Los
gobernantes consideraron el euro como un paso obligado para la integración. ¿Y
por qué no? El problema es que se pasaron: en lugar de hacer coexistir las
monedas nacionales que lo quisieran con una primera etapa en la que el euro
funcionara como una “moneda común” dedicada a los pagos intra y extracomunitarios,
lo que habría permitido una “geometría variable” en los diferentes procesos
nacionales de integración europea, se adoptó directamente el euro como una
moneda única calcada del deutsche mark.
O sea, un mismo traje para orondos y para huesudos.
Para Alemania, en apariencia, es un
chollo, ya que ésta aprovecha la fortaleza del euro para comprar en Europa del Este
componentes que monta en casa y que luego exporta; son caros, pero, como son de
calidad alemana, se venden… por ahora.
Primer mito del euro: con el euro se
funciona mejor. ¡Mentira! No siempre es así. El hecho de que el euro sea la
moneda única impide a las monedas nacionales efectuar “devaluaciones
competitivas” que permitirían potenciar las exportaciones.
Sigamos. ¿Qué
el euro no tiene nada que ver con la actual crisis? ¡Pues claro que sí! Los
países más pobres han tenido que endeudarse para paliar el sufrimiento que
provoca la confluencia de un tipo único de interés con unas tasas muy
diferentes (mayores) de inflación.
Es ese mismo euro fuerte el que ha penalizado las exportaciones de los países más frágiles y ha concentrado la riqueza en manos de los países más competitivos.
Es ese mismo euro fuerte el que ha penalizado las exportaciones de los países más frágiles y ha concentrado la riqueza en manos de los países más competitivos.
Por cierto, algo curioso, los mercados
no castigan por la deuda, sino por la perspectiva de no crecimiento de los
países, es decir, una perspectiva de insolvencia que, además, acentúan las
políticas de austeridad.
Pero todavía
hay algo peor, otra medida catastrófica que se han sacado de la manga: se
recurre a las “devaluaciones competitivas” que producen “pan para hoy y hambre
para mañana”, como sucede, por ejemplo, cuando se abren las compuertas a una
inmigración masiva que nos proporcionará mano de obra barata y, por qué no
decirlo, servil.
Más mitos
relativos al euro: la moneda única nos salvaría de las crisis monetarias. Sí, vale,
pero ¿a qué coste social?
Y otra
mentira: sin el euro estallaría el “gran mercado europeo”. Nos olvidamos de dos
cosas: la primera, que “dicho gran mercado” ya existía desde 1992, antes de la
creación del euro, y la segunda, que dicho mercado también abarca países que no
se hayan en la zona euro.
La ideología ultraliberal imperante en Bruselas hace que, en primer lugar, los Estados miembros no puedan recurrir a sus bancos centrales para obtener un alivio monetario mediante préstamos de estos a aquellos.
La ideología ultraliberal imperante en Bruselas hace que, en primer lugar, los Estados miembros no puedan recurrir a sus bancos centrales para obtener un alivio monetario mediante préstamos de estos a aquellos.
En segundo lugar, el Banco Central Europeo (al que, por cierto,
¿quién ha elegido o legitimado, y en virtud de que principios, para que goce de
una libertad de acción tan total?) tampoco puede prestar dinero a los Estados
miembros.
Esto tiene una consecuencia: los Estados que no pueden emitir moneda
ni obtener dinero del Banco Central Europeo, tienen que endeudarse a través de
“inversores privados”, o sea, de los Bancos no públicos (entre otras cosas
porque ya no existe la banca pública), es decir, el suyo y el mío, en los Bancos privados a los que la burbuja se les ha hecho insoportable porque se han
pasado de avaros.
Y, como todos ustedes saben, benditos lectores, estos Gobiernos vendidos al gran capital consideran que los bancos tienen prioridad sobre las personas.
Y, como todos ustedes saben, benditos lectores, estos Gobiernos vendidos al gran capital consideran que los bancos tienen prioridad sobre las personas.
La canción de
Serrat de hoy nos relata un distanciamiento amoroso de parejas sumidas en la
incomunicación, en la rutina, con un lenguaje cotidiano y coloquial no exento
de ironía, ni de esa ternura, afecto y sensibilidad que el cantante catalán
despilfarra casi siempre. Del disco “Utopía” (1992) la canción “Pendiente de
ti”.
¡Eres tan egoísta...! Sólo piensas en ti.
Vienes en mi busca cuando necesitas cuartelillo,
y en cuanto lo consigues me dejas y te vas
sin fumarte, siquiera, un cigarro conmigo.
Siempre la misma jugada.
Me utilizas y a otra cosa.
No hablamos nunca de nada.
Ni te esfuerzas en mentir.
Ni me sacas a cenar.
Ni te quedas a dormir.
No sé quién eres tú
ni lo que soy para ti.
Si hay algo entre tú y yo
te importa un pito.
No sabes que vivo
pendiente de ti
y tengo también
mi corazoncito.
Así le habló la rama al pajarillo...
Vienes en mi busca cuando necesitas cuartelillo.
Y así lo repetían, desencantados,
una musa a un poeta y un voto a un diputado.
Y el cordel a la peonza,
y un rayo de sol a un viejo,
y las montañas al eco,
y el soldado al comandante;
y la guitarra a la canción
y la canción al cantante.
No sé quién eres tú
ni lo que soy para ti.
Si hay algo entre tú y yo,
te importa un pito.
No sabes que vivo
pendiente de ti
y tengo también
mi corazoncito.
...Pero te prevengo que no voy a permitir
que sigas jugando con mis sentimientos.
Vendrás a buscarme cualquier día de estos
y tal vez entonces ya no estaré aquí...
No sabes que vivo
pendiente de ti.
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