Es todo un personaje en el mundo de la construcción. A Juan Muñoz Puche (1936), de mote "el Yeclano", lo conocí en el año 1982 realizando la cimentación del edificio que promovió en la calle La Huerta, esquina con Pintada, Juan Rey Pérez. ¡Alli estaba Juan! con el martillo compresor rompiendo la tosca para colocar la cimentación del edificio.
No he conocido a otro tipo tan trabajador en una profesión tan dura como es llevar entre las manos todo el día un martillo compresor para hacer zanjas, canales, pozos, carreteras.... Cuando se recurría a él, era porque el terreno era muy compacto -duro- y a mano no se podía hacer.
No he conocido a otro tipo tan trabajador en una profesión tan dura como es llevar entre las manos todo el día un martillo compresor para hacer zanjas, canales, pozos, carreteras.... Cuando se recurría a él, era porque el terreno era muy compacto -duro- y a mano no se podía hacer.
El otro día estaba en el Paseo Luis Golf esperando a su amiga Clara, tiempo que aproveche para que me contara algún detalle de su vida. No tuvo que hacer ningún esfuerzo. Es una de las personas de Caudete que mejor conserva la memoria. Se llama alomnesia.
Me dijo que empezó a trabajar con doce años picándo piedra. Sí, a los doce años. "Entonces pasabas hambre si no trabajabas". Me recordaba la estrofa de la poesía de Miguel Hernández cuando dice "...que saldrá del corazón de los hombres jornaleros que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros".
Desde 1949 hasta el 1968, Juan trabajó como picapedrero en la construcción de carreteras como la de Jumilla, Bañeres, Ibi, Muro de Alcoy, Teulada, Pego, Fuente la Higuera (1951) Mogente (1953), Alginet, Real de Montroy (1954) Motortal, Altea (1959), Villar de Chinchilla y Caudete (1960) Estuvo haciendo la Mili en Olop. Allí fue durante un mes al Colegio de Zapadores Nº1. Esa fue la única vez que se sentó en un pupitre para aprender algo.
La piedra para hacer la carretera que va desde la Estación hasta el Cruce, en 1960 la sacaban de una cantera situada al final de la Vereda de Santa Ana. Tiraban barrenos y después, con un martillo de 2 kgs, Juan picaba a mano la piedra de un grosor determinado.
En el 1951 estuvo en la construcción de la carretera que va desde el Cuartel de la Guardia Civil hasta el término con Villena. Picaban la piedra a destajo y cobraban a 6 pesetas/ m3. Dependiendo del tipo de piedra, picaba de 7 a 8 m3 al día. Cuando el jornal en el campo era de 12 pesetas, Juan, ganaba más del triple.
En abril de 1973 cambia la técnica: deja el martillo manual para coger un martillo compresor -funcionan por aire comprimido- con el que estuvo hasta que se jubiló con una empresa de Bañeres. Presume de haber faltado tan solo un día en su vida a trabajar. Perdí la servilleta donde anoté los nombres de cuatro paisanos más de Caudete, compañeros suyos en este oficio. Cuando la localice se los haré llegar.
Creo que es bueno no perder de vista de donde venimos. Se nos olvida que nuestros ancestros las pasaron canutas. Por no tener, ¡no tenían ni para comer!. La de veces que Pedro Sánchez Algarra me ha contado que de chiquillo, comerse un boniato era un lujo que no estaba al alcance de cualquiera. Entonces, si se caía un trozo de pan al suelo tras recogerlo ¡lo besábamos!. Ahora....
Ahora ...¡tiramos la comida! Todos los extremos son malos. Juan empezó a trabajar a los doce años picando piedra, como los presos. Me decía que si no trabajaba no comía. Esto son palabras muy serias que deben hacernos reflexionar y que nos tienen que servir de referencia para valorar el presente en su justa medida...Una parte de esta crisis la tiene Zapatero y Rajoy. La otra, nosotros, por haber olvidado de donde venimos y como hemos llegado hasta aquí.
El otro día me encontré con Juan y me asombró. Le pedí nombres de sus compañeros de profesión y haciendo gala de una memoria prodigiosa casi me los recitó: José Tomás Pérez el "Grajo" y su hermano Juan, José Martinez Tecles, Francisco Martínez Pascual, Francisco Díaz Navarro el "Brujo", Antonio Ferriz Ortolaza el "Zurdo", Mateo Solera Marco, Pepe el "Tramucero"...
Me dijo que empezó a trabajar con doce años picándo piedra. Sí, a los doce años. "Entonces pasabas hambre si no trabajabas". Me recordaba la estrofa de la poesía de Miguel Hernández cuando dice "...que saldrá del corazón de los hombres jornaleros que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros".
Desde 1949 hasta el 1968, Juan trabajó como picapedrero en la construcción de carreteras como la de Jumilla, Bañeres, Ibi, Muro de Alcoy, Teulada, Pego, Fuente la Higuera (1951) Mogente (1953), Alginet, Real de Montroy (1954) Motortal, Altea (1959), Villar de Chinchilla y Caudete (1960) Estuvo haciendo la Mili en Olop. Allí fue durante un mes al Colegio de Zapadores Nº1. Esa fue la única vez que se sentó en un pupitre para aprender algo.
La piedra para hacer la carretera que va desde la Estación hasta el Cruce, en 1960 la sacaban de una cantera situada al final de la Vereda de Santa Ana. Tiraban barrenos y después, con un martillo de 2 kgs, Juan picaba a mano la piedra de un grosor determinado.
En el 1951 estuvo en la construcción de la carretera que va desde el Cuartel de la Guardia Civil hasta el término con Villena. Picaban la piedra a destajo y cobraban a 6 pesetas/ m3. Dependiendo del tipo de piedra, picaba de 7 a 8 m3 al día. Cuando el jornal en el campo era de 12 pesetas, Juan, ganaba más del triple.
Creo que es bueno no perder de vista de donde venimos. Se nos olvida que nuestros ancestros las pasaron canutas. Por no tener, ¡no tenían ni para comer!. La de veces que Pedro Sánchez Algarra me ha contado que de chiquillo, comerse un boniato era un lujo que no estaba al alcance de cualquiera. Entonces, si se caía un trozo de pan al suelo tras recogerlo ¡lo besábamos!. Ahora....
Ahora ...¡tiramos la comida! Todos los extremos son malos. Juan empezó a trabajar a los doce años picando piedra, como los presos. Me decía que si no trabajaba no comía. Esto son palabras muy serias que deben hacernos reflexionar y que nos tienen que servir de referencia para valorar el presente en su justa medida...Una parte de esta crisis la tiene Zapatero y Rajoy. La otra, nosotros, por haber olvidado de donde venimos y como hemos llegado hasta aquí.
El otro día me encontré con Juan y me asombró. Le pedí nombres de sus compañeros de profesión y haciendo gala de una memoria prodigiosa casi me los recitó: José Tomás Pérez el "Grajo" y su hermano Juan, José Martinez Tecles, Francisco Martínez Pascual, Francisco Díaz Navarro el "Brujo", Antonio Ferriz Ortolaza el "Zurdo", Mateo Solera Marco, Pepe el "Tramucero"...
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