“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
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martes, 13 de abril de 2010

De la Procesión de la "Comunión Pascual" el día de San Vicente Ferrer,

              Una de las procesiones más entrañables que nuestro pueblo celebra, desde tiempo inmemorial, y que pone de manifiesto la tradición y la fé, es la de ayer, día de San Vicente, conocida como Procesión de la “Comunión Pascual”.

            Tras la temprana celebración de la misa, a los ocho de la mañana y en la Iglesia de San Francisco, la procesión, que tradicionalmente es matutina en recuerdo al antiguo ayuno eucarístico, discurre por Santa Inés, San Jaime, Las Eras, Atleta Antonio Amorós, el Molino, La Nieve, Pintor prez Gil y calle La Cruz para llevar la Comunión a las personas enfermas o impedidas que le deseen.

             Desde El Molino a la calle La Nieve se pasa a través de la Residencia San Juan Evangelista donde también reciben la comunión los ancianos impedidos. El origen de esta práctica está en el cumplimiento de uno de los mandamientos de la Iglesia: comulgar al menos una vez al año por Pascua de Resurrección, acercando así la Liturgia Parroquial al que no puede acudir a ella. 




              Esta procesión, que se hacía antiguamente en muchos pueblos de España, tiene su origen a principios del siglo XVI con un papel estelar de la religiosa Teresa Enríquez. La progresiva secularización de la sociedad, tras la caída del Antiguo Régimen y el anticlericalismo liberal, hace que ya en el siglo XIX en muchos pueblos vaya remitiendo la costumbre del viático en público y sólo vayan quedando, como en nuestro caso, las procesiones de Comunión Pascual.

               Recuerdo de chiquillo cuando el sacerdote iba a dar la comunión a un impedido debajo de una sombrilla (“umbrella”) acompañado de un monaguillo que iba tocando una campanilla que anunciaba que llevaban por la calle al Señor. Se llamaba “toque de los comulgares” y se realizaba con una campanilla especial. Javier Ponce, de la asociación local de Campaneros, podría ilustrarnos más sobre estos singulares y tradicionales toques.

              También recuerdo cuando nuestras abuelas, al oír el toque, se santiguaban y se arrodillaban detrás de las persianas o donde les pillara. En la casa del enfermo, sus familiares tenían preparado, encima de una mesita, dos cirios sobre un mantel blanco donde el Sacerdote depositaba el copón y procedía a darle la comunión. La Banda de Música, que cierra la comitiva, deja de tocar cuando suena la campanilla que indica que están delante de la casa de un enfermo o impedido que ha solicitado la comunión.

               Digo que es una procesión entrañable, entre otras cosas, por que no está masificada y los pocos fieles que asisten saben a lo que van y lo que se está representando. Además del sacerdote Salvador Batalla, que va bajo Palio, y la Cofradía Sacramental, asisten el Alcalde con vara de mando, los concejales de su equipo de gobierno, los de la oposición, representantes de las entidades locales como la Mayordomía, Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Comparsas, y el jefe del puesto de la Guardia Civil, todos ellos con una vela de cera ardiendo.

              Toda la comitiva discurre por las calles arriba mencionadas y no suelen haber muchos espectadores, lo que le aporta a la procesión un aspecto más íntimo y sacro. Cierra el cortejo la Banda que entona marchas procesionales y la Marcha Real, cada vez que el Santísimo entra a un edificio.

               Los vecinos engalanan las calles con plantas aromáticas como tomillo, romero y lirios. Debido a las intensas lluvias, el monte está repleto este año de este tipo de plantas, por lo que la calle La Cruz, al ser mas estrecha, desprendía un agradable aroma. Acabada la Procesión, las vecinas recogían el tomillo para reutilizarlo dando un ejemplo de reciclaje. Quiero agradecerle a Ramón Gisbert las explicaciones que me ha dado para poder escribir este artículo cuyo objeto no es otro que dejar constancia de nuestras tradiciones.

              Hasta la batalla de Almansa, en 1707, perteneció Caudete al Reino de Valencia. La derrota del pretendiente de los Austrias, el Archiduque Carlos, nos privó de muchas de nuestras costumbres, orígenes y de parte de nuestro pasado cultural e histórico, pasado que hay que buscarlo en los archivos de Játiva y Valencia.

              Dentro de unos días celebraremos el día de Castilla La Mancha. Como en el poema “Glosa de la soleá ”, del poeta sevillano Rafael de León, …..“nosotros tenemos el corazón repartido...”. Oficialmente somos de Castilla la Mancha pero, desde el corazón, le seguimos rindiendo tributo a nuestros orígenes y a las ancestrales tradiciones de origen valenciano. Una prueba de ello es tener como fiesta local el día de San Vicente Ferrer, patrono de la Comunidad Valenciana. Es una de las ventajas de ser pueblo fronterizo. ¡No todo se perdió en Almansa, aunque sí lo intentaron!

            Hasta el pasado diciembre, Caudete estuvo representada a lo largo de diez años en las Cortes Valencianas a través de nuestro paisano José Camarasa. Creo que “no fuimos conscientes” del hecho histórico, hasta que una mala jugada política nos privó de un lujo que ya veremos cuando vuelve a repetirse. La historia, desde Zama hasta nuestros días, siempre ha dependido del resultado de una batalla.









Joaquín Medina Iñiguez

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