Hace unos meses fui a medir un bancal y en un lado de la parcela tenían ¡un carro! No pude evitarlo y me puse a hacerle fotos como si hubiera descubierto un tesoro. Esta reliquia me recordó mi niñez. De cómo vivíamos hace 55 años. El cambio ...¡es espectacular!. Nada que ver con la tecnología de ahora.
El que hace medio siglo tenía carro y mula ¡era un afortunado! Con ellos cultivaba su Hacienda -heredada, la mayoría de veces- que consistía en pequeñas parcelas -minifundismo- repartidas por el término plantadas de viña, olivos o frutales, unas cuantas tahúllas de tierra de labranza para trigo, avena o cebada y una pequeña huerta. El carro y la mula eran los dos elementos clave de la vida del agricultor en aquellos tiempos.
Con ellos podía transportar los productos del campo y sembrar la tierra. Este simple medio de transporte, con dos mil años de historia, les permitían a nuestros abuelos, sacar adelante a la familia.
En Caudete hubo buenos maestros en la construcción de carros. En la calle Madrid estaban los hermanos Quilez -José María y Miguel-, en la calle San Vicente los hermanos "Cacas", la Herrería de "Alemán" en la calle San Antonio y "Azorin" en calle Las Eras. Teodoro Requena también realizaba carros además de cualquier tipo de maquinarias, como por ejemplo para sondeos.
La parte más complicada de realizar y que requería mucha pericia y técnica eran las ruedas. Realizar a mano y encajar el aro metálico entre los 18 radios y el cubo era una verdadera obra de arte. En la década de los 70 dejaron de fabricarse y, poco a poco dio paso a la mula mecánica y al tractor. Ir al campo con mi abuelo en el carro era una experiencia difícil de olvidar.
Recuerdo cuando en las calles de Caudete había aparcados solo tres coches. El de Pepe "el de los coches" -el de Fermín fue posterior- el taxi de "Parra" y el de Chimé conocido por "la Rubia", que tenía todo el chasis de madera. A partir de finales de los 60... la cosa cambió.
La agricultura le cedió el testigo a la construcción y, en unos pocos años, los más de mil carros que habían....desaparecieron como por arte de magia dando paso al automovil. Este de la foto es de los pocos que quedan en pie, totalmente abandonado.
Pero ¡ahí esta!, totalmente documentado con sus tablillas para recuerdo de la forma de vida de una generación que, durante siglos, no tuvo otro medio para desplazarse. Tengo dudas si realmente sabemos valorar y estamos haciendo buen uso de la tecnología que hoy tenemos a nuestro alcance....
Sí Chimo así es, un artículo muy curioso y que explicas exactamente como se trabajaba en esos años, mi padre empezó así pero más bién transportando.
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