Tampoco el partido tradicional de la clase obrera española, el Partido Socialista, se ha librado del proceso de descomposición de todas las formas asociativas, proceso que es característico del período que atravesamos.
El haber creído que podía salvar su vieja estructura de partido de una íntima disolución ha sido el error histórico colosal de las personas que han controlado los órganos de gobierno de este partido político desde hace demasiados años hasta hoy.
El haber creído que podía salvar su vieja estructura de partido de una íntima disolución ha sido el error histórico colosal de las personas que han controlado los órganos de gobierno de este partido político desde hace demasiados años hasta hoy.
En realidad, el Partido Socialista Obrero Español, por sus tradiciones, por los orígenes históricos de las varias corrientes que lo constituyeron debería haber sido más perspicaz y haberse adaptado a la nueva forma de hacer política tras el 15M.
El PSOE no se diferencia en casi nada con el Labour Party (Partido Laborista) inglés y no es revolucionario más que en las afirmaciones generales de su programa electoral. Se ha movido con pereza y retraso; estando continuamente expuesto a convertirse en fácil terreno conquistado por aventureros, carreristas ambiciosos sin seriedad ni capacidad política; por su heterogeneidad, por los roces innumerables de sus engranajes, desgastados y saboteados por tantos varones feudales,...
....viejos líderes con permiso de fin de semana del geriátrico, expresidentes de gobierno venidos a menos, que nunca han sido capaces de asumir el peso y la responsabilidad de las iniciativas y de las acciones revolucionarias que le imponen constantemente los acontecimientos y también, porque no, por su cambio de opinión cada diez minutos. Esto explica la histórica paradoja por la cual en España han sido los militantes los que empujan y “educan” al partido de la clase obrera, y no es el partido el que guía y educa a las masas.
El PSOE se dice afirmador, en un principio, de las doctrinas marxistas, aunque Felipe González las enterrase en su día; (sería interesante preguntarle a sus afiliados y simpatizantes si siguen de acuerdo con González a día de hoy); es por eso, que debería tener en esas doctrinas –lo han dejado bien claro en las últimas elecciones primarias- una brújula para orientarse en la madeja de los acontecimientos, tendría que tener la capacidad de previsión histórica que caracteriza a los seguidores inteligentes que todavía quedan en este partido.
Debería tener un plan general de acción basado en la previsión histórica y estar en condiciones de lanzar a la clase obrera en lucha con consignas claras y precisas.
El partido socialista está expuesto a todas las presiones de las masas, y se mueve y se diferencia cuando ya las masas se han movido y se han diferenciado con la consiguiente pérdida de votos en las elecciones generales.
El partido socialista está expuesto a todas las presiones de las masas, y se mueve y se diferencia cuando ya las masas se han movido y se han diferenciado con la consiguiente pérdida de votos en las elecciones generales.
En realidad este partido socialista que se autoproclama guía y maestro de las masas no es más que un mísero notario que registra las operaciones realizadas espontáneamente por las masas; que se proclama así mismo jefe de la clase obrera y no es más que una rémora para el ejército proletario.
Si ese extraño proceder del partido socialista, si esa curiosa condición del partido político de la clase obrera no ha provocado todavía una catástrofe, eso se debe a que en la clase obrera, en las secciones urbanas del partido mismo, en los Sindicatos, en las fábricas existen grupos activos de socialistas con pedigrí, conscientes de su deber histórico, enérgicos y cautos en la acción, capaces de guiar y educar a las masas locales del proletariado...
Y también se debe a que existe en potencia en el seno del partido un grupo irreductible al que no le falta más que la organización explícita, la incorporación a la ejecutiva del partido para desarrollarse rápidamente, conquistar y renovar la formación del partido de la clase obrera.
Y también se debe a que existe en potencia en el seno del partido un grupo irreductible al que no le falta más que la organización explícita, la incorporación a la ejecutiva del partido para desarrollarse rápidamente, conquistar y renovar la formación del partido de la clase obrera.
El partido socialista se descompone y deshace cada día, con una rapidez fulminante. En muy poco tiempo y convulsamente han tomado las tendencias una nueva configuración; puestas ante la responsabilidad de la acción histórica.
Espero y deseo de corazón que estos renovados socialistas recuperen la coherencia, no se mientan, y vuelvan a ser los verdaderos socialistas que en algunos momentos de la historia tuvieron la honra de serlo.
Del señor Sabina, Don Joaquin os transcribo un soneto del 2001 titulado “Voyeur”.
Dícese del que mira sin ser visto,
se llama así quien ve pero no moja,
su lema es: se desnudan luego existo,
su Cristo, aquel Mefisto de Baroja.
Un ano es algo más que un agujero,
un mapamundi el plano de una teta,
la bruma es el plató del caballero
de la mano de la trémula bragueta.
Catedrático en áticos de Utrillo,
doctor en cines equis de barriada,
prismáticos de alpaca en el bolsillo.
Para echarse a llorar como un chiquillo,
basta que le sorprenda su cuñada
sudando y con la pinga en cabestrillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario