Sí, benditos lectores de este acogedor blog, son los mismos de siempre, los de toda la vida, nuestros políticos de bisutería.
Son ellos quienes están tratando de supeditar la soberanía económica a Bruselas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
También son ellos los responsables de que las cumbres de gobernantes de la Unión, y hasta las elecciones, las estén terminando de convocar “los mercados” (que son perfectamente identificables: unos pocos centenares de ricos riquísimos de apellidos conocidos) y las agencias de calificación.
También son ellos los responsables de que las cumbres de gobernantes de la Unión, y hasta las elecciones, las estén terminando de convocar “los mercados” (que son perfectamente identificables: unos pocos centenares de ricos riquísimos de apellidos conocidos) y las agencias de calificación.
Son ellos quienes están implantando una política informativa de terror basada en la mentira sistemática; por ejemplo cuando se afirma que la desaparición del euro implicaría la del Mercado Único que nació en 1992, cuando lo cierto es que este existía ya antes que el euro, y sigue existiendo como tal incluso en los Estados que no forman parte de la zona euro (como el Reino Unido o Suecia), puesto que en esta coexisten once monedas (el euro y diez más).
Por supuesto, son ellos quienes modifican de tanto en tanto los baremos que fijan el índice de precios al consumo para disimular las pérdidas de poder adquisitivo. También son ellos los que cuando hay una crisis económica y financiera se preocupan antes que nadie por los banqueros y compañía, como demuestra la prohibición de cotizaciones a corto plazo a los bancos para evitarles problemas, pero no la suspensión del pago de hipotecas.
Son ellos los responsables de que se obliguen a los pueblos a pagar una crisis que no han provocado. Son ellos quienes no van a buscar el dinero necesario allí donde se refugia, sino en los bolsillos de los ciudadanos. Son ellos quienes no hacen ni puto caso de las protestas del pueblo (y no lo harán hasta que no salte la tapa de la olla, y han saltado pocas si tenemos en cuenta las circunstancias).
También son ellos quienes, cuando la consulta del pueblo se hace inevitable pero no arroja los resultados “adecuados”, obligan entonces a los pueblos a repetir una y otra vez los referendos hasta que apenquen.
Son ellos quienes hacen que el dinero lo detenten los ricos, y los Gobiernos sean meros servidores.
Y también son ellos quienes han establecido (o dejado que se establezca) un sistema mundial dirigido por los ricos que les permite acumular capital y remunerar el trabajo lo menos posible, son esos ricos los únicos que se benefician de la libertad, mientras que la mayoría de la población debe contentarse con trabajar más, y en condiciones cada vez más precarias, sólo para enriquecer una minoría.
Sí, son ellos quienes han conseguido que la política, la más noble de las actividades, haya quedado totalmente desprestigiada por todos los motivos que se ha comentado. Esto quiere decir que la valía real de estos personajes es muy inferior a la que dicen tener.
Y los políticos se merecen ese desprestigio, e incluso el desprecio, el de usted y el mío, hasta el punto de que había que montar agencias de calificación que los evaluasen. Por ejemplo, habría que calificarlos en función de varios “ni”: ni honestos, ni competentes, ni capacitados, ni responsables, ni entregados; caso de obtener muchos “ni”, puerta, aire... ¡a la puta calle!
El desprecio que la gente siente por los políticos salta a la vista, pero también salta a la vista que parece que, en el fondo, todo esto importa un bledo a los políticos: mientras el capital les suelte algunas migajas que les permita situarse en la parte baja de la parte alta de una pirámide de clases sociales cada vez más parecidas a un embudo que a un triángulo o a un rombo…
Y los demás, quienes sufren esta situación, pues que apenquen: son los “perdedores” que han quedado orillados por el tren de la globalización.
Queda bien claro, que los únicos responsables son los políticos, no porque sean los únicos que orienten la nave, sino porque son los únicos que, si se hubieran apoyado en sus pueblos, habrían podido impedir esa deriva, ese asesinato de Europa, que tal vez haya sido la única utopía capaz de movilizar a la gente después de 1945.
Siguiendo mi interés por mostrar la obra en catalán de Serrat hoy propongo del disco “Tal com raja” (Tal como sale) de 1980, el tema “Si no us sap a greu” (Si no os sabe mal). En ella el maestro Serrat percibe un planteamiento vital de las cosas, una necesidad de huir de todos los compromisos que le afligen. En ella antepone la voluntad de ser a la de estar. Quiere buscar la felicidad del instante y no el éxito a cualquier precio; y lo propone con su vitalismo habitual.
me está carcomiendo la angustia,
he de ir a dar una vuelta por las calles
aliviado con los cinco sentidos.
Os dejo al suplente en el espejo
y el patrimonio como préstamo,
pues he de ir urgentemente.
Si no os sabe mal, si puede ser…
tomaré los perfumes de este chaparrón de otoño,
del ciego la punta de sus dedos,
y del pan caliente un cuscurro,
del brote nuevo lo que salga,
y del sexo su último aliento,
y la claridad de la luna…
si puede ser….
Esta puta sensación de llegar siempre tarde,
de pasar por las cosas sin tocarlas,
de perder el tiempo tratando
de hacer algo importante.
Antes que el suplente grite: ¡Sálvese quien pueda!
me he prometido con la vida: ¡Vivan los novios¡.
Vamos a indagar lo que se conspire por ahí,
y lo que suspira el recodo del río
y lo que se cuchichea por los mercados
y lo que el periódico no dice.
Si hay que vivir y hay que morir
quisiera hacerlo en mi nombre
por respeto a la especie.
Si no os sabe mal…
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