En 1960, Caudete solo tenía media docena de coches: el de Parra, Palitos, Rafael el Médico, el Pella, el Notario, los Titos y José Mª Olagüe Arnedo. Carros tirados por mulas para las tareas agrícolas había censados 950. Esto ocurría hace poco más de medio siglo. ¡Lo que ha cambiado la cosa!...a mejor claro.
La anécdota que les voy a narrar la vivieron en primera persona Vicente Galdón y Francisco Albertos, los contertulios del café en "El Liceo". La había oído muchas veces pero no había tenido la suerte de que fueran dos de los protagonistas los que me dieran pelos y señales.
La anécdota que les voy a narrar la vivieron en primera persona Vicente Galdón y Francisco Albertos, los contertulios del café en "El Liceo". La había oído muchas veces pero no había tenido la suerte de que fueran dos de los protagonistas los que me dieran pelos y señales.
José Mª Olagüe Arnedo había nacido en 1900. En 1926 se casó con María Teresa Revenga y Fernández de Castro. Había llegado a Teniente Coronel del Ejercito de Infantería y había sido Gobernador Militar de Canarias durante un año, entre 1947 y 1948.
Este militar retirado tenía un coche marca Oski de fabricación rusa. Vivía en la calle Mayor, al lado del Ayuntamiento. Tenía tres chóferes: Antonio el Turronero, Ángel, el de la Serrana y José Belmar. Los tres eran de fuera -dos de Zaragoza- que acabaron casandose con tres caudetanas.
En la puerta del Ayuntamiento había una placa de "Prohibido Aparcar" y Olagüe se la saltaba a la torera. Cuando José María "el Municipal" le decía que quitara el coche que allí no podía aparcar el militar le respondía de malas maneras "dile al Alcalde que lo quite él".
El Alcalde era entonces José Puche Soriano, Requena "el de la Caja" el Primer Teniente de Alcalde y Pepe Claveles concejal de la "oposición". Un buen día, un grupo de amigos decidieron darle una lección a Olagüe para que aprendiera a aparcar.
Antonio el "Secre" (vive en Sax), José Pagan Vicente "Macro", Vicente Galdón Mestre, Emilio Marzá, Pepe Sánchez Vinader "el Pulga", Francisco Albertos, Francisco Muñoz, Ramón Beltrán Ortuño y su hermano Pepe fueron los "conjurados". Tenían poco más de 20 años.
Reunidos una noche en el Paseo deliberaron y acordaron esconderle el coche a Olagüe. Un 22 de julio por la noche, mientras que Vicente Galdon conducía, los demás, sin hacer ruído, lo empujaron cuesta abajo por la calle Virgen de Gracia llegando hasta la balsa del Pajar.
¡Vaya si tuvo efecto! A partir de aquel día, Olagüe ya no aparcaría más su Oski en la puerta del Ayuntamiento. Años mas tarde, en 1965, su nombre saltó a la prensa Nacional cuando un taxista de Granada era asesinado en la carretera de Yecla y el arma que utilizaron se la habían robado a Olagüe de la "Casa Ruiz". Nunca se supo el móvil del crimen. A quien pretendian matar no era al taxista sino a su cliente.
Este militar retirado tenía un coche marca Oski de fabricación rusa. Vivía en la calle Mayor, al lado del Ayuntamiento. Tenía tres chóferes: Antonio el Turronero, Ángel, el de la Serrana y José Belmar. Los tres eran de fuera -dos de Zaragoza- que acabaron casandose con tres caudetanas.
En la puerta del Ayuntamiento había una placa de "Prohibido Aparcar" y Olagüe se la saltaba a la torera. Cuando José María "el Municipal" le decía que quitara el coche que allí no podía aparcar el militar le respondía de malas maneras "dile al Alcalde que lo quite él".
El Alcalde era entonces José Puche Soriano, Requena "el de la Caja" el Primer Teniente de Alcalde y Pepe Claveles concejal de la "oposición". Un buen día, un grupo de amigos decidieron darle una lección a Olagüe para que aprendiera a aparcar.
Antonio el "Secre" (vive en Sax), José Pagan Vicente "Macro", Vicente Galdón Mestre, Emilio Marzá, Pepe Sánchez Vinader "el Pulga", Francisco Albertos, Francisco Muñoz, Ramón Beltrán Ortuño y su hermano Pepe fueron los "conjurados". Tenían poco más de 20 años.
Reunidos una noche en el Paseo deliberaron y acordaron esconderle el coche a Olagüe. Un 22 de julio por la noche, mientras que Vicente Galdon conducía, los demás, sin hacer ruído, lo empujaron cuesta abajo por la calle Virgen de Gracia llegando hasta la balsa del Pajar.
¡Vaya si tuvo efecto! A partir de aquel día, Olagüe ya no aparcaría más su Oski en la puerta del Ayuntamiento. Años mas tarde, en 1965, su nombre saltó a la prensa Nacional cuando un taxista de Granada era asesinado en la carretera de Yecla y el arma que utilizaron se la habían robado a Olagüe de la "Casa Ruiz". Nunca se supo el móvil del crimen. A quien pretendian matar no era al taxista sino a su cliente.
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