Una de las cuestiones que mejor refleja la degradación de las declaraciones políticas es el doble y contradictorio discurso con el que se analizan y valoran situaciones concretas según el lugar donde éstas se produzcan. Una fuerza política de carácter estatal o autonómico no debe de usar dos pesos y dos medidas; simplemente por ética, rigor y coherencia. Lo que igualmente hay que demandar de la ciudadanía.
Las candidaturas que sin obtener la mayoría absoluta han sido las más votadas piden que las otras asuman sin más su derecho a gobernar. No hacen otra cosa que subrayar lo que piden en cientos de localidades fuerzas políticas de variadísimo signo. El lema es llamativo y causa impacto: “la mayoría ha dicho quién debe gobernar”. Se debe llegar a un acuerdo en esta materia por simple profilaxis mental y mínima formación democrática.
Conviene subrayar que la fuerza política más votada, sin llegar a la mayoría absoluta, es la minoría mayoritaria. Y tal condición evidencia que son mayoría absoluta los que no la votaron ya que optaron por otros. ¿Dónde se sustancia entonces la formación de la mayoría absoluta necesaria para gobernar? ¿Vamos a un sistema de doble vuelta como el francés?
Quien resulte electo o electa por el simple hecho de ser minoría mayoritaria y no acuerde un mínimo programático común ¿cuánto durará en el cargo si se produce una moción de censura? Ir al gobierno a pecho descubierto, olvidando que al día siguiente hay que gobernar y conseguir obligatoriamente acuerdos y consensos con los demás, es una insensatez que sacrifica el proyecto por un instante de gloria.
Nunca mejor viene al dedo el dicho popular del “pan para hoy y hambre para mañana”. Recuérdese el tiempo que necesitó en 1996 José María Aznar para conseguir los apoyos a su investidura; los cuales, por cierto, le vinieron de la mano de Jordi Puyol y Javier Arzalluz. No se arriesgó a una presidencia sin base ni respaldo parlamentario.
Los pactos, las transacciones y los acuerdos forman parte no solo de la actividad política sino de la vida ciudadana. ¿No se transige y se acuerda en las reuniones familiares, laborales y sociales? El problema de los pactos no radica en que éstos existan sino en sus contenidos; en sus programas, en sus propuestas, y, sobre todo, en la claridad y limpieza con que se realizan.
Y es ahí donde la ciudadanía debe de estar vigilante y atenta. Engancharse a una consigna es fácil por lo simplista y cómodo; hacer el seguimiento de algo es más difícil porque exige dedicación, reflexión y voluntad de saber. La condición de ciudadano no se resuelve en votar y hasta la próxima.
Uno de los principios democráticos y del Estado de Derecho es aceptar que “dura lex sed lex” (la ley es dura pero es ley). Naturalmente que la ley puede cambiarse y desde luego debemos apoyar para que se pueda cambiar para celebrar una ley que contemple un sistema proporcional puro.
Mientras tanto no conviene confundir los deseos con la realidad ni muchísimo menos elevar a categoría de principios democráticos la frustración, el desencanto o la contrariedad.
"Si tu me dices ven lo dejo todo",
le dijo Pablo Iglesias a Pedro Sánchez.
"Si tu me dices ven lo dejo todo",
le dijo Pablo Iglesias a Pedro Sánchez.
A la pregunta que haces, de que si debe gobernar la lista más votada, te diré que dadas las circunstancias, pues no olvides que han habido 2 elecciones, y de eso no dices nada; Te diré que si debe gobernar con los apoyos que tenga, que aunque siendo minoría, esa minoría es mayor que la 2 fuerza más votada y dadas las circunstancias, lo más sensato después de 2 elecciones es dejar gobernar al que ha ganado. Además el PSOE está en caída libre y en unas hipotéticas 3 elecciones, todavía bajaría más...
ResponderEliminarEl empecinamiento de Pedro Sánchez y su mal perder, ha llevado a este partido a una situación complicada.