Recordemos la historia reciente: la suma de las fuerzas partidarias de la independencia en las últimas elecciones catalanas estuvo próxima al 50% del voto, un 47,7% (un 36% del censo). Es evidente que este apoyo es insuficiente para iniciar un proceso de independencia.
Creo que la única manera de pedir un Estado propio y que ésta sea democrática solo se consigue convocando un Referéndum con el objeto de que la gente se exprese libremente. La sinrazón viene dada al haber iniciado estos independentistas una “desconexión institucional” que no reúne el consenso social.
Lo que planteo es que en una sociedad demócrata consolidada y con un elevado nivel económico en donde unos nacionalistas piden sin violencia una separación del Estado, ésta no puede negarse argumentando que las fronteras son inmutables según la Constitución.
Como un ciudadano español corriente me parece que los nacionalistas catalanes han sobreactuado exagerando muchísimo las diferencias entre Cataluña y España diciendo verdades y mentiras a medias sobre la historia y la economía. Como soldadito de infanteria sostengo que nos haría más pobres y nos supondría un alto coste para ambas partes la separación.
Contemplémoslo como un demócrata seguidamente; sin duda, se trata de una demanda legítima que no se tiene que esconder detrás de la Constitución; y que requiere de unas cifras concretas para conocer su popular apoyo de independencia.
Si este apoyo es bastante elevado, la obligación es negociar con Cataluña, tratando de impedir su secesión. En el caso de no llegar a un acuerdo en estas negociaciones se tendría que, sin más remedio, elaborar un pacto de ruptura.
Si este apoyo es bastante elevado, la obligación es negociar con Cataluña, tratando de impedir su secesión. En el caso de no llegar a un acuerdo en estas negociaciones se tendría que, sin más remedio, elaborar un pacto de ruptura.
Lo que se debe lamentar es que no hayan finalizado los delirios catalanistas tras las elecciones del 27 de septiembre de 2015, cuando se demostró de modo evidente que los apoyos eran insuficientes para la ruptura.
Una vez más me remitiré a unas declaraciones de Alfonso Guerra en su época de lucidez democrática, que venían a decir poco más o menos: “La gran sorpresa para los catalanes se produciría si el resto de los españoles votáramos en un Referéndum si queremos o no la separación de Cataluña de España”. Concédanse 5 segundos, benditos lectores, para emitir su voto virtual sobre lo último que he escrito, y acto seguido recapaciten y asómbrense, quizá, de lo que acaban de decidir.
Para completar el tema catalán del escrito de hoy lo haré con el gran y olvidado, durante mucho tiempo articulista, y poeta barcelonés Joan Salvat-Papasseit (1894-1924), perteneció al grupo de poetas futuristas catalanes con cercanía a las corrientes anarquistas y socialistas.
Joan Manuel Serrat en 1970 dentro del disco “Serrat 4” le dedicó la canción “Cançó per a en Joan Salvat-Papasseit” (Canción para Joan Salvat-Papasseit). El poema aparece en el libro número 7 de “Un enemic del poble” (Un enemigo del pueblo) 1917.
Estoy enamorado
de estos ojitos míos
porque miran a lo lejos,
y de mi frente tan ancha
que lo es de tanto que piensa.
No quiero agradecer nada, porque no he tenido maestro.
Yo no prometo nada.
Solamente camino
mojando la pluma en el corazón,
que es donde se moja la herramienta...
Tampoco sé lo que me propongo,
porque tener un propósito no es un trabajo.
Ya no quiero alistarme
bajo ninguna bandera.
De la divina ACRACIA
seré ahora el glosador,
de la ACRACIA imposible
en la vida de los hombres
que no sienten deseos de una era mejor.
Y lo que piensen de mí,
no me interesa nada,
no me interesa nada,
no me interesa nada...
Entró en el mundo por la puerta de servicio.
Llevaba un gran baúl,
y un remiendo en el culo...
Era un baúl de papel que llenaron el tiempo,
las mujeres y el puerto,
el amor y la muerte.
Era un baúl que se ordenaba poco a poco
y convertía en un verso cada recuerdo...
Para él la puta se vestía con la ropa de cuando fue virgen,
y volaban las gaviotas con las plumas de domingo... Sí...
Para él los navíos soplaban una, dos y tres veces,
y se amaba una pareja en cualquier esquina... Sí...
Para él maullaban los gatos a la luna, en los tejados... Sí...
Para él se abrían rojas las promesas y los claveles... Sí...
Para un hombre delgado
de rostro verdoso,
de labios húmedos
y de muy largos dedos
para catar mejor a las mujeres.
Y no era modesto.
Y estaba enamorado
de sus ojos pequeños,
que miraban a lo lejos
y de su frente tan ancha
de tanto como pensaba.
Y no le agradecía nada a quien nada le enseñaba.
Y lo que penséis de esto...
Interesante análisis Oscar... para reflexionar sobre el tema. Ciertamente podríamos sorprendernos si nos preguntan al conjunto de los españoles sobre el tema.
ResponderEliminarUna valoración desapasionada. Muy interesante.
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