Cuando llegué faltaban siete minutos para finalizar el partido que estaban celebrando el Caudetano y La Solana. Enseguida observé que la afición caudetana estaba más que indignada. El resultado era favorable al equipo visitante, La Solana de Ciudad Real, por un gol a favor. La situación de malestar la había provocado el árbitro pitando un injustificado penalti en el minuto quince de la primera parte.
Me contaron como ocurrió la jugada de la discordia: al borde del área del Caudetano, un jugador visitante centraba un balón dándole en la cara a un defensa local, saliendo la pelota a corner. El linier, así lo indicó con la bandera durante varios segundos. Pero el árbitro, no sabemos si es que vio otra cosa, sin consultar al linier pitaba un penalti totalmente injustificado para la afición local. Yo no estaba presente, pero no dudo de que así ocurriera lo que me contaban desde las gradas varios aficionados.
¡Vaya forma de complicarse un arbitro la vida!. Al final, el abucheo fue sonoro. Menos guapo, le dijeron de todo. Los Directivos locales giraron unas vallas que había frente al acceso de los vestuarios donde se esta construyendo una marquesina, vallas que, con buen criterio, pretendían proteger al árbitro de los que consideraban que les había robado el partido.
Estoy convencido que la cosa no hubiera llegado a mayores. Pero.... es que en ese momento, el cabreo era mayúsculo. La afición no le había perdonado al árbitro que pitara un penalti que consideraban inexistente y que les había hecho perder el partido. El trio arbitral esperó un poco a salir, hasta que pasó la tormenta. Y es que es muy duro tener que aceptar un resultado adverso, que no refleja para nada lo que había ocurrió en el campo.
Al finalizar el encuentro me decía un aficionado "...no puede ser que muchos partidos se pierdan por fallos o errores de los árbitros. Actúan con mucha prepotencia. Estamos viendo que las mismas jugadas no las miden con el mismo rasero para el equipo local como para el visitante"
Otro expresaba el mismo pesar "... el capitán del equipo local, Fernando "el Seco", al dirigirse al linier para pedirle explicaciones de una jugada, era amonestado por el árbitro con tarjeta amarilla y, en cambio, cuando tres jugadores del equipo contrario rodearon al árbitro pidiéndole explicaciones, ninguno de ellos fue amonestado. Esto, ya lo hemos visto en varios partidos".
Lo cierto es que afición abandono el terreno de juego con muy mal sabor de boca. Una mala decisión arbitral puede mandar al traste muchas ilusiones. Esta crónica tiene una parte positiva que les voy a contar. Después de cuatro años solicitándole Miguel Ortuño y su Directiva al Ayuntamiento una marquesina para que el espectador este protegido de la lluvia, esta ya está a punto de concluirse.
Los alumnos de la Escuela Taller, que estan aprendiendo a soldar metales, han realizado una buena faena que tienen previsto finalizar esta semana. Está realizada con perfiles metálicos y chapa sandwich en la cubierta. El problema de este tipo de obras no es que se caiga. Es que se la lleve el viento. Por la pinta que tiene, ya tiene que hacer aire para que la mueva.
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