Ya llevamos 43 semanas con un Gobierno en funciones porque los protagonistas no se entienden entre ellos. Pero...¡no pasa nada!. ¿Que nos llaman a votar?. Nosotros, como corderos, a las urnas. Dos, tres y las veces que haga falta. Si estando en funciones los señores Diputados y Senadores no cobraran, seguro que ya se habían puesto de acuerdo. ¿Se imaginan lo que pasaría en España si durante tres semanas seguidas no hubiera Liga de Fútbol?.
Creíamos que la culpa de todos nuestros males la tenía el "bipartidismo" copiado del que a finales del XIX acordaron implantar, de mutuo acuerdo, para ver de capear el temporal, entre el liberal Mateo Sagasta y el monárquico Antonio Cánovas. Desde 1982 hasta el 2015 no nos había ido mal con solo dos partidos. El PSOE y el PP se venían alternando en el control del poder, desde el poder y por el poder....
Aunque servían más a sus propios intereses que a los ciudadanos. Buena prueba de ello es que por no controlar al controlador, la corrupción fue minando el sistema hasta que en diciembre del 2015 el "bipartidismo" saltaba por los aires en favor del "pluripartidismo". Socialistas y populares estaban tan ciegos en lo suyo (Eres, Gürtel, Bankia, Acuamed, Fabra, Púnica, Noos...) que no se dieron cuenta que Ciudadanos y Podemos les estaban robando la cartera...
El adagio "muerto el perro, se acabó la rabia" no nos está sirviendo. Con el "pluripartidismo" ...¡nos hemos atascado!. No sabemos continuar. Los representantes políticos no estaban preparados para negociar, pactar, dialogar, consensuar... entre ellos. Algunos ¡ni tan siquiera para sentarse a hablar!. "Perfectamente prescindible", decía Sánchez después de la reunión con Mariano. El que ha resultado prescindible a sido él y además ha dividido al partido socialista.
Tanto es así, que estamos a las puertas de unas terceras Elecciones Generales en menos de un año. El paso de dos a cuatro partidos en escena, no lo han digerido todavía. Como tampoco digirieron los políticos en 1874 el paso de la Monarquía a una República. Como ahora, aquello fue un sainete...
En un año, la República tuvo cuatro Presidentes. No se aclaraban ni con lejía. La Primera República acabó como el rosario de la Aurora: con un pronunciamiento en diciembre de 1874 a cargo de un General declarando el retorno de un Rey como remedio a nuestros males: Alfondo XII, hijo de la que tuvo que salir huyendo a París, Isabel II, para ver de salvar la vida tras la revolución de La Gloriosa. ¡Ibamos para atrás!...
Por no aclararse entre ellos, por no saber pactar, por no ceder ninguno de ellos...¡hubo que echar marcha atrás y volver a la Monarquía!. Ahora estamos otra vez a las puertas del bipartidismo precisamente por las mismas causas: falta de entendimiento entre los cuatro protagonistas en escena: Rivera, Iglesias, Rajoy y el sustituto de Sánchez, Javier Fernández
En otros paÍses, el Parlamento había expulsado a un dictador para construir una República. Aquí, un tirano había desertado, harto de nosotros, me refiero al italiano Amadeo de Saboya y nuestros parlamentarios formaban una República, ¡porque no les quedaba otra salida!. Si habían sido incapaces de colaborar en nada con Amadeo ...¿por qué iba a funcionar mejor el ensayo Republicano?
En los primeros meses de 1873 formaba gobierno Estanislao Figueras. Estábamos en guerra con los cubanos y los carlistas. Cataluña aprovechó la ocasión para proclamar el Estat Catalá (la cosa viene de lejos: ante un Gobierno débil, como el de ahora, estos tipos apretaban el cinturon para separarse de España). En mayo se convocaban las Cortes Constituyentes. Las discusiones fueron tan largas e inservibles que cuando estaba Amadeo I.
Figueras empieza a comprender al de Saboya y un buen dia exclama "Señores, ya no aguanto más. Les seré franco: ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros" y, acto seguido, deja escrita su dimisión. La Guardía Civil entra en el Parlamento ante la que se había montado y, a punta de pistola, les obliga a escoger a un Presidente.
Eligen a Francisco Pi y Margall que se pone a redactar una Constitución Federal mientras que los pueblos se emancipan y surgen los Cantones. El más activo y original será el de Cartagena.
Le dicen a Pi y Margall que aquello es un descalabro y que haga el favor de enviar el Ejercito para someter a los cantonalistas... "¿Cómo queréis que reduzca a los cantones federados si llevo toda la vida diciendo que deberíamos formar cantones federados?", les responde.
Al mes y poco de ser nombrado renunciaba. "Han sido tantas mis amarguras en el poder, que no puedo codiciarlo", declararía más tarde. Así las cosas escogen al tercer Presidente: Nicolás Salmerón que no tiene reparos en aplastar la insurrección cantonalista y lo consigue, menos con el de Cartagena. Luego le dicen que tiene que firmar la ejecución de unos desertores del frente carlista y, al negarse, presenta su dimisión dos meses después. ¡Único caso en el mundo!.
El siete de septiembre se elige al cuarto Presidente: Emilo Castelar. Este firma las ejecuciones, recibe poderes extraordinarios, cierra las Cortes y se lía a pegar tiros con carlistas y cartageneros. Hacia enero de 1874 vuelve a abrir las Cortes. ¡Todos se lo quieren comer vivo!. Consiguen su dimisión y, cuando están a punto de votar al quinto Presidente, llega el General Manuel Pavía, un republicano amigo de Castelar, y da un Golpe de Estado.
Aquella sesión de las Cortes españolas resultará inolvidable. La recoge muy bien Benito Pérez Galdós que era Diputado. Cuando se enteran los "padres de la Patria" que llegaba el Ejército, todos se ponen de nuevo a favor de Castelar. La estrategia de Pavía era sencilla: acojonar un poco a los federales y reforzar a su amigo en el poder....
Solo que no se había enterado de su dimisión, ni tampoco tuvo en cuenta que nunca aceptaría un regalo así. Al salir Castelar de las Cortes le dice a su amigo Pavía que "podía meterse su golpe de Estado por donde le cupiera", y se largó.
Pavía se encuentra con el poder en sus manos y no sabe a quien dárselo. Así que llama al General Serrano -que había sido amante de Isabel II- para que constituya un Gobierno de concentración. Y lo forma, disolviendo las Cortes y creando esa bonita paradoja de una República dictatorial...
Se proclama la "República Unitaria" y se derrota, por fin, al Cantón de Cartagena. El frente carlista está tan caliente que Serrano tiene que ir cediendo la presidencia a varios amigos para desplazarse el mismo al campo de batalla...
En diciembre de 1874, Arsemio Martinez-Campos se marca un pronunciamiento en Sagunto declarando el retorno de los Borbones en la persona de Alfonso II. El Gobierno lo acepta...¡qué remedio!. Y así terminaba nuestra primera aventura republicana: lo más parecido a un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Mas o menos, como ahora. Pero, es que aunque el sucesor de Pedro "El Empecinado" permita la formación de un Gobierno a finales de este mes...¡va a ser muy difícil que funcione!.
Si a primeros de 1875 hubo que volver a la Monarquía, ahora corremos el peligro de volver otra vez al "bipartidismo". ¿Las causas?, las mismas: falta de sentido común, de cultura del diálogo y de consenso y de respeto al que paga la fiesta, es decir, al contribuyente... a ese que todos dicen que van a defender.
Si. Cuatro presidentes en un año. Después de la dimisión del socialista Pedro Sánhez, volvemos a estar otra vez a estar cerca de la celebración de las terceras Elecciones...¡en menos de un año!. La similitud de la Primera República con el actual "pluripartidismo" es, cada día que pasa, más grande...
Con una diferencia: hace quince días Sánchez se aferraba al poder como si en ello le fuera la vida mientras que Castelar y sus antecesores le daban un portazo a todos diciéndoles "ahí te quedas mundo amargo". La calidad parlamentaria... es abismal. España esta llena de monumentos dedicados a Castelar, como el de Elda. Cuando vean ustedes uno dedicado a Pedro Sánchez me lo dicen para hacerle una foto....¡Tenemos lo que nos merecemos!
Termino como he empezado: habría ardido ya Troya de estar tres semanas sin Liga de Fútbol. ¿Cuarenta y tres semanas sin Gobierno?, ¡como si quieren ser ochenta!. No hay problema. Les he contado el sainete de la Primera República utilizando el mismo estilo de Javier Traité en su "Historia torcida de España" o el del escritor y periodista italiano Indro Montanelli en su "Historia de los Romanos".
La gente está tan arta de la esperpéntica situacion política que se ha creado, que perfectamente podríamos utilizar la misma frase de Estanislao Figueras cuando dimite: "estamos hasta los cojones de todos ustedes".
Una de las canciones más conocidas de Bob Dylan,
premio Nóbel de Literatura.
Creíamos que la culpa de todos nuestros males la tenía el "bipartidismo" copiado del que a finales del XIX acordaron implantar, de mutuo acuerdo, para ver de capear el temporal, entre el liberal Mateo Sagasta y el monárquico Antonio Cánovas. Desde 1982 hasta el 2015 no nos había ido mal con solo dos partidos. El PSOE y el PP se venían alternando en el control del poder, desde el poder y por el poder....
Aunque servían más a sus propios intereses que a los ciudadanos. Buena prueba de ello es que por no controlar al controlador, la corrupción fue minando el sistema hasta que en diciembre del 2015 el "bipartidismo" saltaba por los aires en favor del "pluripartidismo". Socialistas y populares estaban tan ciegos en lo suyo (Eres, Gürtel, Bankia, Acuamed, Fabra, Púnica, Noos...) que no se dieron cuenta que Ciudadanos y Podemos les estaban robando la cartera...
El adagio "muerto el perro, se acabó la rabia" no nos está sirviendo. Con el "pluripartidismo" ...¡nos hemos atascado!. No sabemos continuar. Los representantes políticos no estaban preparados para negociar, pactar, dialogar, consensuar... entre ellos. Algunos ¡ni tan siquiera para sentarse a hablar!. "Perfectamente prescindible", decía Sánchez después de la reunión con Mariano. El que ha resultado prescindible a sido él y además ha dividido al partido socialista.
Tanto es así, que estamos a las puertas de unas terceras Elecciones Generales en menos de un año. El paso de dos a cuatro partidos en escena, no lo han digerido todavía. Como tampoco digirieron los políticos en 1874 el paso de la Monarquía a una República. Como ahora, aquello fue un sainete...
En un año, la República tuvo cuatro Presidentes. No se aclaraban ni con lejía. La Primera República acabó como el rosario de la Aurora: con un pronunciamiento en diciembre de 1874 a cargo de un General declarando el retorno de un Rey como remedio a nuestros males: Alfondo XII, hijo de la que tuvo que salir huyendo a París, Isabel II, para ver de salvar la vida tras la revolución de La Gloriosa. ¡Ibamos para atrás!...
Por no aclararse entre ellos, por no saber pactar, por no ceder ninguno de ellos...¡hubo que echar marcha atrás y volver a la Monarquía!. Ahora estamos otra vez a las puertas del bipartidismo precisamente por las mismas causas: falta de entendimiento entre los cuatro protagonistas en escena: Rivera, Iglesias, Rajoy y el sustituto de Sánchez, Javier Fernández
En otros paÍses, el Parlamento había expulsado a un dictador para construir una República. Aquí, un tirano había desertado, harto de nosotros, me refiero al italiano Amadeo de Saboya y nuestros parlamentarios formaban una República, ¡porque no les quedaba otra salida!. Si habían sido incapaces de colaborar en nada con Amadeo ...¿por qué iba a funcionar mejor el ensayo Republicano?
En los primeros meses de 1873 formaba gobierno Estanislao Figueras. Estábamos en guerra con los cubanos y los carlistas. Cataluña aprovechó la ocasión para proclamar el Estat Catalá (la cosa viene de lejos: ante un Gobierno débil, como el de ahora, estos tipos apretaban el cinturon para separarse de España). En mayo se convocaban las Cortes Constituyentes. Las discusiones fueron tan largas e inservibles que cuando estaba Amadeo I.
Figueras empieza a comprender al de Saboya y un buen dia exclama "Señores, ya no aguanto más. Les seré franco: ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros" y, acto seguido, deja escrita su dimisión. La Guardía Civil entra en el Parlamento ante la que se había montado y, a punta de pistola, les obliga a escoger a un Presidente.
Eligen a Francisco Pi y Margall que se pone a redactar una Constitución Federal mientras que los pueblos se emancipan y surgen los Cantones. El más activo y original será el de Cartagena.
Le dicen a Pi y Margall que aquello es un descalabro y que haga el favor de enviar el Ejercito para someter a los cantonalistas... "¿Cómo queréis que reduzca a los cantones federados si llevo toda la vida diciendo que deberíamos formar cantones federados?", les responde.
Al mes y poco de ser nombrado renunciaba. "Han sido tantas mis amarguras en el poder, que no puedo codiciarlo", declararía más tarde. Así las cosas escogen al tercer Presidente: Nicolás Salmerón que no tiene reparos en aplastar la insurrección cantonalista y lo consigue, menos con el de Cartagena. Luego le dicen que tiene que firmar la ejecución de unos desertores del frente carlista y, al negarse, presenta su dimisión dos meses después. ¡Único caso en el mundo!.
El siete de septiembre se elige al cuarto Presidente: Emilo Castelar. Este firma las ejecuciones, recibe poderes extraordinarios, cierra las Cortes y se lía a pegar tiros con carlistas y cartageneros. Hacia enero de 1874 vuelve a abrir las Cortes. ¡Todos se lo quieren comer vivo!. Consiguen su dimisión y, cuando están a punto de votar al quinto Presidente, llega el General Manuel Pavía, un republicano amigo de Castelar, y da un Golpe de Estado.
Aquella sesión de las Cortes españolas resultará inolvidable. La recoge muy bien Benito Pérez Galdós que era Diputado. Cuando se enteran los "padres de la Patria" que llegaba el Ejército, todos se ponen de nuevo a favor de Castelar. La estrategia de Pavía era sencilla: acojonar un poco a los federales y reforzar a su amigo en el poder....
Solo que no se había enterado de su dimisión, ni tampoco tuvo en cuenta que nunca aceptaría un regalo así. Al salir Castelar de las Cortes le dice a su amigo Pavía que "podía meterse su golpe de Estado por donde le cupiera", y se largó.
Pavía se encuentra con el poder en sus manos y no sabe a quien dárselo. Así que llama al General Serrano -que había sido amante de Isabel II- para que constituya un Gobierno de concentración. Y lo forma, disolviendo las Cortes y creando esa bonita paradoja de una República dictatorial...
Se proclama la "República Unitaria" y se derrota, por fin, al Cantón de Cartagena. El frente carlista está tan caliente que Serrano tiene que ir cediendo la presidencia a varios amigos para desplazarse el mismo al campo de batalla...
En diciembre de 1874, Arsemio Martinez-Campos se marca un pronunciamiento en Sagunto declarando el retorno de los Borbones en la persona de Alfonso II. El Gobierno lo acepta...¡qué remedio!. Y así terminaba nuestra primera aventura republicana: lo más parecido a un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Mas o menos, como ahora. Pero, es que aunque el sucesor de Pedro "El Empecinado" permita la formación de un Gobierno a finales de este mes...¡va a ser muy difícil que funcione!.
Si a primeros de 1875 hubo que volver a la Monarquía, ahora corremos el peligro de volver otra vez al "bipartidismo". ¿Las causas?, las mismas: falta de sentido común, de cultura del diálogo y de consenso y de respeto al que paga la fiesta, es decir, al contribuyente... a ese que todos dicen que van a defender.
Si. Cuatro presidentes en un año. Después de la dimisión del socialista Pedro Sánhez, volvemos a estar otra vez a estar cerca de la celebración de las terceras Elecciones...¡en menos de un año!. La similitud de la Primera República con el actual "pluripartidismo" es, cada día que pasa, más grande...
Con una diferencia: hace quince días Sánchez se aferraba al poder como si en ello le fuera la vida mientras que Castelar y sus antecesores le daban un portazo a todos diciéndoles "ahí te quedas mundo amargo". La calidad parlamentaria... es abismal. España esta llena de monumentos dedicados a Castelar, como el de Elda. Cuando vean ustedes uno dedicado a Pedro Sánchez me lo dicen para hacerle una foto....¡Tenemos lo que nos merecemos!
Termino como he empezado: habría ardido ya Troya de estar tres semanas sin Liga de Fútbol. ¿Cuarenta y tres semanas sin Gobierno?, ¡como si quieren ser ochenta!. No hay problema. Les he contado el sainete de la Primera República utilizando el mismo estilo de Javier Traité en su "Historia torcida de España" o el del escritor y periodista italiano Indro Montanelli en su "Historia de los Romanos".
La gente está tan arta de la esperpéntica situacion política que se ha creado, que perfectamente podríamos utilizar la misma frase de Estanislao Figueras cuando dimite: "estamos hasta los cojones de todos ustedes".
Una de las canciones más conocidas de Bob Dylan,
premio Nóbel de Literatura.
En este artículo, a mi parecer, muy bien sintetizado por el señor Medina en figuración de sainete, solo quisiera añadir unas informaciones históricas de los motivos porque se proclamó la I República en España ya que siempre mantengo con tenacidad que para comprender con criterio la política actual es básico informarse con personas de rigor de nuestra pasada historia.
ResponderEliminarEn 1867 los republicanos eran una élite intelectual con una militancia de base mínima y focalizada en reivindicaciones sociales urgentes.
El Renacimiento y la hegemonía de la Razón sobre “la Fe revelada” junto con la Revolución Industrial al desarrollarse a través de la maquinaria industrial una nueva clase social: la burguesía, son dos pilares históricos en la germinación de la república. Existen unos incipientes atisbos republicanos en 1795 con la conspiración de Picornell, que admite que haya un rey pero con poderes restringidos. Es en 1849 la fecha clave del republicanismo en España, creándose en Madrid una declaración de principios, pero sin estatutos con el Partido Demócrata Español; conciben el republicanismo como una especie de socialismo, están en la línea de la Constitución Francesa de 1793 y tienen claro una cosa: sin justicia social no hay república.
El caso es que, entre Agosto de 1864 y Enero de 1865, las acciones del Banco de España se desvalorizaron en un 30%. En Mayo de 1866 se cerró la Bolsa de Barcelona y poco después la de Madrid. El gobierno de González Bravo se encontraba en bancarrota y acudió a medidas que hoy nos son muy familiares: reducir el sueldo a los funcionarios y exigir a los contribuyentes un empréstito forzoso. Ya en 1861 , Pérez de Álamo había protagonizado en Andalucía la gran marcha de los jornaleros –también nos suena familiar en la actualidad ¿verdad?
Quiero finalizar estos hechos históricos precedentes a la I República con algo que leí en un libro de Julio Anguita (persona con criterio reconocido en este tema) y que según él son situaciones pocos conocidas. En el que venía a decir:
El 21 de Junio de 1977, José Maldonado y Fernando Valera, en París y en nombre de II República, criticaban sobre las recientes elecciones celebradas en España el 15 de Junio que dichas elecciones se incardinaban en la matriz del franquismo y que no se había permitido la participación de las fuerzas republicanas. Añadían además que, en la ley electoral aplicada, no había correspondencia alguna entre el número de votos y el de escaños. Les suena esto también ¿verdad?...
Así dieron por disuelta la II República y “ponían así término a la misión histórica que se les había impuesto”.