Se bautizaron como "Planes E" y permitieron realizar inversiones en mejoras de infraestructuras en los municipios. El objetivo era aminorar el cáncer del paro y ver de reactivar la economía. ¡Habíamos entrado en crisis! El coste de aquellos "Planes E" ascendió a más de 12.000 millones de euros. El local La Sala, el césped artificial del campo de Fútbol, la sede de la Asociación Musical Santa Cecilia o la rotanda situada frente al nuevo Centro de Salud, fueron algunas de las obras que se acometieron con aquellos "Planes E" con un coste superior a 2 millones de euros. Lo que no se controló fue el déficit, que cada día hacía más abultada la deuda municipal.
Poco después de inaugurar el césped artificial del campo de Fútbol de la Cruz, al señor José Luis Rodríguez le sustituía en la Moncloa Mariano Rajoy. En vez de realizar algo similar a los "Planes E", Mariano sacó un Plan distinto, conocido como PPP: Plan de pago a Proveedores para alivio de aquellos Ayuntamientos que estaban en las últimas. En el caso de Caudete nos encontramos con que el Ayuntamiento debía 3,2 millones a distintos proveedores, incluidos los 907.000 € que se adeudaban a Iberdrola por trabajos de ampliación de potencia para el Parque Tecnológico.
Con los "Planes E", los Alcalde habían sacado pecho. Y votos. Con aquellos "Planes" se realizaron infraestructuras y se mejoraron servicios para los ciudadanos. Unos eran mas necesarios que otros. Eran Planes con cierto tinte electoralista mientras que, como he dicho anteriormente, la deuda iba engordando. Las teorías del economista John Maynard Keynes presidían el altar del proceso financiero. Todo lo bueno se acaba y aquella tendencia a gastar, más de lo que se ingresaba, toco un buen día a su fin. Llegaba el momento de pagar lo que se había contratado, para que no nos embargaran.
Para poder hacer frente a las deudas municipales, Cristóbal Montoro les propuso a los Ayuntamientos en apuros, como el nuestro, un Plan diametralmente opuesto a los de Zapatero con el que pudieran pagar a los proveedores. Bancos y Cajas estaban en quiebra y no estaban por la labor de ayudar a las Corporaciones que para sobrevivir necesitaban respiración asistida al haberse reducido los ingresos por culpa de la crisis y tener una deuda por encima del % del sentido común permitido. En época de bonanza no se tuvo la precaución de, por lo menos, actualizar las tasas al coste real del los servicios. Con esa medida habríamos salvado por lo menos los muebles. Sin ingresos y con tasas que no se acercaban, ni de lejos, al coste de los servicios, como por ejemplo, la Piscina Climatizada, la cosa se complicó. Y de que manera.
Los socialistas tuvieron suerte: habían recibido aplausos mientras cortaban las cintas en las inauguraciones de las obras ...¡que no habían pagado! Bruselas nos llamó la atención. Estábamos dentro del euro y al borde de la quiebra. Nuestros socios nos dijeron que había que ajustarse el cinturón para que nos nos intervinieran. El Plan que propuso Montoro a los Ayuntamientos para que pudieran liquidar sus deudas con proveedores consistía en un préstamo a devolver en 10 años a través del ICO, Plan que llevaba cosido en la solapa un Plan de ajuste. Básicamente consistía en acordar como se iban a devolver los préstamos.
El primer Plan de ajuste, redactado en mayo del 2012, no lo voté porque llevaba implícito que devolveríamos el préstamo a través del dinero que recibiríamos por la privatización del agua. Hace unos meses el concejal de Hacienda volvió a llevar a Pleno el mismo Plan para reajustarlo, al no haberse cumplido el primero. Tampoco lo voté ya Francisco Estarellas y José Miguel Molla pretendían cancelar dicho préstamo a través de la privatización del agua potable. A pesar de haber firmado un pacto que recogía la no privatización, sospeché que mantenerme en mi postura podría ser motivo de ruptura, como así ocurrió. ¡Vaya socios tan poco serios!
El PSOE tampoco votó aquel Plan de Ajuste. Propuso una serie de medidas que han salido adelante al haber podido acogernos a una de las variantes apuntadas por el Ministerio de Hacienda: la deuda se aplaza de 10 a 20 años con dos años más de carencia. ¡Un alivio! Por contra, no se tuvo en cuenta mi propuesta sobre el estudio de las plantillas de personal para ajustarlas a los servicios que se prestan, como apuntaba Intervención. Se trataba de racionalizar tareas para hacer efectiva la maquinaria municipal y ver de ajustar, en la medida de lo posible, el Capítulo I de Gastos, el más importante de todos. Lo que es lo mismo: con menos, hacer más.
¡Ah!..Aquellos años en que el Banquero de turno recibía en su despacho al concejal de Hacienda con parabienes, con agasajos y ¡hasta con préstamos!... Aquellos años de contratar gente sin control. Aquellos años de construir jardines, rotondas, fuentes, centros sociales, piscinas, frontones... ¡han pasado a la historia!. Los ingresos se han reducido hasta tal punto que ahora resulta difícil mantener y cuidar las zonas verdes que tenemos. De ahí que solo se hable de ajustes, recortes, encajes, ahorro, agobios...
Dicho lo cual, haber llegado a un acuerdo para aprobar entre todos, aunque solo sea un Plan de ajuste, ¡es una cosa, por infrecuente, muy importante! A veces ocurre que unos ponen los cepos y otros se llevan los pájaros. Es cuestión de suerte. Se me olvidaba decirles que los Planes, incluso los de ajuste, son para cumplirlos. Ya veremos. Que pasen un buen fin de semana. Y como decía mi abuela: que disfruten ustedes mucho y gasten poco.
El domingo por la tarde celebramos la procesión del Corpus, una de las más tradicionales y que con mayor fervor se celebra yo creo que en toda España. Quiero rendirle un pequeño homenaje a D. Antonio Pascual de Teresa que con 96 años cumplidos cuatro días antes le dio la vuelta completa a la procesión sin pedir ayuda. ¡Todo un mérito! Pueden verlo ustedes en la foto realizada en la Puerta de la Villa inclinado ante la carroza que portaba el nuevo monumento eucarístico que este año ha inaugurado la Sacramental.
Para poder hacer frente a las deudas municipales, Cristóbal Montoro les propuso a los Ayuntamientos en apuros, como el nuestro, un Plan diametralmente opuesto a los de Zapatero con el que pudieran pagar a los proveedores. Bancos y Cajas estaban en quiebra y no estaban por la labor de ayudar a las Corporaciones que para sobrevivir necesitaban respiración asistida al haberse reducido los ingresos por culpa de la crisis y tener una deuda por encima del % del sentido común permitido. En época de bonanza no se tuvo la precaución de, por lo menos, actualizar las tasas al coste real del los servicios. Con esa medida habríamos salvado por lo menos los muebles. Sin ingresos y con tasas que no se acercaban, ni de lejos, al coste de los servicios, como por ejemplo, la Piscina Climatizada, la cosa se complicó. Y de que manera.
Los socialistas tuvieron suerte: habían recibido aplausos mientras cortaban las cintas en las inauguraciones de las obras ...¡que no habían pagado! Bruselas nos llamó la atención. Estábamos dentro del euro y al borde de la quiebra. Nuestros socios nos dijeron que había que ajustarse el cinturón para que nos nos intervinieran. El Plan que propuso Montoro a los Ayuntamientos para que pudieran liquidar sus deudas con proveedores consistía en un préstamo a devolver en 10 años a través del ICO, Plan que llevaba cosido en la solapa un Plan de ajuste. Básicamente consistía en acordar como se iban a devolver los préstamos.
El primer Plan de ajuste, redactado en mayo del 2012, no lo voté porque llevaba implícito que devolveríamos el préstamo a través del dinero que recibiríamos por la privatización del agua. Hace unos meses el concejal de Hacienda volvió a llevar a Pleno el mismo Plan para reajustarlo, al no haberse cumplido el primero. Tampoco lo voté ya Francisco Estarellas y José Miguel Molla pretendían cancelar dicho préstamo a través de la privatización del agua potable. A pesar de haber firmado un pacto que recogía la no privatización, sospeché que mantenerme en mi postura podría ser motivo de ruptura, como así ocurrió. ¡Vaya socios tan poco serios!
El PSOE tampoco votó aquel Plan de Ajuste. Propuso una serie de medidas que han salido adelante al haber podido acogernos a una de las variantes apuntadas por el Ministerio de Hacienda: la deuda se aplaza de 10 a 20 años con dos años más de carencia. ¡Un alivio! Por contra, no se tuvo en cuenta mi propuesta sobre el estudio de las plantillas de personal para ajustarlas a los servicios que se prestan, como apuntaba Intervención. Se trataba de racionalizar tareas para hacer efectiva la maquinaria municipal y ver de ajustar, en la medida de lo posible, el Capítulo I de Gastos, el más importante de todos. Lo que es lo mismo: con menos, hacer más.
¡Ah!..Aquellos años en que el Banquero de turno recibía en su despacho al concejal de Hacienda con parabienes, con agasajos y ¡hasta con préstamos!... Aquellos años de contratar gente sin control. Aquellos años de construir jardines, rotondas, fuentes, centros sociales, piscinas, frontones... ¡han pasado a la historia!. Los ingresos se han reducido hasta tal punto que ahora resulta difícil mantener y cuidar las zonas verdes que tenemos. De ahí que solo se hable de ajustes, recortes, encajes, ahorro, agobios...
Dicho lo cual, haber llegado a un acuerdo para aprobar entre todos, aunque solo sea un Plan de ajuste, ¡es una cosa, por infrecuente, muy importante! A veces ocurre que unos ponen los cepos y otros se llevan los pájaros. Es cuestión de suerte. Se me olvidaba decirles que los Planes, incluso los de ajuste, son para cumplirlos. Ya veremos. Que pasen un buen fin de semana. Y como decía mi abuela: que disfruten ustedes mucho y gasten poco.
El domingo por la tarde celebramos la procesión del Corpus, una de las más tradicionales y que con mayor fervor se celebra yo creo que en toda España. Quiero rendirle un pequeño homenaje a D. Antonio Pascual de Teresa que con 96 años cumplidos cuatro días antes le dio la vuelta completa a la procesión sin pedir ayuda. ¡Todo un mérito! Pueden verlo ustedes en la foto realizada en la Puerta de la Villa inclinado ante la carroza que portaba el nuevo monumento eucarístico que este año ha inaugurado la Sacramental.
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