La pasada semana tuvo lugar la celebración de
un Consejo Escolar Municipal a propuesta de la Concejala
de Educación. Se acordó que para cumplir el calendario escolar 2012-2013, 175 días lectivos, los alumnos de secundaria finalizarán el curso el 26 de junio. El director del IES
Rafael Requena, Vicente Rius,
agradeció al Ayuntamiento lo rápido que se habían limpiado las pistas de deporte después de las
lluvias de hace unas semanas. También se
interesó por las posibles ayudas para el desplazamiento de los alumnos de Ciclo Formativo de Bachiller Artístico a Almansa. Amelia Verdú dijo que de
momento el Ayuntamiento no tenía previsto esta ayuda pero que la empresa de transporte
Alsina si tiene un convenio con la Junta consistente en un bono por un mes o dos (cuando mas tiempo mas
barato), con descuentos del 40%.
Otro asunto que se trató fue el de las bajas de los profesores. Casi mes y medio sin clase de Biología, por baja de enfermedad de la profesora titular, es mucho
tiempo para que los alumnos puedan recuperarlo y lógicamente va a repercutir negativamente en la formación, afirmó Rius. Al estar tardando, incomprensiblemente, tanto tiempo Albacete en cubrir una baja, el
director le pidió a Amelia que, de
volver a ocurrir, les eche una mano ya que desde el Ayuntamiento puede hacerse mas fuerza que desde la
Dirección del Centro, a sabiendas que las decisiones dependen directamente de
Albacete. No obstante, Amelia le dijo que cuando esto ocurra se le comunique
para presionar con el fin de que este
tipo de problemas se solucione lo antes
posible. El director dejo claro que les habían tomado el pelo en este asunto. A
esta tardanza hay que sumarle los recortes presupuestarios, como eliminar profesores interinos que en este curso con 11 profesores menos y el pasado 6. En total,
17 profesores menos los que imparten clase en el IES Rafael Requena.
También se interesaron por el comedor escolar. Se expuso que no funciona ya que siendo el mínimo de 20 para autorizarlo, solo se apuntaron 9,
por lo que ahora es difícil abrirlo. La
Concejala manifestó que, no obstante iba
a insistir y a estudiar otras fórmulas. José Esteve, exconcejal de
Educación, expuso la idea de que un comedor
social sería interesante ponerlo en marcha ya que hay mucha gente que pasa hambre. Amelia respondió que
todavía no ha tirado la toalla y que sigue realizando gestiones. De ponerse
en marcha, podrían comer alumnos y personas necesitadas. Los profesores se
interesaron por la nueva Ordenanza Reguladora de las Guaridas solicitando una copia una vez este definitivamente
aprobada.
Se dio
a conocer que David Belda Martínez, Graduado en Educación Primaria, a través
de la Universidad de Alicante, esta realizando un Master Universitario de
Investigación Educativa dirigido por Ramón
F. LLoréns García, Doctor en
Filosofía Hispánica y profesor de literatura infantil en el área de Didáctica
de Lengua y Literatura del Departamento de Innovación y Formación Didáctica de
la Universidad de Alicante, consistente “en investigar el hábito de
lectura de los niños de secundaria del Instituta Rafael Requena”, mediante
el método cuantitativo y cualitativo con
diseño experimental descriptivo mediante encuesta.
(Interesante será el resultado, ya que si nos da un hábito bajo, podremos poner en marcha mecanismos para que, desde la escuela y desde su casa y contando con la complicidad de sus padres, el alumno adquiera un hábito mayor a la lectura. El que un alumno haya adquirido hábito a una cosa tan simple como leer, a temprana edad, siempre se traducirá en buenos resultados académicos en la Universidad. Por lo tanto, invertir en que un alumno mejore su rendimiento es siempre invertir en nuestro propio futuro. Mariano José de Larra decía, en el primer tercio del siglo XIX, "...no se si en esta país no se leé por que no se escribe o porque no se escribe no se leé". Mas de siglo y medio despues, la situación no ha mejorado mucho. Siete Leyes de Educación en el trascurso de nuestra joven democracia, no hablan a favor del sentido común ni de un sistema educativo en condiciones y libre de cualquier injerencia ideológica. El informe Pisa y los resultados del elevado fracaso escolar nos lo estan diciéndo. Y de la que se ha montado con el Ministro de Educación ....¡ni les cuento!. Así, no vamos a ninguna parte)
------------------------------
------------------------------
Si todavía no los conocen, lean los dos ejempos que les traigo a continuación para que saquen sus propias conclusiones ya que los dos estan íntimamente relacionados con la enseñanza y la formación. Espero que les sea de interés y de provecho.
1.- LECCIÓN PRÁCTICA A LOS ALUMNOS DE DERECHO
Una mañana, cuando nuestro
nuevo profesor de "Introducción al
Derecho" entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el
nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila:
- ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Juan, señor.
-Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor.
Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados pero nadie dijo nada.
-¡Ahora sí!- y preguntó el profesor:
¿Para qué sirven las leyes?...
Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:
-"Para que haya un orden en nuestra sociedad"
-"¡No!", contestaba el profesor-
-"Para cumplirlas" "¡No!"
-"Para que la gente mala pague por sus actos" "¡¡No!!
-¡¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!".
-"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.
-"¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿para qué sirve la justicia?"
Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien hace el bien”.
-Ok, no está mal pero... respondan a esta pregunta ¿actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?....
Todos nos quedamos callados, nadie respondía.
- Quiero una respuesta decidida y unánime.
-¡¡No!!- dijimos todos a la vez.
-¿Podría decirse que cometí una injusticia?
-¡Sí!
-¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?
-Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más!
-Vete a buscar a Juan- dijo mirándome fijamente.
Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia.
- ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Juan, señor.
-Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor.
Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados pero nadie dijo nada.
-¡Ahora sí!- y preguntó el profesor:
¿Para qué sirven las leyes?...
Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:
-"Para que haya un orden en nuestra sociedad"
-"¡No!", contestaba el profesor-
-"Para cumplirlas" "¡No!"
-"Para que la gente mala pague por sus actos" "¡¡No!!
-¡¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!".
-"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.
-"¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿para qué sirve la justicia?"
Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien hace el bien”.
-Ok, no está mal pero... respondan a esta pregunta ¿actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?....
Todos nos quedamos callados, nadie respondía.
- Quiero una respuesta decidida y unánime.
-¡¡No!!- dijimos todos a la vez.
-¿Podría decirse que cometí una injusticia?
-¡Sí!
-¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?
-Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más!
-Vete a buscar a Juan- dijo mirándome fijamente.
Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia.
2.- ANÉCDOTA DE BOHR. (MUCHO MAS IMPORTANTE QUE MEMORIZAR ..... PENSAR)
Sir Ernest
Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química
en 1908, contaba la siguiente anécdota:
"Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de
poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de
física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era
absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de
alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen: "Demuestre
como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un
barómetro".
El estudiante había respondido: "lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio. Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: -Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
El estudiante había respondido: "lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio. Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: -Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
En este momento de la conversación, le pregunté si
no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión
marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la
diferencia de altura entre ambos lugares) dijo que la conocía, pero que durante
sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar".
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario