Son 30 amigos y clientes del bar “Los Mirenos” los que llevan mas de 5 años abonados al mismo número de la Lotería Nacional: el 65.369. El repostero del Bar, Miguel López, es el encargado de distribuir semanalmente los décimos de este número.
Uno de los abonados a este número, Miguel Muñoz mas conocido por “el Molinero”, para ver de tentar a la suerte y “porque lo había oído a alguien en la tele” colocó unas hojas de laurel entre los décimos. Desde entonces, la suerte les ha sonreído: nada menos que ¡¡cuatro semanas seguidas!! ha estado saliendo en la “Lotería Nacional” la terminación 69: desde finales de octubre a mediados de noviembre. La suerte ha ido en aumento y la última semana la terminación de la Lotería Nacional fue el 369.
La coincidencia de esta terminación una o dos veces no sería significativa ni noticiable. Pero que cuatro veces seguidas resulte premiada la terminación del 69 tras colocar unas hojas de laurel junto a los números rompe todo cálculo teórico de probabilidades y atenta contra las leyes de la combinatoria.
Haciendo un poco de historia diremos que del laurel conocemos muchas aplicaciones. En medicina se usa como tónico estomacal y estimulante del apetito. El aceite obtenido de los frutos se usaba tradicionalmente para el tratamiento de inflamaciones osteoarticulares. La madera del laurel es muy apropiada en trabajos de marquetería. Y no digamos en gastronomía. La mujer de Miguel, excelente cocinera, sabe que un cocido sin una hoja de laurel se queda cojo de sabor.
Según la “mitología” el laurel es la transformación de la ninfa Dafne que al ser perseguida por Apolo es salvada por Zeus transformándola en árbol. Apolo cortó dos ramas y las trenzó elaborando una corona que usaban los generales y emperadores de la antigua Roma y que han llegado como símbolo de la “victoria” hasta nuestros días. Las hojas de laurel fueron puestas en las cabezas de los atletas medallistas Olímpicos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 como se hacía en Olimpia hace 25 siglos.
Además de todas las utilidades, historias y propiedades que sobre el laurel podemos leer en cualquier enciclopedia ya conocemos otra nada baladí: inductor directo de la suerte y la fortuna. Las hojas de laurel que puso Miguel en la caja donde guarda los números así lo han confirmado. Les ha tocado la “lotería” con el laurel.
Espero que Miguel no retire el laurel de la caja ya que el otro día me vendió uno de los pocos décimos que le quedaban del 65.369 para Navidad. En último extremo, siempre podrá su mujer reutilizar las hojas para un hacer un buen estofado de carne. De salir premiado este número el 22 de diciembre, le he propuesto a Miguel buscar simiente y dedicarnos en exclusividad a plantar “laureles” y vender o alquilar hojas.
Joaquín Medina Iñiguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario