“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

Ante la imposibilidad de compartir los posts que se publican en este blog en facebook se han realizado varios ajustes técnicos para lograr solucionarlo y no ha conseguido.

Lo que nos hace pensar que los artículos que se publicaron en facebook fueron marcados como inapropiados por lectores que no están de acuerdo con la línea editorial de este blog.

Por eso nos hemos visto obligado a crear un nuevo blog para poder seguir exprensándonos de forma libre. Aquí está la nueva dirección.

https://blogjoaquinmedina.blogspot.com/

lunes, 15 de octubre de 2012

Mientras que el equipo de Félix Baumgartner demostró ayer saber subir y bajar, la burbuja inmobiliaria hizo mal el ascenso y peor el aterrizaje. Las consecuencias....¡desastrosas!

                                                                                                                                                                                                                                              



                                                                                      
              A los que no nos apasiona ni mucho ni poco  el futbol,  ayer disfrutamos viendo en directo lo  bien programado y  lo profesional que resultó  el salto estratosférico que  por la tarde-noche  realizaba el austriaco Félix Baumgartner  desde casi 39.000 m  de altura  con un  aterrizaje  suave  sobre el desierto de Nuevo México, y en el sitio previsto. Todo el que vio en directo  bajar a Félix, en algunos instantes a una velocidad cercana a la del sonido   -1.234 km/h-,  pudo comprobar que  el salto no obedecía  a las leyes de  la improvisación  ni del descontrol y que todo estaba perfectamente medido, ensayado y calculado para evitar riesgos y sorpresas. Tardó casi dos horas y media en subir  39.000 m con un globo de helio y algo menos de  seis minutos en tocar tierra de forma suave. Me van a permitir   trazar una semejanza entre  el ascenso y aterrizaje del reto que se había marcado  Félix y el de nuestra burbuja económica-inmobiliaria-financiera.  A los dos,  globo y burbuja, les costó  subir. Pero mientras que el globo subía  bajo control, nuestra burbuja subió despendola, ella sola  y sin ningún tipo control. Si alguien, desde la sala de  mando del Banco de España u otro organismo oficial, advirtió alguna anomalía en el sistema mecánico de elevación, lo amenazaron con retirarle las credenciales y mandarlo a la Guayana Francesa, al mismo sitio que  la Justicia  envió al señor  Papillón.  Nadie podía poner en tela de juicio la sociedad del bienestar creada artificialmente a  la sombra de la burbuja que tan bien funcionaba…. para unos pocos claro. Y mientras que el   aterrizaje de  Félix Baumgartner  estaba controlado para que fuera como deben ser los aterrizajes, suaves y sin peligro, el de nuestra burbuja fue estrepitoso, traumático y violento. ¿Que  no conocían los efectos que tendría subir sin control y aterrizar en caída libre y sin paracaídas? Claro que lo sabían.  Los sinvergüenzas que llevaban los mandos, sabían perfectamente  que la impericia traería hambre, paro, desesperación, recortes y que los jóvenes se convertirían en emigrantes si querían trabajar. ”Zapatero a tus zapatos”, dice el refrán. Eso no ocurrió por la sencilla razón de que, en vez de a profesionales independientes, al frente de los mandos  colocaron  a  los que hacían relojes  de madera programando una ascensión rápida sin un triste plan de aterrizaje que, llegado el momento, nos permitiera ponernos a salvo en caso de peligro.  Desde Bruselas  y desde el  FMI nos mandan ahora a unos señores vestidos de negro a inspeccionar la caja negra para averiguar  en que falló el tren de aterrizaje: no se fían de los controladores de aquí.  Y hacen bien. Enhorabuena a Félix Baumgartner y a su equipo por la profesionalidad que han demostrado en los dos sentidos: en subir y en bajar. ¿Cómo íbamos a bajar nosotros, y en que condiciones íbamos a quedar tras el impacto,  si la subida fue improvisada  con banqueros  y políticos  hechos unos zorros? No se pueden diseñar piscinas difíciles de mantener, trazados de Aves por los que no transita la gente ni Aeropuertos en los que no aterrizan aviones. A nadie que le pase.
 

 

 

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