José Pérez Gil -conocido como Perezgil- nació en Caudete en 1918. A los 8 años su familia, por motivos de trabajo, tuvo que irse a Alicante. Que jamás perdió el contacto con su pueblo y sus amigos lo podemos ver en las colaboraciones que en la década de los 70 mantuvo con el Programa de Fiestas de Moros y Cristianos en la sección que el denominaba "Caudete en mi recuerdo". A cada artículo lo acompañaba de un cuadro relacionado con las fiestas, escenas y paisajes de su pueblo.
El año 1978 uno de ellos fue portada de la Revista de Fiestas donde se ven a Moros y Cristianos en el fragor de la batalla que se representa en los Episodios del tercer día. Perezgil era un maestro. Con tan solo cuatro trazos recoge magistralmente la escena de la expulsión de los moros del Castillo.
Aquí tenemos la insana costumbre de olvidarnos de nuestro pasado y de sus protagonistas. A este insigne pintor, hijo adoptivo de la ciudad de Alicante y de Caudete, no le hemos dedicado mucha atención desde que nos abandonara a la edad de 80 años, en plena producción artística. Por desgracia, estas cosas suelen ocurrir.
Era miembro de la "Academia", el benjamin del grupo, que estaba compuesta por los Campaneros, Milán, Paco Chocha, Miguelito, Alfaro, Agustin Vila, Mateo, Tecles, Jerónimo, Agulló, Antonio Bellota...Había sido nombrado Hijo Ilustre de Caudete y en el escrito decia "me honro pertenecer a la Academia como socio de honor desde 1953".
En el Programa de Fiestas de 1978 puede leerse: "tenían confianza de que llegaría a ser un buen pintor. No se si saben mis paisanos que para pertenecer a la Academia había que ser ante todo un buen bebedor de vino. Ser bebedor de vino no es cosa fácil: se tiene que tener buen paladar, dar un chasquido con la lengua una vez apurado el trago del porrón y saber los grados que tiene, con su sabor de origen".
Decía que "si lo habían nombrado Hijo Ilustre de la Villa de Caudete se lo debía a los que creyeron en la eficacia de mis pinceles como Eladio, Bienvenido y Paco los hermanos Campaneros, Milán Mateo Tecles.... todos estaban presentes en estas Fiestas llenas de color, con su ruedo de bandera, las guerrillas, los Episodios, sus retretas, sus procesiones en honor a San Blas y la Virgen de Gracia y sus disparos de arcabuces, los mas sonoros y fuertes que conozco del Orbe".
También valoraba las comidas que hacían los de la Academia: "gazpachos, patatas a lo pobre con longaniza, gachamiga, machacos, rollicos de aguardiente, sequillos, magdalenas, mantecaos... todo ello regado con buen vino"....
"Otro de mis recuerdos de niñez son los juegos de la estornija, las pedreas con hondas, cojer nidos, la píndola, a las bolas, al caliche, a las estampas, al hoyo... La vida la hacíamos en la calle. En nuestra niñez eramos felices con muy pocas cosas. No había radio, ni televisión ni otras muchas comodidades que ahora son imprescindibles..
Entre 1924 al 1929 fue la época de grandes juegos con sus amigos de la infancia, que eran muchos: los Cortinas, los Pascual, los Teresa, los Estañ, los Revengas, los Graciá, los Martinez, los Goteras, los Peruchas, los Bañón, los Quintinas, los Pasteleros, los Pedregales, Genares, el Torero, Cabila, Gallur, Bordallo, Valiente,Basé, Pepe el Zurdo, el Rojico el Hornero....".
Tuve la suerte de conocerlo en su Estudio de Alicante. Yo era socio de Cruz Roja y fui a pedirle un cuadro para rifarlo y sacar fondos. Estuvimos hablando de su amigo Eladio al que adoraba.
En el libro de Saez Vidal puede leerse "siempre tuvo gratos recuerdos para toda aquella gente, sobre todo para Eladio uno de los tres hermanos conocidos por el mote de los Campaneros, sastre de profesión que trabajaba en el taller de su abuelo y al que Pérezgil admiraba por su generosidad, su consejo, su desarrollado sentido del humor y carácter extrovertido y al que consideraba su primer crítico....
.... Me tomaba el pelo a gusto y cuando yo pintaba alguna cosa o dibujaba, era mi abogado defensor. Esta actitud hacia mi incipiente arte, parecía que me congratulaba y me compensaba de sus bromas constantes. Eladio fue juez de mi primer cuadro. La actitud de Eladio será en todo momento la de estimular la firme voluntad artística de Pérezgil", .
Lorenzo Hernández Guardiola, de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos e Instituto Alicantino de Cultura "Juan Gil-Albert" dice en el Prólogo del libro de Sáez Vidal que Pérezgil "...fue heredero directo del paisajismo alicantino (Cabrera Cantó, Amilio Varela, Adelardo Padilla, Albaranch...) que llevó su inquieta mirada por toda la geografía española y supo universalizar su visión del paisaje, concebido en principio como un ente abstracto, disperso, al que hay que dotar de una identidad, de un nombre y de unos apellidos, particularizarlo, humanizarlo: hacerlo "Pérezgil".
"Ésta es, sin duda, la mejor aportación del artista a la pintura española de su tiempo. Y todo ello con coherencia y sinceridad, nunca reñida, por supuesto, con el éxito y la buena acogida que siempre ha tenido su obra"....
Su hija Joserre Perezgil Carbonel, Directora del Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante, estuvo hace cuatro años acompañada de mi compañero Manolo Beltrán Ortuño para ver si disponíamos de una Sala en condiciones para realizar una exposición permanente de las obras de su padre al que le hacía mucha ilusión el proyecto de tener un Museo en su pueblo natal, nos contó Joserre....No pudo ser.
Su obra más conocida la hemos podido admirar todos los caudetanos en la Ermita Virgen de Gracia desde 1961, fecha en la que pinta seis lienzos de gran tamaño 3,80 x 2,40, dedicados a la Virgen María: la Purísima, la Anunciación, la Natividad, la Purificación, la muerte de la Virgen y la Asunción. Como simple anécdota -cuenta Joaquin Sáez en su libro- que en el cuadro de la Natividad el pintor utilizó como modelo para la Virgen a su hija Joserre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario