Septiembre del 2007 marcó el inicio del viacrucis más largo de cuantos ha sufrido España y el de muchos españoles. Hasta esa fecha, el negocio inmobiliario iba sobre ruedas. El Promotor, después de encargar el Proyecto y conseguir la Licencia de Obras, obtenía del Banco, o de la Caja, el Préstamo Hipotecario que le permitía financiar su obra. Así fue desde el principio: compra del solar, proyecto, licencia, préstamo, construcción, venta de viviendas, Notaría, Registro....¡y vuelta a empezar!
La actividad inmobiliaria funcionó así durante muchos años. El Promotor y el Director del Banco, o Caja, remaban juntos y en el mismo sentido. Eran los protagonistas de la película. Todos ganaban dinero: el albañil, el yesaire, el tabiquero, el carpintero, el fontanero, el pintor... todos vivían relativamente bien desde que el Promotor colgaba el cartel en el solar y el Director de la Entidad Bancaria le soltaba la pasta.
Todo iba, repito, muy bien, hasta que llegó septiembre del 2007. Esa fecha fue fatídica para todos los españoles. Hasta ese momento, el Promotor le llevaba al Director del Banco, o Caja, la relación del 50% de compradores como condición previa para obtener el siempre ansiado préstamo. Pero.... ¡ese mes la cosa cambió!.
En julio de ese mismo año una Caja de Elda le concedió un préstamo de 3 millones de euros a un Promotor para construir 30 viviendas en Villena, promoción de la que yo hubiera sido el Arquitecto Técnico. En septiembre, y sin previo aviso, cambiaron las reglas del juego.
El Director le dijo al Promotor que la relación de compradores que le había llevado ...¡no le servía!. Le requería una en la que los compradores, además de solventes, estuvieran interesados en comprarla. Pero...¿quiere decir esto que hasta entonces la relación de compradores era ficticia? Más o menos. El Banco, o la Caja, lo que quería era una lista para cumplir el expediente sin investigar la situación económica de ningún posible comprador.
¿Por qué? por la sencilla razón de que la vivienda, de un día para otro, se revalorizaba hasta extremos insospechados. Si después alguno de los compradores no podía pagar las cuotas mensuales del préstamo no había problemas porque se la quedaba el Banco, o la Caja, y la volvia a vender más cara.
Pero, a partir de septiembre del 2007...el negocio inmobiliario estalló por los aires. La promocion de Villena nunca se hizo. Todo el sistema financiero se vino abajo. Se descubrió que todo el entramado era ficticio. Que viviamos en una burbuja de espaldas a la realidad.
Para más inri estábamos en periodo preelectoral y personas tan solventes como Pedro Solbes negaron, hasta la saciedad, que hubiera crisis. España se estaba desangrando. Pero decían que gozaba de una salud de hierro. Que lo que pretendia la derecha con sus denuncias era desprestigiar a la izquierda... Como si todos ellos no estuvieran en la pomada del negocio.
¡Que la cosa iba muy bien! y que no había motivos para alarmarnos. Zapatero, Solbes y también Fernández Ordoñez, Presidente del Banco de España y amigo de Zapatero, sabían que la realidad era muy distinta... Pero la ocultaron como estrategia para ganar en las urnas al año siguiente. Muchos deberían haber pasado una temporada a la sombra. Por mentir.
Sin embargo... nadie pagó por semejante conducta delictiva. Los únicos que pagaron fueron los españoles que al quedarse sin trabajo y no poder hacer frente a la hipoteca de un piso sobrevalorado por culpa del boom inmobiliario, el mismo Banco o Caja los desahució al no aceptar la dación en pago... ¡cuando eran ellos los que habían generado el desconcierto!
Los que mejor sabían que la cosa no funcionaba eran los promotores que de la noche a la mañana se quedaban sin préstamos para acabar las viviendas. Muchas se quedaron a medias por falta de financiación. Sin un puesto de trabajo y con pocas posibilidades de tenerlo, nadie se atrevía a comprar un piso.
La promoción de las viviendas de la fotografía, parecida a una ballena varada en una playa, ha quedado como un "Monumento a la codicia" para recordarnos el desaguisado en que nos metieron los que debían velar por un funcionamiento normal, sostenible y equilibrado del derecho a la vivienda que regula la Constitución. Curiosamente, cuando habíamos conseguido un alto grado de perfección en el diseño y, sobre todo, en la ejecución de las obras...¡todo se vino abajo!
Esta promoción de la calle El Molino lleva parada unos seis años. Las fases de obra realizadas, como la estructura y la tabiquería, están muy bien ejecutadas. La técnica empleada raya la perfección. Nos había costado muchas décadas llegar a realizar un producto decente...La LOE, Ley de la Ordenación de la Edificación, vino a poner un poco de orden en el patio de la construcción.
Lo que nos llevó al borde del precipicio fue la codicia humana, es decir, la corrupción, los especuladores, los asaltatrenes, los políticos sin escrúpulos... Casi nueve años después seguimos pagando los platos rotos de unos tipos que continúan al acecho y que a la mínima ocasión volverán a montar una más gorda porque, desde el Duque de Lerma, valido y ministro de Felipe III, estamos instalados, como dice Arturo Pérez-Reverte, en la cultura del pelotazo.
Dice el art. 47 de nuestra Constitución que "...todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación...."
Suena a burla e ironía que el cometido de los poderes públicos era impedir la especulación en la regulación del suelo cuando fueron ellos -Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos- los que la alentaron y la consintieron en total connivencia con las entidades bancarias. Nunca el ciudadano estuvo tan mal defendido desde los Reyes Católicos.
La actividad inmobiliaria funcionó así durante muchos años. El Promotor y el Director del Banco, o Caja, remaban juntos y en el mismo sentido. Eran los protagonistas de la película. Todos ganaban dinero: el albañil, el yesaire, el tabiquero, el carpintero, el fontanero, el pintor... todos vivían relativamente bien desde que el Promotor colgaba el cartel en el solar y el Director de la Entidad Bancaria le soltaba la pasta.
Todo iba, repito, muy bien, hasta que llegó septiembre del 2007. Esa fecha fue fatídica para todos los españoles. Hasta ese momento, el Promotor le llevaba al Director del Banco, o Caja, la relación del 50% de compradores como condición previa para obtener el siempre ansiado préstamo. Pero.... ¡ese mes la cosa cambió!.
En julio de ese mismo año una Caja de Elda le concedió un préstamo de 3 millones de euros a un Promotor para construir 30 viviendas en Villena, promoción de la que yo hubiera sido el Arquitecto Técnico. En septiembre, y sin previo aviso, cambiaron las reglas del juego.
El Director le dijo al Promotor que la relación de compradores que le había llevado ...¡no le servía!. Le requería una en la que los compradores, además de solventes, estuvieran interesados en comprarla. Pero...¿quiere decir esto que hasta entonces la relación de compradores era ficticia? Más o menos. El Banco, o la Caja, lo que quería era una lista para cumplir el expediente sin investigar la situación económica de ningún posible comprador.
¿Por qué? por la sencilla razón de que la vivienda, de un día para otro, se revalorizaba hasta extremos insospechados. Si después alguno de los compradores no podía pagar las cuotas mensuales del préstamo no había problemas porque se la quedaba el Banco, o la Caja, y la volvia a vender más cara.
Pero, a partir de septiembre del 2007...el negocio inmobiliario estalló por los aires. La promocion de Villena nunca se hizo. Todo el sistema financiero se vino abajo. Se descubrió que todo el entramado era ficticio. Que viviamos en una burbuja de espaldas a la realidad.
Para más inri estábamos en periodo preelectoral y personas tan solventes como Pedro Solbes negaron, hasta la saciedad, que hubiera crisis. España se estaba desangrando. Pero decían que gozaba de una salud de hierro. Que lo que pretendia la derecha con sus denuncias era desprestigiar a la izquierda... Como si todos ellos no estuvieran en la pomada del negocio.
¡Que la cosa iba muy bien! y que no había motivos para alarmarnos. Zapatero, Solbes y también Fernández Ordoñez, Presidente del Banco de España y amigo de Zapatero, sabían que la realidad era muy distinta... Pero la ocultaron como estrategia para ganar en las urnas al año siguiente. Muchos deberían haber pasado una temporada a la sombra. Por mentir.
Sin embargo... nadie pagó por semejante conducta delictiva. Los únicos que pagaron fueron los españoles que al quedarse sin trabajo y no poder hacer frente a la hipoteca de un piso sobrevalorado por culpa del boom inmobiliario, el mismo Banco o Caja los desahució al no aceptar la dación en pago... ¡cuando eran ellos los que habían generado el desconcierto!
Los que mejor sabían que la cosa no funcionaba eran los promotores que de la noche a la mañana se quedaban sin préstamos para acabar las viviendas. Muchas se quedaron a medias por falta de financiación. Sin un puesto de trabajo y con pocas posibilidades de tenerlo, nadie se atrevía a comprar un piso.
La promoción de las viviendas de la fotografía, parecida a una ballena varada en una playa, ha quedado como un "Monumento a la codicia" para recordarnos el desaguisado en que nos metieron los que debían velar por un funcionamiento normal, sostenible y equilibrado del derecho a la vivienda que regula la Constitución. Curiosamente, cuando habíamos conseguido un alto grado de perfección en el diseño y, sobre todo, en la ejecución de las obras...¡todo se vino abajo!
Esta promoción de la calle El Molino lleva parada unos seis años. Las fases de obra realizadas, como la estructura y la tabiquería, están muy bien ejecutadas. La técnica empleada raya la perfección. Nos había costado muchas décadas llegar a realizar un producto decente...La LOE, Ley de la Ordenación de la Edificación, vino a poner un poco de orden en el patio de la construcción.
Lo que nos llevó al borde del precipicio fue la codicia humana, es decir, la corrupción, los especuladores, los asaltatrenes, los políticos sin escrúpulos... Casi nueve años después seguimos pagando los platos rotos de unos tipos que continúan al acecho y que a la mínima ocasión volverán a montar una más gorda porque, desde el Duque de Lerma, valido y ministro de Felipe III, estamos instalados, como dice Arturo Pérez-Reverte, en la cultura del pelotazo.
Dice el art. 47 de nuestra Constitución que "...todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación...."
Suena a burla e ironía que el cometido de los poderes públicos era impedir la especulación en la regulación del suelo cuando fueron ellos -Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos- los que la alentaron y la consintieron en total connivencia con las entidades bancarias. Nunca el ciudadano estuvo tan mal defendido desde los Reyes Católicos.
Acabé de leer tu artículo sobre la vergüenza y la desgracia del negocio de la construcción que hemos sufrido la mayoría de los ciudadanos.
ResponderEliminarLa vergüenza que debían haber padecido todos (he escrito todos) aquellos políticos que miraron hacia otro lado y la vergüenza de todos los forajidos inmobiliarios que nos han engañado y faltado al respeto.
Y la desgracia que están haciéndonos pasar a la gente corriente que para conseguir un maldito techo donde cobijar a tu familia nos encontremos endeudados casi de por vida.
Son los mismos de siempre: diputados, alcaldes, concejales, constructores, contratistas, banqueros y bancarios. Como bien escribes Chimo, están ahí agazapados, esperando una nueva ocasión para embaucarnos otra vez sin el más mínimo escrúpulo, sin piedad alguna.
Este desgraciado asunto me llena de rabia, me entristece y casi me desespera haciéndome perder los nervios, pues todos tenemos un prójimo querido al que esta manada de indeseables le han jodido su vida.
Ojala, jamás olvidemos todo el daño que nos han causado y sepamos no perdonárselo nunca.
Estoy releyendo un libro de poemas de Mario Benedetti titulado “Existir todavía” y se me ha echado a la carta un poema titulado “Antes y ahora”
Antes, ¡qué cosa¡ éramos valientes,
en cambio, ahora el miedo no se esconde.
Ayer brillábamos con la esperanza,
hoy nos agobian las preocupaciones.
Un poder único nos globaliza,
con los crispados ojos nos miramos.
La paz es ya retórica perdida
y el orden nos convoca pero en vano.
Qué sucio azar nos lleva al sacrificio,
será jehová, o alá, o el padre nuestro
que aunque pregonan el amor al prójimo
bendicen guerras en todos los tiempos.
O seremos nosotros los culpables
que perdonamos a los fariseos,
aunque los poderosos nos respondan
con su soberbia colección de muertos.
NOTA.- Para una mejor comprensión del poema los signos ortográficos son míos, ya que el señor Benedetti no se servía de ellos en la mayoría de sus poemas.
La actividad inmobiliaria y la especulación ha seguido a menor escala, pero ha seguido. Un ejemplo que clama al cielo es que los pisos de la plaza de la iglesia. Los que hay entrando por los arcos, a la izquierda, estén en venta por 160.000€. A ver quien es el guapo que lo compra!
ResponderEliminarCon el tema de chalets, parcelas y demás, más de lo mismo... Sólo hay que mirar en milanuncios e inmobiliarias de Caudete y ver los precios... Es un disparate! Están varios años con esos precios y ahí siguen, y yo añado y lo que les queda... 37000€ por una parcela de 2000m en la vereda con unos árboles...
Casi nada... Y como esa,casi todas. Lo mismo están esperando que nos toque la lotería?
Hace muchos años fuí a Almansa al hospital y casualmente había un concejal del Psoe que estaba esperando para entrar y hablando de todo este tema, yo le pregunté: ¿Cómo es posible que en los últimos 10 años se hayan echo más viviendas en Caudete que en los últimos 30? Que pasa que les interesaba cobrar licencias de obra, contribuciones etc, etc? No sabía el Psoe de Caudete que no se puede construir a lo loco? Lo más lógico es que hubiese habido una planificación pero se ve que a nadie le interesó. Y ahora como siempre el pueblo es el que paga la fiesta.
La actividad inmobiliaria asi como la especulacion o cualquier actividad economica mercantil es licita siembre que se asuman resposabilidades y riesgos por parte del sujeto...
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