Una buena solución para combatir la crisis y el estrés es sembrar la tierra, como hace Paco Vila Sanchis. Del precio de una lechuga o un tomate tras la hecatombe inmobiliaria....

    Una pésima e irracional medida adoptada hace dos décadas por el Estado fue transformar en solares los bancales que habíamos cultivado durante siglos. ¿Por qué le dimos la espalda a la agricultura? Porque un ladrillo llegó a valer más que una docena de lechugas y un kilo de tomates!

    Tierras fértiles, que habían dado de comer a nuestros ancestros,  se quedaron -y para desgracia nuestra así continúan- completamente yermas, como las de la Huerta Arriba, las más fértiles de todo el término.  

    A Paco Vila Sanchís lo pillaron en medio de aquel espectacular "tejemaneje" urbanístico-inmobiliario que se montó hace 16 años. No. El no supo aprovechar aquel trasiego de bancales convertidos en solares a espaldas de la Ley del Desarrollo Urbanístico. José María Aznar, ¡con un par!, convirtió todo el campo en orégano.

  El negocio inmobiliario fue ladinamente alentado por Entidades Financieras cuyos Directores Generales no tenían registrado en sus archivos el significado de escrúpulos, ética o profesionalidad. Se escudaban en que "recibían órdenes de sus superiores"... O lo que es lo mismo, aplicaban la teoría del "dame pan y dime tonto". ¡Eh! ..y que la cosa funcionaba.

 

    Todo el término municipal, de norte a sur y de este a oeste, estaba en venta, y, para desgracia nuestra, así continúa. Ahora, por otros motivos distintos. Lo cierto es que entonces faltaban solares, viviendas, bancales, pedrices, casas, labores, huertos. Nuestro término municipal es grande: 14.500 hectáreas... ¡pues ¡todo estaba en venta! 

      Se contaba con una serie de ventajas y facilidades de financiación nunca vistas hasta entonces. Al olor de estas facilidades, ingleses primero y españoles después, aterrizaron por estos lares instalando sus chiringuitos inmobiliarios que crecieron como setas. 

   De la noche a la mañana, esto se convirtió en jauja. Lo que pudo haber sido una actividad lícita, profesional y rentable fue un desmadre y una guerra sin cuartel. Vivíamos como si el mundo se acabara al día siguiente. Los banqueros nos traían la cantidad solicitada -muchas veces incluso más- a nuestro domicilio para que no nos herniáramos yendo a sus despachos. 

 

    Paco... no supo rentabilizar la situación. Había muchos buitres y halcones en escena dispuestos a devorar -sablear- a cualquiera y tuvo que salirse del escenario ....muy afectado. 

    Me alegré cuando vi que recuperaba la salud a base de una terapia tan sencilla como efectiva: trabajar la tierra, convirtiendo el solar de enfrente de su casa en bancal, el mismo que habíamos dejado de cultivar cuando "atábamos a los perros con longanizas".

 

   Ahora, los dueños de Mercadona y de Carrefur nos esperan en sus Centros a los que pagamos por un tomate o por una lechuga diez veces más de lo que cuesta un ladrillo de cara vista. Justo al revés que hace una década.

       Todo, ¡absolutamente todo!, ....sale de la tierra. Paco sabe cómo hacerla producir. Ahí tienen la prueba. Le ha dado un giro a su espíritu poniendo en marcha un pequeño huerto delante de su casa, aplicando la técnica inventada por los israelitas como es el conocimiento, trabajo y el goteo. 

 

Se entretiene y, de paso, recoge patatas, lechugas, tomates, cebollas, acelgas, zanahorias, calabazas de cabello de ángel, bajocas, ajos, sandías melones, pimientos, calabacines...¡Nunca debimos darle la espalda a la agricultura!  

 

¿Sabe usted plantar patatas, lechugas o pimientos? Ya no nos acordamos, pero fuimos un pueblo eminentemente agrícola y hoy tenemos medio término municipal sin cultivar justo cuando los productos alimenticios -frutas y verduras sobre todo- se han puesto por las nubes. 

 

Con crisis o sin ella ....siempre gana el mismo. Paco va por buen camino. Le voy a decir que me enseñe a plantar lechugas, cebollas y tomates que son los ingredientes necesarios para una buena ensalada. ¿Hemos aprendido algo de esta triste experiencia urbanística-inmobiliaria para no repetirla? No lo se. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Un dato curioso:
 Rafael Requena se adelantó a su tiempo
pintando la huerta de Paco.
Este cuadro pueden verlo en las oficinas del BBVA