La vida esta llena de coincidencias. Como el próximo mes de diciembre se cumplirán 15 años de la muerte del pintor José Pérezgil, había preparado este artículo y escaneado una muestra de su obra, recogida del libro escrito por Joaquin Sáez Vidal -conocido historiador de arte serio, vocacional y riguroso- que lleva por título "José Pérezgil 1918-1998" editado por la Diputación de Alicante dos años después de su muerte. No les descubro nada nuevo si les digo que este pintor, que nació en la calle Santa Barbara el 17 de septiembre 1918, lo tenemos un poco olvidado. Al día siguiente de escribir esta nota, el pasado miércoles me encontraba en el Ayuntamiento a mi compañero Manolo Beltrán Ortuño y a Joserre Pérezgil Carbonel, hija de Pérezgil. Estaban esperando que los recibiera el Alcalde. Joserre es Directora del Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante (MUBAG) y venía a proponerle al Ayuntamiento una actuación conjunta para dar a conocer la obra de su padre ya que en vida había mostrado interés de realizar una exposición permanente en el pueblo que le había visto nacer. Joserre aportaría una muestra del arte de su padre -habló de unos 30 cuadros- y el Ayuntamiento un local en condiciones donde poder contemplar la obra pictórica de quien en 1978 fue nombrado "hijo ilustre de Caudete".
No cabe duda que es una oferta interesante y muy generosa. Nos comprometimos a hacer gestiones para buscar un local apropiado y realizar números para hacer viable el proyecto que nos propuso Joserre. Atravesamos momentos de mucha estrechez económica, pero vale la pena intentarlo para ver de traer a Caudete la obra de un pintor que, a pesar de haber desarrollado su arte en Alicante donde por motivos de trabajo su familia se fue a vivir cuando Pérezgil contaba tan solo 7 años, nunca dejo de tener contacto con su querido pueblo. En el Salón de Pleno tenemos colgado el cuadro que le dedicó en 1987 a la reinauguración de la Plaza de Toros Las Arenas del año anterior y en el despacho de la Alcaldía cuelga otro pintado en 1971 desde las cuevas donde aparecen el Castillo y Santa Catalina en el centro. Su obra mas conocida la hemos podido admirar todos los caudetanos en la Ermita Virgen de Gracia desde 1961, fecha en la que pinta seis lienzos de gran tamaño 3,80 x 2,40, dedicados a la Virgen Maria: la Purísima, la Anunciación, la Natividad, la Purificación, la muerte de la Virgen y la Asunción. Como simple anécdota -cuenta Joaquin Sáez en su libro- en el cuadro de la Natividad el pintor utilizó como modelo para la Virgen a su hija Joserre.
Sobre la técnica empleada, el pintor le diría a un periodista ..."no he querido extremar la nota modernista en estas obras para no disociarlas de los elementos arquitectónicos del santuario. Creo que de esta forma estarán mejor ambientadas". Pueden leer mas abajo dos artículos que Pérezgil escribió en los Programas de Fiestas de los años 1978 y 79 que llevan por título "Caudete en mi recuerdo". Se reunían a debatir asuntos locales pero, sobre todo, a promocionar y ensalzar la cocina caudetana, como la gachamiga y los gazpachos, y a beber vino aquel grupo de amigos de la infancia - Pérezgil era el benjamín y lo habían nombrado socio de Honor- en torno a la asociación que, desde el 25 de julio de 1953, habían bautizado como "La Academia" y que entre otras normas, para pertenecer, había que ser "buen bebedor de vino". En su libro, Joaquin nos dice..."siempre tuvo gratos recuerdos para toda aquella gente sobre todo para Eladio uno de los tres hermanos conocidos por el mote de los Campaneros, sastre de profesión que trabajaba en el taller de su abuelo y al que Pérezgil admiraba por su generosidad, su consejo, su desarrollado sentido del humor y carácter extrovertido y al que consideraba su primer crítico. Me tomaba el pelo a gusto y cuando yo pintaba alguna cosa o dibujaba, era mi abogado defensor. Esta actitud hacia mi incipiente arte, parecía que me congratulaba y me compensaba de sus bromas constantes. Eladio fue juez de mi primer cuadro".
"La actitud de Eladio será en todo momento la de estimular la firme voluntad artística de Pérezgil", afirma Joaquin en su monografía, apreciación por la que demuestra conocer muy bien la infancia de su amigo. Cuando hace 20 años fui al estudio de Pérezgil a pedirle un cuadro para Cruz Roja de Caudete y con su rifa obtener fondos para la institución, pude constatar lo que cuenta Joaquin: "me habló de Eladio, de Juaete y de todos sus amigos de juventud". Quiero acabar con una cita que, en el Prólogo del libro de Sáez Vidal, hace Lorenzo Hernández Guardiola, de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos e Instituto Alicantino de Cultura "Juan Gil-Albert". Dice que Pérezgil ..."fue heredero directo del paisajismo alicantino (Cabrera Cantó, Amilio Varela, Adelardo Padilla, Albaranch...) que llevó su inquieta mirada por toda la geografía española y supo universalizar su visión del paisaje, concebido en principio como un ente abstracto, disperso, al que hay que dotar de una identidad, de un nombre y de unos apellidos, particularizarlo, humanizarlo: hacerlo "Pérezgil". Ésta es, sin duda, la mejor aportación del artista a la pintura española de su tiempo. Y todo ello con coherencia y sinceridad, nunca reñida, por supuesto, con el éxito y la buena acogida que siempre ha tenido su obra". Gran aficionado a los toros, les he dejado al final unas cuantas notas taurinas que nuestro paisano fue recogiendo con su presencia en los ruedos y que la Diputación recopiló en un libro publicado en el 2006, titulado "Toros. Apuntes varios", libro que Joserre nos dejó el día de su visita a Caudete junto al de Sáez Vidal y otro que lleva por título "Siete motivos de José Pérezgil".
Corrida de la reinauguración de las Arenas de Caudete, 1986
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