“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

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viernes, 20 de junio de 2014

Joaquin Molla Francés expuso en su conferencia un interesante y ameno recorrido historiográfico por una de las Cofradías más antiguas de Caudete fundada en 1556 como es la "Venerable Cofradía del Santísimo Santo del Altar".


Dentro de los actos que La Sacramental viene celebrando para conmemorar los "75 años del Desenterramiento de las Sagradas Formas Incorruptas", la pasada semana le tocó el turno a Joaquin Molla Francés que impartió una conferencia que llevaba por título "La Venerable Cofradía del Santísimo Sacramento del Altar". Molla ha indagado en los Libros de una Cofradía que tiene más de 450 años de historia, la más antigua de Caudete y, de forma didáctica y amena, nos expuso un documentado e interesante recorrido historiográfico de esta Asociación de carácter religioso que tanto arraigo tuvo en Caudete desde su fundación a mediados del siglo XVI hasta nuestros días. Molla dio a conocer no solo aspectos religiosos sino también cuestiones sociales, económicas, arquitectónicas y urbanísticas de Caudete a través de un detallado estudio de los Libros de esta Cofradía. Lástima que algunos se hayan perdido. Siempre le agradeceré haberme facilitado el texto completo de su conferencia para su conocimiento. Este es el contenido de su exposición: 

Libro 1º:  "De la Administración en la Venerable Cofradía del Santísimo Sacramento del Altar de la Iglesia Parroquial de la presente Villa de Caudete, del año 1619". 

...."En el año 1619 el Obispo de Orihuela Andrés Balaguer y su vicario general “establecieron y ordenaron capítulos para la Administración de esta Cofradía” en el que se hace especial referencia a las Indulgencias plenarias y muchos años de perdón que ganan sus cofrades “de ambos sexos”. Pero en el folio 2 nos habla de un culto organizado mucho más anterior y del que nada se ha conservado y es que,  “a instancia de la Justicia, Jurados y Concejo General de esta Villa de Caudete”, el 26 de diciembre de 1556, esta Cofradía quedó unida a la Cofradía del Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo del convento de la Minerva de Roma por bula papal.

Así pues, al menos en 1556, pero con seguridad varios años anteriores, esta Cofradía ya estaba organizada, ya tenía estabilidad y entidad suficiente para pedir esta agregación. Esta fecha la convierte en una de las Cofradías más antiguas de Caudete que está en vigor. De hecho es anterior a la creación definitiva del Obispado de Orihuela (1564), a la instalación de los Carmelitas en Caudete en la Virgen (1579) y en este Convento (1584), y muy anterior a los Capuchinos (1635). Y aporto estas fechas para poder explicar que esta Cofradía estaría dirigida y supervisada desde la única Parroquia de Caudete y por su clero.

     Desde 1556 a 1619, en estos 63 años, nada he podido averiguar. Este mismo libro están desordenados sus datos. En el archivo del obispado de Cartagena ni en el de Orihuela nada queda. Así que solo podemos imaginar las razones por las que el Obispo Balaguer decide dar estas ordenanzas y capítulos a la Cofradía, bien puede haber sido por iniciativa propia al no disponer de ellos o ser ineficientes, bien por haber surgido cualquier tipo de problema.

Este Obispo de Orihuela, Fray Andrés Balaguer, era un fraile dominico muy conocido en Caudete.  El P: Simón Serrano escribió que tenía predilección por Caudete y “pasaba varios veranos aquí”, lo cierto es que lo hemos localizado durante todas las estaciones y durante muchos años. Gonzalo Vidal Tur, gran conocedor del obispado, dice que “fue muy devoto de la Virgen, que restaura las tradiciones marianas en olvido o casi olvidadas”. Aquí en Caudete está vinculado a reformas y construcciones en Santa Catalina, en 1614 ordenó que el mayordomo de la Ermita del Rosario lo fuera también de Santa Bárbara, reformó la Cofradía del Rosario y construyó la “sala nueva”, 6 habitaciones y otras dependencias en lo que con los años y otros obispos ahora llamamos el Palacio. Quizás ahora les suene más por ser Andrés Balaguer el obispo que pasó las fiestas de la Virgen de Gracia de marzo a agosto y luego a septiembre. También reformó la Mayordomía de la Virgen de Gracia y fue el que ordenó documentar, en 1620, todos los datos que se pudieran recoger sobre la aparición de la Virgen. También fue el que impulsó la obra de El Lucero de Caudete.

Por su todo lo anterior fuera poco, tuvo una gran actividad en todo su obispado restaurando y creando iglesias a la vez que cofradías y cultos. Podemos definirlo como "un obispo integrista al que Felipe III encargó que ayudara a San Juan de Rivera, patriarca de Valencia, tanto a la justificación doctrinal como material en la expulsión de los moriscos de las Diócesis valencianas".

Estos Estatutos, que serían los segundos de la Cofradía pero los primeros conocidos, están orientados al culto eucarístico. Si no me equivoco por culto eucarístico se puede entender en dos sentidos:
1.- El culto a Dios por medio de la Celebración Eucarística pues es la Misa el acto supremo del culto cristiano y
2.- El culto al Santísimo Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, es decir, el reconocimiento y adoración de la presencia Eucarística del Señor. Podríamos pensar que en 1619 sería un culto normal pero en 1556 tiene mucho mérito por cuanto todavía se estaba celebrando el Concilio de Trento que fue precisamente el que definió como verdadera la presencia real y substancial de Cristo en la consagración por el sacerdote durante la Misa.
Los Estatutos previenen que el culto Sacramental puede y debe ser durante la celebración de la Misa pero también durante el resto de la jornada, y  tanto dentro como fuera del templo.

Durante los primeros siglos de la Iglesia el ejercicio del Sacramento de la comunión por los fieles era más infrecuente, de hecho los obispos recomendaban comulgar solo tres o cuatro veces al año. Pero con el tiempo su ejercicio decayó tanto que el Concilio Lateranense IV (1215) estableció la obligatoriedad de que se comulgase al menos una vez al año. En un intento de recuperar y difundir ese sacramento comenzó la Iglesia a promover las manifestaciones del culto eucarístico fuera de la Misa, como la exposición del Santísimo Sacramento, las procesiones, la bendición eucarística, la exposición pública y, más modernamente, los congresos eucarísticos, que Caudete organizó uno en 1946, y recurriendo al auxilio de Cofradías para fomentar también la  piedad privada.

No obstante el deseo de contemplar la Sagrada Hostia alcanzó una rápida y amplísima difusión no sólo entre los eclesiásticos sino también en el mismo pueblo. El rito de la elevación de la hostia y del cáliz empieza a cobrar una gran importancia, solemnizándose el momento con luces e incienso, sonido de campanas y del órgano, interpretación de motetes y rezo de plegarias, etc. En Caudete y hasta no hace mucho aún se tiraban morteretes
También arquitectónicamente las iglesias se modifican para crear sagrarios donde reservar al Santísimo, reservándoles un lugar privilegiado. Para realizar esta exposición pública se adaptaron o construyeron relicarios, sobre todo en la época del Barroco, se construyeron grandes retablos y espléndidas custodias.

Estas cofradías sacramentales también son conocidas como de Minerva precisamente porque tienen su origen en la romana Basílica de Santa María sopra Minerva atendida por el vecino convento de dominicos, Hermandad devocional a la Eucaristía y los Sacramentos, difundida por el Papa Pablo III con la bula “Dominus Noster Iesus Christus” con la que otorgaba indulgencias y beneficios espirituales a los hermanos de estas cofradías. 

Comentar que “todos los fieles cristianos que entrasen en dicha cofradía, el día que entrasen en ella ganan indulgencia plenaria de todos los pecados en forma de jubileo” y también la ganan todos los cofrades que “confesados primero, recibieren con devoción el Santísimo Sacramento de la comunión”. También se establece la conveniencia de acudir a acompañar al Santísimo Sacramento cuando salga de la Parroquia en forma de viático. Caudete era mucho más pequeño y se oirían perfectamente las campanas de la Parroquia cada vez que saliera el sacerdote para dar la comunión y esta obligación se crea para los pocos que permaneciesen en sus casas. No se limita el ingreso pero se advierte que “por su honestidad, no siempre es lícito ni permitido salir de sus casas y acudir a dichos actos (a acompañar al Santísimo)” por lo que les recomienda que “cada vez que oyesen la señal de la campana, arrodilladas en el suelo deberán con devoción rezar un parter noster y un Avemaría, ganan las mismas indulgencias que los hombres que asisten”. Ya lo comentaré más adelante pero también se excluye a las mujeres del gobierno de la cofradía.

Se establece la obligación de procurar que en todas las Iglesias donde estuviere reservado el Santísimo Sacramento se guarde y conserve con la veneración debida “con lámparas de día y de noche continuamente”. También debe procurarse un palio par las procesiones y viático. La Cofradía celebrará Misa los terceros domingos de cada mes, con asistencia obligada de cofrades, recomendándose confesar antes de recibir la comunión. En esa Misa, que será cantada o rezada, y en el momento de alzar el Santísimo sacramento, los cofrades deberán colocar, se supone que antes, luces encendidas y hacer procesión el primer viernes siguiente a la festividad del Santísimo sacramento. Esta festividad no es otra que la del Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) pero entonces llamado Corpus Domimi (Cuerpo del Señor).




Es precisamente la celebración de esta procesión otra prueba que nos induce a afirmar que esta Cofradía estaba organizada y tenía una presencia importante en el calendario caudetano. Esta procesión, como la Cofradía, tiene como finalidad proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento. La institución de la fiesta del Corpus Christi se inicia en Lieja (Alemania) en 1246, y fue extendida por el papa Urbano  IV a toda la iglesia en 1264, lo que contribuyó a popularizar y extender la devoción eucarística. Pronto esta fiesta se convirtió en una de las principales solemnidades del año, tomando parte en la procesión del Santísimo Sacramento todas las clases sociales. Tras el Concilio de Trento, estas procesiones del Corpus se convirtieron en "una pública manifestación de la fe católica y de homenaje a la Eucaristía".

Para el gobierno de esta Cofradía también se determina que serán elegidos 1 sacerdote y dos mayordomos, legos, que sean hombres casados o viudos, con plena capacidad de obrar. El sacerdote será designado por sorteo entre todos los presbíteros al servicio de Santa Catalina (para el sorteo emplea un redolín que era una pieza pequeña, más o menos redonda, con un número pintado) y los dos mayordomos serán nombrados de entre los cofrades que “más a propósito resulten”.

También imponen una limosna de 1 sueldo por la inscripción y 6 dineros al año, a cada cofrade le será pedida la cantidad 3 veces y expulsado si no pagase. El dinero, diners, era una moneda valenciana de poco valor y el sueldo también. Caudete aún pertenecía el reino de Valencia. 1 sueldo eran 12 dineros y el salario de un peón cualificado era de 8 ó 10 dineros diarios. Dicho así la cuota no era muy alta pero si digo que una hogaza de pan costaba 2 dineros la cuota se eleva más.

Luego, en este Primer libro aparecen los nombres de los cofrades hasta llegar al folio 118. No son muchos, ocurre que están ordenados alfabéticamente por el nombre. Luego, en el segundo libro los ordenarán por calles pues así es más fácil y cómodo cobrarles. Aparecen más cuentas, los cargos, gastos, son pocos, y los descargos, ingresos, también son pocos pero siempre superiores a los gastos lo que permite tener un poco de superávit. Lo que, como veremos, no será siempre así. Tanto ingresos como gastos son semejantes de unos años a otros, casi todo se invierte en velas y en pagar a los diferentes predicadores, no hay grandes inversiones ni aparecen reparaciones; siendo la contabilidad en libras valencianas, que era una moneda de plata equivalente a 20 sueldos.
Muestro esta cuenta:  “por el sermón y comida del predicador de dicho año pagaron al convento de capuchinos de esta Villa, 3 Libras”.
El obispo José Gómez Osorio (1732) ordenará que las cuentas las firmen los Mayordomos que las presenten pero no siempre se cumple y el Obispo Gómez de Terán vuelve a repetir el mandato a la vez que ordena que todas las partidas de cargo y data se expliquen con más detalle, individualizándolas. En 1757 ya se ve preciso aportar más ingresos y se acuerda nombrar 4 limosneros para que recojan donativos en las procesiones, misas mayores, que recorran todos los domicilios de la población y también las eras, bodegas y almazaras en tiempo de cosecha para recoger también donativos en especies. Y, lo que es muy interesante, se dan cuenta de derechos económicos y legados que ha recibido esta Cofradía, uno sobre la carnicería municipal, de 12 cabezas y doce pies, (algo simbólico pues se recibe su valor en dinero. Esta carnicería estaba en la calle Mayor nº 1) señalar que pese a que en 1757 Caudete ya no pertenece al Reino de Valencia se sigue llevando la contabilidad en moneda valenciana.

Desde luego la Cofradía ha crecido: hay un Depositario o Tesorero encargado de los fondos, limosnero encargado de repartir limosnas y también de recibirlas, y los cofrades están divididos en numerales y extranumerales. Tras la reforma de 1716 habían 50 cofrades “varones de vida honesta y buen celo”, mayordomos los nombra, que debían aportar mas dinero anualmente, 10 Libras, y sobre los que se sorteaba su número para elegir a  4 como responsables cada año de la cofradía “en lo relativo a lo temporal” y que cubrían el déficit. Por otros acuerdos parece ser que los numerales eran solo los varones cabezas de familia y los extranumerales su esposa o hijos, dándose el caso de que varias viudas conservaban como numeral a su marido fallecido.
Todas las teorías que se tenían durante la lectura de Libro 1º ahora, con el segundo, quedan confirmadas. Y es que el libro primero se perdió al quedar en casa de del sacerdote Bernardino Santmateu que falleció sin devolverlo, y no apareció hasta muchos años después. Por esta razón y desde que se detecta la pérdida se ordena que se guarde en el archivo de Santa Catalina y se prohíbe expresamente que jamás salga de esa habitación. Luego de aparecer el primer libro, del que hemos hablado, se realizan anotaciones en ambos por lo que seguir la historia se hace un poco más complicado.

Confirmado queda que esta cofradía fue creada a instancias del Concejo Municipal y aprobada por el papa Pablo IV. Fue éste un Papa que se opuso firmemente a la reforma protestante y quiso evitar su propagación por todos los medios. No dudó en utilizar a los ejércitos pontificios para este fin, también desarrolló la Inquisición en sus Estados, creó el Índice de libros prohibidos, recluyó a los judíos de Roma en un guetto, dictó normas sobre limpieza de sangre y ordenó que las prácticas eclesiásticas se ajustaran a la más estricta ortodoxia.

El 18 de junio de 1716 hay una reorganización de la Cofradía caudetana. El presbítero Alonso Ángel reunió en la sacristía de Santa Catalina  a cuantos cofrades pudo diciendo que “por la antigüedad de esta cofradía y descuido en su dirección en cuanto a lo temporal” se hacía preciso su refundación. Ahora hay 15 artículos y la regulación es más exhaustiva, tanto en los cargos, su modo de elección, nombramientos de colectores, clavarios y lo novedoso es que, en 1720, se añadirá un 16 para regular las percepciones económicas de los sacerdotes: cuatro sueldos por la Misa cantada del tercer domingo de mes (Misa de Minerva) y 3 sueldos cada vez que sale el sacerdote con el viático, sin distinción de si es de día o de noche o en el pueblo o campo. 

Más adelante, en el folio 91 expone que “atendiendo y considerando la pobreza de esta dicha Cofradía”, no se indican los motivos del cambio pero podemos suponerlos: el Libro 1º se ha extraviado, que es donde están el listado de socios, las cuentas, estatutos, solo se conserva la Bula de creación. También España está padeciendo la guerra de sucesión. En 1707 había tenido lugar la batalla de Almansa y Caudete fue saqueado antes de esa batalla por el ejército austriaco y, después por el francés, con especial rapiña porque nada habían quedado después del primer saqueo. Poco después Caudete perdía su autonomía municipal y era reducido a aldea de Villena.

De resultas de estos cambios, la Cofradía perdió las rentas municipales que disfrutaba como ingresos, además de que muchos cofrades habían muerto o estaban en la más absoluta pobreza. La situación era durísima, la mortalidad alta, el hambre mucha y aún así consiguen comprar un libro nuevo, algo treméndamente caro en esos momentos, y hacer un listado nuevo de cofrades. En lo económico parten de cero pues ni cera tenían. La situación es tan crítica que en los nuevos estatutos se determina que para ingresar en la cofradía ya no será necesario realizar limosna ni tampoco para permanecer en ella.
  

Estas son las cuentas de 1730. He cogido estas pero podía haber puesto otras pues son muy semejantes. En el Cargo, ingresos, se declaran tener 12 libras del año anterior y se han recibido otras 25 en este además de 26 sueldos de limosnas. Como Data o gastos, son 9 Libras por derechos del Clero, decir las Misas, 6 libras por el monumento de jueves santo, 1 libra y 6 sueldos por la pólvora y por el alquiler de los morteretes,  y otras 3 libras al predicador. Redondeando son 43 libras de ingresos y 58 de gastos, lo que arroja un déficit de 15 libras a repartir entre los mayordomos de ese año.
Con todo en el año de 1719, primero que se asienta, la cofradía terminó con un déficit de 17 libras y 6 sueldos.

 Este déficit es crónico y siempre los mayordomos asumen el desfase y perdonan el reembolso a la cofradía. Los gastos oscilan entre 45 y 48 libras y los gastos entre 50 y 55. A partir del año 1748 los gastos suben y se colocan entre 55 y 60 libras anuales, pero no los ingresos que, inclusos descienden. Es precisamente esta escasez de recursos la excusa que arguyen los cofrades para no celebrar la procesión de la Minerva cada tercer domingo de mes. No obstante el Obispo Gómez de Terán es tajante y ordena “que se vuelvan a celebrar estas procesiones independientemente de cómo se celebraban antiguamente y que por la tarde se exponga el Santísimo Sacramento”.

En 1754 el déficit sería de 27 libras y 10 dineros. Destaco que, pese al Decreto de Nueva Planta, en Caudete seguía usándose la moneda valenciana.
No será hasta 1764, 45 años después, que el superávit vuelva a esta cofradía y se debe únicamente a un donativo particular. Pocas alegrías económicas más tuvo esta Cofradía y el siglo XVIII lo terminará en 1795 con un déficit en sus cuentas anuales, pero que es siempre cubierto por los mayordomos de ese año. Apunto a que quizás, sea esta la razón por la que la cofradía no realizó grandes inversiones pues de sobra los mayordomos sabían que habrían de pagar ellos al final del ejercicio. Cuando la economía mejoró se modificó esta cláusula argumentando que era contraria  a los primeros estatutos y se extendió a los extranumerales.
Las demás prescripciones de los estatutos se mantienen muy parecidas pero como no se copian al dictado se altera el orden.Tampoco hay inventario en 1716 porque con seguridad nada había que inventariar, sus bienes habrían desaparecido durante la guerra. El primero que se conserva en el de 1730, el primer asiento es la Bula de erección de la Cofradía, luego aparece un pendón de damasco de color carmesí y un arca de madera con llave para guardar la cera. Es un inventario abierto pues se le van añadiendo más propiedades y solo en algunas se indica la fecha. En 1754 se añadió un palio de terciopelo carmesí, con franjas de seda y bordado el Agnus Dei por dentro. En las cenefas  se bordaron, en los cuatro frentes, las armas de la Villa pues fue el Concejo municipal de Caudete quien lo regaló. Tenía 8 varas sobredoradas y se bordó en Valencia. El último palio lo realizó en el año 1950.

Tras 1716 solo se lleva listado de los 50 cofrades numerarios, realizándose uno nuevo cada 7 u 8 años y el último es el de 1793. Del nombramiento de mayordomos clavarios se hace un acta que refleja sus nombres. Hay poca variación en los apellidos y todos pertenecen a la oligarquía local: son Golf, Algarra, Ortuño, Esteve, Izquierdo, Martínez, Herrero, Carrión, Alberto, Díaz, etc. Los únicos que pueden permitirse pagar 20 o 25 Libras por un año de gestión. Pero es el año 1742 cuando se entrega en el relevo de mayordomos además de la cera las “alaxas” de dicha Cofradía, ¿qué joyas? Quizás se refiera al pendón de damasco carmesí pero nada se dice ni en las cuentas de ese año o anteriores aparecen legados ni otra pista.

El 5 de octubre de 1817 el obispo Simón López y en una de sus estancias en Caudete fiscaliza a esta Cofradía. Y escribe que “hemos hallado una cofradía del Santísimo Sacramento erigida con autoridad de Su Santidad y aprobación de nuestros antecesores, la que se halla enteramente decaída desde el año 1795”. “Y siendo ésta [cofradía] la primera y más principal que debe haber en nuestras iglesiasdebemos mandar y mandamos al cura párroco y al vicario el restablecimiento de dicha cofradía” y se apunta el obispo como primer cofrade con un donativo de 100 reales vellón y otros 20 mensuales. El Obispo escoge la fecha de 1795 porque es la última en que se anotan la presentación de cuentas en el libro. Con tan solo que el Obispo López hubiera pasado un par de folios hubiera visto que hasta 1801 se eligieron mayordomos, luego sí que no hay noticias hasta 1806 y las últimas que se tienen son de 1807. Después nada más, porque termina el Libro 2º.

La causa de la desaparición de la Cofradía, en 1807 y no en 1795, obedece a que España firma un tratado con Francia, el de Fontaineblau, para permitir el paso de tropas y ambas naciones invadir Portugal. Así, el 18 de octubre de 1807 los ejércitos franceses penetran en España y no serán expulsados hasta 1813, desarollándose la llamada guerra de la Independencia. Solo decir que aunque el mariscal Suchet fijó su cuartel en Frente la Higuera, gran parte de sus tropas estaban aquí acantonadas, en este edificio también, y cuando las tropas francesas marcharon en Caudete solo quedaron cenizas y más muertos que vivos. 

Al igual que cien años antes, esta y otras cofradías son abandonadas pues la primera prioridad es la subsistencia material. Así pues y con un poco de retraso podemos corregir al Obispo López y explicarle que cuando ordena reactivar la cofradía solo hacía 10 años que no funcionada y por una causa más que justa. Aunque, cierto es, que otras cofradías no fue necesario el impulso episcopal para volver a funcionar tras la guerra.
El siguiente libro que se conserva comienza en 1852 y llega hasta 1892. Ya no se autoenumera como el tercero ni el cuarto, tan solo como “Libro de los cofrades de la Cofradía del Santísimo Sacramento establecida en la Parroquia de la Villa de Caudete”. Tampoco es necesario especificar más pues Caudete ha tenido una única parroquia, la de Santa Catalina, hasta 1966.  Todo indica que se ha perdido un Libro, quizás dos, el que sería el tercero y que comprendería el intervalo de 1817 a 1852 como mínimo. Comienza este Libro con los correspondientes  Estatutos, ya no por la trascripción de la Bula de erección, otorgados por el obispo Félix Herrero Valverde el 28 de febrero de 1852 “por súplica del párroco y varios vecinos de la Villa”. Son unos estatutos más modernos, tanto en el lenguaje como en los conceptos. Así a los limosneros pasan a ser los colectores o cobradores. Ya no hay sorteo para mayordomos sino que se prevé una Junta presidida por el párroco y formada además por el Vicario, 3 cofrades y un Depositario o tesorero que sería también secretario.

El objeto principal de esta cofradía lo es el promover el mayor culto y veneración al Santísimo Sacramento del Altar y particularmente cuando se lleva por viático a los enfermos” explica la cláusula 6ª. A su ingreso los cofrades pagarán 1 real pero nada dice sobre otros gastos. También, y es nuevo, se establece que cuando fallezca un cofrade otros 4 deberán acompañarlo y se establecen Misas en su recuerdo. Al no existir la anterior división entre cofrades numerarios y extranumerarios todos los cofrades entran en el sorteo anual para ocupar los tres puestos de la Junta y para llevar el palio. Así que los cofrades aparecen ordenados por calles y se señala el año en que ocuparon el cargo y, de ocurrir, el año de fallecimiento. Solo algunos cofrades tienen el “don” delante de su nombre. Son los sacerdotes y miembros del Ayuntamiento pero del resto no sé porqué no lo tienen.

 Ya no se establecen las obligaciones de acompañar al viático ni los turnos de vela en la exposición del Santísimo. Hay otro listado con solo mujeres, también por calles y la fecha de su sorteo. En unos cuantos he podido comprobar que las fechas no coinciden con las de sus maridos pero sí siempre el tratamiento de doña si el esposo lo tiene. Hay rectificaciones, cambios, tachones y arreglos durante 60 folios y en 1880 se hace un nuevo listado. En este listado aparecen calles nuevas pero también cuevas, que antes no estaban -lo que nos permite conocer y analizar el desarrollo urbanístico de Caudete- y apellidos nuevos. Queda mucha Cofradía por explicar ....¡pero eso será en otro momento!"


Joaquin Mollá Francés.










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