Como dice el titular, "breve pero intensa" es la crónica de Leo sobre la actuación musical que tuvo lugar en "La Bomba" el pasado fin de semana. Tienen que saber que sus crónicas no pasan desapercibidas para algunos lectores de este blog, ávidos de sensaciones no oficiales, algo ácratas, que valoran la ironía mezclada con dosis de mordacidad. Otros que no defraudan nunca son el Boluda con su voz grave y desagarrada cantando originales y comprometidas letras acompañado de su inseparable armónica y, sobre todo, su buen amigo Pepe "el Lirón" que con su teclado se acopla a lo que haga falta y un poco más. También actuaron otros artistas. Mejor que lo cuente Leo:
"....Hace ya dos meses que la conífera de la puerta de La Bomba que, da
nombre al pacto trazado por Chimo Medina y yo, vive feliz y a sus anchas en un
recóndito humedal del Barranco del Agua. Aún así y fiel al tomillo con miel de Chimo, continúo participando en el pacto forestal que me une al blog
“hasta que el pino de sombra” que consiste en que él hace las fotos y yo el texto de las actuaciones artísticas en La Bomba.
Experimento por tanto, un sudor en las “corvas” por intentar superar el
escrutinio de los lectores de las "crónicas bomberas" que, entre café y lechuga intento contar. Esta vez se traslada hasta el Boom Boom de Jhon Lee Hooker bajo el
influjo carajillero de la voz de Boluda, cantante de Los Pecadores.
Con esta parrafada intento marcar el estilo de esta banda de "gamberros
del blues", como son "Los Pecadores". Pepe el Lirón y Boluda fueron los pilares de la "Jam
Session" que se pudo ver y escuchar el sábado 14 de noviembre en La Bomba. Un
repertorio inspirado en la mugre que deja el poso del café entre colillas
y humo, con sabor a incienso del quicio
de la mancebía.
Lamiendo a Nina Simone entre sollozos de armónica y cajón
flamenco, con susurros de Ron Mulata y gritos de Tequila Jalisco. O el Piano
Man, de Billie Joel que sucumbía a las letras que escupía el micro de Boluda,
un tema nacido en los 70 entre polémicas legales y que se ha convertido en un
estándar del rock urbano para cuarentones divorciados. De otro gallinero y de
la pluma estilográfica de Boluda salía este otro cantar, “Somos Los Pecadores”
versionando el “Somos Los Barrieros” del grupo gaditano El Barrio pero, sin
gorro, sin guitarra y sin flamenco.
A la patera, sin el otro lado a la vista, se lanzaron unos cuantos
pecadores más. Lucas, sin confesar y sin Ave María, supo arrodillar a la
parroquia antes del credo, durante la salve y después de la ostia. El
catequista llegó castigando la voz de alarma ante canciones memorables del
repertorio sucio y rebelde de la mejor época del rock americano, cuando el
alcohol era pecado y las pistolas iban a misa. Gracias por pasártelo bien.
Y el saxofonista iturraldino más famoso del valle del punto "G" llegó.
Reynaldo, de imagen pulcra, cara abetunada y el color de los cuadros del Greco.
Saxo alto en mano y culo escondido en el reposabrazos del diván de La Bomba,
rodó por los estándar del blues y rock and roll al azote de las dominantes
secundarias. Bravo por atreverse a lanzarse al rodeo con el Búfalo Lirón
mirándote de reojo desde el otro lado del rancho pecador.
Y el chico del Trombón, debajo del pelo
rubio, detrás de la perilla y delante del público soltó la columna de aire
entre la varilla del instrumento y la mesa llena de copas, para darse de bruces
contra el rock del momento, bien con el viento-metal, o con la guitarra
eléctrica que sacó de su funda de metralleta de Al Capone.
Llegó antes de la creación, y se fue antes del Big Bang. Juan “ El
Barbas” actual baterista de Los Yankis,
inauguró la primera sacudida del Vesubio en la destartalada batería que
encontramos para el evento. Marcando el
primer rítmo entre la Semana Santa de Hellín y John Bonham de Led Zepelin. Algo
hay más allá de sus baquetas que le hace ser siempre elegante en sus golpes.
Una noche de deliciosos pecados carnales, con sobredosis de buena
intención por parte de toda la gente que participó, sin olvidar al “Cuqui” y al
“Feco” que ya fuera de tiesto cerraron la sesión golfa. Pecando en magnitud y
origen, sumándose al desorden de músicos con un fin carnosamente deseable,
pisando la raya de lo que para el ser humano se dice ser pecado. Una buena
juerga!!!
Jam Session en La Bomba con Los Pecadores, pero… sin soberbia, sin
avaricia, sin envidia, sin ira, sin lujuria, sin gula y, mucho menos, pereza."
Y también sonaron Gershwin y Jobim. Muy buenos Boluda, Pepe y el resto de inivtados. Una noche cojonuda de blues, jazz y R'n'R. Long live to the Bomba.
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