Llamé a Pedro Ortuño para hacerle una entrevista con el fin de darles a conocer el perfil profesional y humano de este sacerdote y misionero que el día 5 se subirá al Castillo para pregonar las Fiestas de su pueblo que tan bien conoce. Como se encontraba en Albacete quedamos que le mandara por correo las preguntas para confeccionar el artículo.
Horas después me remitía una sincera y entrañable historia y me decía que tomara lo que me interesara de ella. Está tan bien contada el cómo ha enfocado y dedicado este hombre su vida en cuerpo y alma al servicio de los demás que voy a reproducirla íntegramente.
Horas después me remitía una sincera y entrañable historia y me decía que tomara lo que me interesara de ella. Está tan bien contada el cómo ha enfocado y dedicado este hombre su vida en cuerpo y alma al servicio de los demás que voy a reproducirla íntegramente.
Y qué mejor momento para visualizar las excelentes fotografías realizadas por Juan Requena Olivares en 1997, año en el que visitó a Pedro en Safané junto a su hermana Fina, su cuñado Miguel "Corazón" y su mujer. Las fotos de Juan reflejan a la perfección cómo se vive en esa parte del mundo donde Pedro estuvo ayudádoles a mejorar las condiciones de vida tan distinta a la nuestra.
No cabe duda que el mundo esta muy mal distribuido. Afortunadamente existen personas con la calidad humana de Pedro que hace que nos alegremos de pertenecer al género humano. Es impresionante la imagen que recoge Juan de nuestro paisano mirándole la mano al niño en una situacion de extrema pobreza. Si existe, este sacerdote se ha ganado la gloria y con creces...Esta es la bella historia que nos cuenta el próximo Pregonero de nuestras Fiestas que siente, vive y conoce a la perfección:
"Mi
familia eran agricultores en la época de la mula y el arado por lo que desde niño estoy
familiarizado con los trabajos del campo hasta que me ordené sacerdote en 1973. Mi
vocación surge de forma sencilla: de familia cristiana, como era entonces en el
pueblo, de misa los domingos, es en ese ambiente donde surge en mí un deseo de ser
sacerdote desde mis primeros años, sin saber bien lo que eso era, pero digamos
que algo me impulsaba a serlo.
Pedro Ortuño Amoros en Safané (Alto Volta)
Pedro Ortuño Amoros en Safané (Alto Volta)
Varias
veces propongo a mis padres de irme al Seminario, hasta que a la edad de casi
12 años me marché, realizando en él todos los estudios: Bachiller, Filosofía y Teología. Luego Licenciatura en Teología y Master en Doctrina
Social de la Iglesia. Ciertamente,
en el Seminario se trabaja la vocación, no solo con los estudios, como todo el
mundo, sino con una formación especifica para ser sacerdote, y es donde se va perfilando
realmente la vocación y el poder ir tomando la decisión de ser o no ser
sacerdote, porque si uno no tiene vocación....es imposible ser sacerdote.
En
1971, con 23 años terminé los estudios y me nombraron formador del Seminario
Menor ordenándome en 1971 de Diácono, y en abril de 1973 de Presbítero (o
sacerdote). Al mismo tiempo daba clase de religión en un Instituto de Albacete.
Así estuve cuatro años de formador en el Seminario.
Desde los 15 años soñaba con ser misionero; y esto lo alimentaba y me animaban a ello las visitas de misioneros que, una o
dos veces, teníamos en el Seminario.
Eran misioneros que estaban por África
y América. Así que acariciaba la idea de
ir a América, por eso de que allí se hablaba español. Pero
en 1975, unos sacerdotes de Castellón que estaban en Safané (Alto Volta
entonces, ahora Burkina Faso) y que habían comenzado la misión 9 años antes,
nos propusieron de echarles una mano, pues no quedaba más que un misionero en
dicho lugar.
Esto
propició que otros dos compañeros y yo, (los tres éramos formadores del
Seminario) propusiéramos al Obispo de Albacete, ir a Safané y hacernos cargo de
aquella misión, en la que el cristianismo había comenzado 9 años antes. Nos dio
el acuerdo y allá marchamos después de dedicar tres meses a aprender francés
en París pues era la lengua oficial de Alto Volta (antigua colonia francesa),
aunque la gente casi no hablaba el francés (la población es analfabeta aún hoy
día en un 70%), sino la lengua nativa, habiendo en el país unas 55 lenguas
diferentes.
En nuestra provincia eran 13 lenguas, y así cada parroquia comprendía
toda una etnia y su lengua; en nuestro
caso, es el "marká", lengua que tuve que aprender para poder
comunicarme con la gente. En mi segunda estancia aprendí también el "julá", lengua
parecida a la anterior, eran hermanas, algo así como el castellano y el
valenciano.
Allí
fuimos a finales de noviembre de 1975, y nos hicimos cargo de la misión, con
unos 100.000 habitantes, distribuidos en 103 pueblos, con una extensión de
2.100 kms cuadrados. Casi 60% de la población eran animistas o de religión tradicional,
otro 40% eran musulmanes, y unos 500
personas eran cristianos o catecúmenos, es decir, preparándose para ser
cristianos.
Nuestra
misión era evangelizar, formar una comunidad cristiana. Yo he comenzado a hablar de
Jesucristo por primera vez en algunos de aquellos pueblos, y he tenido la
suerte de bautizar a primeros cristianos de algunos pueblos. Incluso conocí
personalmente al primera cristiano del país, Alfed Ki.
Al
mismo tiempo, estábamos muy atentos a necesidades pues la pobreza era total;
así nuestro cometido era atender aspectos de desarrollo, pues en aquel momento
Alto Volta era el 2º país más pobre del mundo, con una renta per cápita de 80$.
Ni había ni hay electricidad; en nuestra zona habían unos 1.200 niños
escolarizados sobre una población de 25.000 niños en edad de escolarizar; el
hospital más cercano estaba a 180 kms; en Safané, había un centro de salud
llevado por dos religiosas enfermeras. Los cultivos son: el mijo o sorgo,
alimento básico, siempre presente en todas las comidas, se cultivaba algodón, un monopolio del
gobierno, y algo de maíz, pero muy poco, y practicamente no había nada más. Las
lluvias caían de julio a octubre, y el resto del año, era sequía, llegando las
temperaturas a 45º entre marzo y junio. Y las mínimas no solían bajar de 18º.
Allí
desarrollamos muchos proyectos: hacer pozos para obtener agua para beber,
proyectos sanitarios, de alfabetización de adultos, proyectos de mejora de la
agricultura, construcción de algunas escuelas y centros de formación. Para esto
contamos con ayudas de Caudete, de Albacete y de Manos Unidas. Al
7º año de estar allí hubo una revolución, y cambio el nombre del país
llamándose desde entones Burkina Faso, que en lengua nativa significa
"país de los hombres íntegros". En 1985 volvía a España, y me nombraron
párroco en Almansa, en la parroquia de San Roque. Al mismo tiempo era directos
espiritual del Seminario Mayor durante 6 años.
En
1995 volví de nuevo a Safané, acompañándome entonces otros dos sacerdotes más
jóvenes. En esta segunda etapa me comprometí para tres años, de modo que en
1998, regresé a España, y el Obispo me
nombró Rector del Seminario Mayor y Menor de Albacete, cargo en el que sigo.
Desde 2004, el Obispo me nombró Canónigo de la Catedral, y además, desde 2008
ejerzo también como párroco de la parroquia de la Resurrección del Señor de
Albacete, y así hasta el día de hoy. Al tiempo que Rector del Seminario soy el
encargado de la formación de los
Diáconos permanentes.
-
En cuanto a las Fiestas, en mi familia, por parte materna, los chavos como nos
conocen, siempre hemos estado muy metidos en ellas: mi abuelo materno,
Pepe Chavo, era socio de la Comparsa de Moros, hizo la fiesta 4 veces, entre
1927 y 1956; mi madre, que acaba de cumplir 96 años, fue el volante en 1927.
Mis tíos y primos fueron siempre
festeros. Mi tío Pedro Chavo, que falleció el año pasado fue Presidente de la
Comparsa de Moros, y luego Fundador-Presidente de la Comparsa de Tarik, a la
que pertenecen mis hermanos y yo mismo.
Mis hermanos han hecho la fiesta varias
veces; yo he estado muy unido a ellos, aunque yo soy el que no ha hecho la
fiesta ni he sido Capitán ni Abanderado, pero he salido alguna vez a disparar y
varios años en los desfiles de la
Enhorabuena y Entrada, con el Escuadra de los Qaysíes, lo mismo que he
participado en dianas muchas veces, y por supuesto en las retretas y he bailado
bien el farol.
Creo que, tal vez por mi
condición de sacerdote, y al estar fuera del pueblo, ha hecho que yo no me
animara a hacer la Fiesta, porque a las Fiestas no he fallado nunca, a
excepción de cuando he estado en África, pues venía de vacaciones cada 3 años.
Siempre he llegado justo a las fiestas y participar en ellas. Como
diré en el Pregón, he participado de otra forma, como es acompañando siempre a
la Virgen, como sacerdote, concelebrando en las Misas Mayores, y probablemente
habiendo presidido y predicado más de 15 Misas Mayores.
Cuando
estuve en África, les hacía ver a la gente de allí tanto a musulmanes, animistas y
cristianos, las fiestas de Caudete a través de diapositivas que yo sacaba
cuando venía de vacaciones. Luego les ponía sesiones de diapositivas por
los pueblos, sirviéndome de la batería del coche, y de un proyector. Las
Fiestas de hace 60 años a las de ahora, han cambiado en espectacularidad, con
los desfiles, aunque el espíritu y raíz de la Fiesta es la misma.
Tal
vez, ahora falta un fondo religioso en muchos jóvenes, y como vemos, muchos se
meten en sus guaridas y casi no saben mucho más de la Fiesta, a lo más, si
participan en los desfiles, pero muchos ni eso. A estos les falta el espíritu
religioso, pero esto no se impone, sino que se tiene o no se tiene".
"El Caudetano", de Juan Ángel Amoros es la pieza musical
que la Banda Unión Musical "Santa Cecilia" interpretara
una vez Pedro finalice su Pregón. Es el Himno a Caudete.
Marca el inicio de la Fiesta.
"El Caudetano", de Juan Ángel Amoros es la pieza musical
que la Banda Unión Musical "Santa Cecilia" interpretara
una vez Pedro finalice su Pregón. Es el Himno a Caudete.
Marca el inicio de la Fiesta.
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