realizándola unos meses era encender la estufa del Ayuntamiento después de tocar "Al Alba".

    Tiene en la memoria todos los toques de campana. En especial el de tocar a nublo. Su madre, Isabel Hernández Sempere, que entendía de nubes, se subía al Castillo cuando el cielo se ponía negro.  Observaba si entraban por  el Collado o por el Batán que eran las que más daño hacían. Desde el Castillo le gritaba a su hijo: "empieza a tocar a nublo". 

 Si la nube avanzaba, volvía a tocar. Si continuaba avanzando, el toque se llamaba "llamar a capellanes" que era otro distinto. Cuando la nube se metía de lleno en el pueblo le decía "toca descubrir". Entonces la Iglesia se llenaba de feligreses rogando para que la tormenta  no causara daño.

    En el segundo toque a nublo, el cura ya estaba dispuesto para conjurar la tormenta mientras que la gente rezaba para para que no apedreara la cosecha. Estos toques a nublo, me dice Miguel, se hicieron hasta el 1963 y que, a partir de este año, poco a poco, se fueron abandonando. Su padre le contó que un cura no quiso tocar a nublo y como el pedrisco lo arrasó todo querían apalearlo.

    Isabel no disponía, ni de lejos, de los sofisticados medios con que hoy cuenta Roberto Brasero para darnos una predicción del tiempo. Hace 70 años vemos que el sacristán de Santa Catalina tenía una serie de funciones que hoy están totalmente superadas por la tecnología.
    
  Otros toques que recuerda eran "Al alba" que consistía en tres toques de la campana gorda a las seis de la mañana. Indicaba la hora para ponerse a trabajar. "A Misa", era el toque de las diez. Cuando se alzaba a Dios, a mitad de la Misa, se volvía a tocar.  

    "El Ángelus" era el toque que se realizaba al medio día y que indicaba el momento de dejar el trabajo para comer. Toda la actividad se paraba: quien iba andando por la calle se detenía y el que llevaba gorra o sombrero se descubría.

A las seis de la tarde, a la caída del sol, se volvía a tocar "El Ángelus" que marcaba el final de la jornada. La Iglesia se llenaba de mujeres para rezar el Rosario. 

   Y por último, a las nueve de a noche, realizaba el último toque del día "Las Almas" que era una especie de toque de queda para irse a dormir y para rezar por las ánimas en las casas.

      Miguel ayudaba a su padre en las tareas de la Iglesia y como vemos, una de las actividades que más tiempo llevaba eran los toques de campana: seis veces al día. Dice que era más una pasión que una obligación. Se acuerda perfectamente cómo eran cada uno de los toques...
   
     Yo no viví la época de los toques de campana que dice Miguel ¡Lo que ha cambiado la vida¡ Hay que tener en cuenta que la información que se recibía entonces era muy escasa. Muchos no llevaban reloj y por el tipo de toque la gente recibía mucha información. La religión impregnaba todos los momentos del día. Ahora hemos pasado de un extremo a otro. 

Con 21 años, Miguel entregó las llaves de la iglesia y dejó la casa del sacristán en la Semana Santa de 1963 tras la muerte de su padre.  Hoy nadie duda que hubiera sido un buen sacristán, como lo fue su padre Manuel Gil Pérez, a quien prometió que ejercería de sacristán.

     Pero, desgraciadamente, el párroco, D. Narciso Baguñá Golobart, lo despidió sin tener en cuenta los conocimientos ni la calidad humana de nuestro protagonista ni el hecho de que su padre arriesgara su vida para salvar muchos bienes de la Iglesia que hubieran desparecido en los inicios de de una absurda Guerra Civil que nunca debió suceder.

 A grandes rasgos esta es una semblanza de una persona afable, atenta y muy querida en Palma de Mallorca y en su pueblo natal. Pudo haber sustituido a su padre en el oficio de sacristán ya que estaba muy preparado para desempeñar un trabajo que su padre y su madre le habían inculcado desde que echó a andar. 

     La decisión de Narciso hizo que se ganara las habichuelas como carpintero primero en Caudete y después en Palma de Mallorca.



























2 comentarios:

  1. Una gran persona y muy amigo de sus amigos y conocidos sale por la calle y no anda veinte pasos sin que alguien lo salude y se pare para hacerle algún comentario y demostrarle su amistad amigo Miguel mucho ánimo en los momentos difíciles,un amigo

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  2. Miguel es una gran persona y amigo de sus amigos.
    Gracias, Chimo por publicar este artículo.
    Miguel se lo merece.
    El otro día te lo dije.
    VIVA LOS DEL PALO!

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