El día 6 de septiembre la Fiesta estaba delante del Ayuntamiento. Era una mañana radiante y con mucha luminosidad. Había dado comienzo con el desfile de Capitanías y Volantes. Todos estaban esplendidos, incluido el Alcalde de Marseillan al lado de sus paisanos de la "Asociación del Hermanamiento Marseillan-Caudete" ataviados con camisas que llevaban dibujadas un "cangrejo", el emblema de nuestro pueblo hermano, preparados todos ellos para asistir al izado de su bandera y cantar las bellas estrofas revolucionarias de "La Marsellesa" que la Banda Unión Musical "Santa Cecilia" se preparada a interpretar, himno que, desde su composición por el capitán Rouget de Lisle, en 1792, exaltaba tanto el ánimo patriótico de los soldados que Napoleón Bonaparte dijo en una ocasión: "Esta música nos ahorrará muchos cañones"....
Observé a Yves Michel como, con sumo cuidado, desplegaba la banda presidencial y se la colocaba sobre el hombro. El azul, blanco y rojo, colores de la República Francesa, destacaban cobre su traje negro. Si alguien no lo conocía, la banda indicaba de quien se trataba. Cuando estuve en su pueblo, también se la puso en la Fiesta Nacional del 14 de julio
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¿Se imaginan ustedes, queridos amigos, a José Miguel Mollá colocándose una banda roja y gualda para izar la bandera y escuchar el himno Nacional?.... ¿O a un Alcalde socialista? Pero...¿a donde queremos llegar como Nación en estas circunstancias? si preferimos hablar de "Estado" o de "país", para no llamarla por su nombre.
La bandera nacional solo la lucimos como consecuencia de algún éxito deportivo sonado. Sobre todo en el fútbol. Fuera de estos eventos, si defiendes, luces o expones la bandera española ....corres el riesgo de que te llamen facha, lo que pone de manifiesto la ignorancia supina sobre su origen del que te insulta. Los símbolos que a nuestros vecinos unen, a una gran mayoría de nosotros nos irrita y produce urticaria. En muchos casos, ocurre algo peor: nos enfrenta. Tienen que pasar todavía un par de generaciones para superar los miedos y que ni el himno ni la bandera suenen a represión. ¡Ahí esta la madre del cordero!
Llevamos mucho retraso en esto de aguantarnos y respetarnos. En 1789 nuestros vecinos iniciaron una revolución que acabó con la Monarquía en la guillotina. Nosotros, tras la Gloriosa Revolución de 1868 -algo similar a la francesa-, que obligó a Isabel II a exiliarse a París, nos fuimos a Italia en busca de un rey: Amadeo de Saboya que, cansado y harto de tanta intriga, tres años después se volvía a su querida Italia.
A continuación nos embarcamos en un República de opereta. Tras el pronunciamiento en Sagunto de Antonio Martínez-Campos le implorábamos al Borbón Alfonso XII, hijo de Isabel y nieto de Fernando VII- el rey felón- que, por favor, se dignara a gobernarnos "porque no lo sabíamos hacer solos". El escritor Javier Traité la califica "el show de la Primera República", con cuatro Presidentes ...¡en un año!: Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Dice Traité que "en otros países un Parlamento había expulsado a un tirano para constituir una República. Aquí un tirano había desertado, harto de nosotros, y nuestros Parlamentarios formaron una República porque no les quedó otra cosa". Así finalizó aquel sainete. De la segunda ...¡ni les cuento!
La bandera nacional solo la lucimos como consecuencia de algún éxito deportivo sonado. Sobre todo en el fútbol. Fuera de estos eventos, si defiendes, luces o expones la bandera española ....corres el riesgo de que te llamen facha, lo que pone de manifiesto la ignorancia supina sobre su origen del que te insulta. Los símbolos que a nuestros vecinos unen, a una gran mayoría de nosotros nos irrita y produce urticaria. En muchos casos, ocurre algo peor: nos enfrenta. Tienen que pasar todavía un par de generaciones para superar los miedos y que ni el himno ni la bandera suenen a represión. ¡Ahí esta la madre del cordero!
Llevamos mucho retraso en esto de aguantarnos y respetarnos. En 1789 nuestros vecinos iniciaron una revolución que acabó con la Monarquía en la guillotina. Nosotros, tras la Gloriosa Revolución de 1868 -algo similar a la francesa-, que obligó a Isabel II a exiliarse a París, nos fuimos a Italia en busca de un rey: Amadeo de Saboya que, cansado y harto de tanta intriga, tres años después se volvía a su querida Italia.
A continuación nos embarcamos en un República de opereta. Tras el pronunciamiento en Sagunto de Antonio Martínez-Campos le implorábamos al Borbón Alfonso XII, hijo de Isabel y nieto de Fernando VII- el rey felón- que, por favor, se dignara a gobernarnos "porque no lo sabíamos hacer solos". El escritor Javier Traité la califica "el show de la Primera República", con cuatro Presidentes ...¡en un año!: Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Dice Traité que "en otros países un Parlamento había expulsado a un tirano para constituir una República. Aquí un tirano había desertado, harto de nosotros, y nuestros Parlamentarios formaron una República porque no les quedó otra cosa". Así finalizó aquel sainete. De la segunda ...¡ni les cuento!
Y si es que alguna vez fuimos un Imperio, hoy nos toman por el pito del sereno. Nos hemos ganado a pulso el que en el concierto mundial pintemos menos que chafarrochas en la puerta de la Audiencia. ¡Que caro nos costo que José Luis Rodríguez Zapataro protagonizara aquella infantil irreverencia diplomática como no levantarse ante la bandera de EE.UU. en un desfile! El hombre no pensó que, con desplantes así, los demás, tampoco respetarían la suya. No se ofendan, pero Francia nos da sopas con honda: además de formar parte, tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Es poco serio, por nuestra parte, alentar que vengan 10.000 estudiantes ingleses cada año a Salou exclusivamente a potenciar la cultura del consumo incontrolado de alcohol. Ah..¡y menos mal que vienen!....convirtiéndose el turismo en la primera fuente de ingresos para este país. Perdón. Para España, quería decir. ¿No les resulta una ironía que el art. 30 de la Constitución diga "...los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España"?. O tal vez no, si tenemos en cuenta que el legislador sabía el terreno que pisaba. Y no lo digo por los catalanes, vascos y gallegos.
Es poco serio, por nuestra parte, alentar que vengan 10.000 estudiantes ingleses cada año a Salou exclusivamente a potenciar la cultura del consumo incontrolado de alcohol. Ah..¡y menos mal que vienen!....convirtiéndose el turismo en la primera fuente de ingresos para este país. Perdón. Para España, quería decir. ¿No les resulta una ironía que el art. 30 de la Constitución diga "...los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España"?. O tal vez no, si tenemos en cuenta que el legislador sabía el terreno que pisaba. Y no lo digo por los catalanes, vascos y gallegos.
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