Hoy se cumplen 25 años de aquella Moción de Censura que el Grupo Independiente, liderado por Lillo y Serrano, le presentaron a los socialistas después de haber estado dos años coaligados. El inicio de esta Moción se gestaba a partir de mayo del 1991 tras el ajustado resultado de las Elecciones Municipales: 5 concejales G.I., (1940); 5 PSOE (1932); 2 PP (799) y 1 CDS (402). El Grupo Independiente fue el partido ganador por una exigua diferencia de 8 votos.
Aquella misma noche, Francisco Martinez Sandoval, número uno del PP, rodaba la bandera con el segundo de la lista, Juan García Bañón. Habían tenido sus diferencias ya que mientras que Sandoval barajaba la opción de apoyar a Lillo en el Pleno de Investidura Juan aprovechaba cualquier intervención de la Campaña Electoral para arremeter contra él. Esta actitud tan beligerante, hacía peligrar un gobierno de coalición PP-G.I en la que Sandoval se veía de Primer Teniente de Alcalde.
Veinte días después, en el Pleno de Investidura, Juan y Antonio Requena, del CDS, le daban los votos a los socialistas. Vicente Lillo cedía la Alcaldía a Vicente Sánchez después de 12 años como primer edil y haber ganado las dos ultimas Elecciones por mayoría absoluta, y la del 91 por 8 votos.
La Legislatura echaba a andar tras 20 días plagados de polémica y enfrentamientos políticos y personales de los que, curiosamente, el más agrio era el de Juan con Sandoval. Juan entraba a formar parte de la Junta de Gobierno colaborando con los socialistas y Sandoval, se quedaba compuesto y sin novia.
Nueve meses más tarde, en marzo de 1992, y contra todo pronostico, los socialistas pactaban con los Independientes y Juan, sintiéndose engañado y utilizado, abandonaba el Gobierno socialista para dar paso a continuación a un pacto entre socialistas e independientes.
Juan de Dios Izquierdo y Pepe Bono, que mantenían una buena relación, institucional y personal con Lillo, fueron los muñidores del Pacto G.I.- PSOE. ¡¡Enemigos irreconciliables pactando¡¡. Lillo, ni quiso ni tenía ganas de aparecer en escena como concejal después de haber sido Alcalde de Caudete durante 12 años.
Fueron sus pupilos, Pepe Abad y Pepe Serrano, los que entraron a formar parte de la Junta de Gobierno para sacarles las castañas del fuego a los socialistas: Abad, como responsable de Hacienda (tenía experiencia ya que había controlado los Gastos e Ingresos Municipales los cuatro años anteriores) y Serrano, en Industria.
En plan irónico, Antonio Requena le dijo a los socialistas, tras conocer el Pacto...."en el pecado lleváis la penitencia". ¡Dio en el centro de la diana!, a juzgar por como acabaron los socialistas con sus "socios" dos anos después.
El Pacto duró hasta que saltó por los aires: 26 meses. La relación ...¡siempre fue tensa!. Los Independientes calificarían más tarde a Sánchez Mira de "prepotente, poco dado al diálogo y de obstaculizar la tarea de sus socios, sobre todo, en la contención del gasto".
La situación, personal y política, se fue haciendo cada vez más insostenible hasta que el G.I. firmó una Moción tras llegar a un acuerdo con Juan. ¡Las vueltas que da la vida!. No es aconsejable, en política, decir "de esta agua no beberé ni esta cura no es mi padre". Los enemigos, tras conocerse con más sosiego y profundidad, ¡dejaron de serlo!. Algo similar al síndrome de Estocolmo. Resultó que Juan descubrió que el bueno, no era tan bueno, y que el malo no era tan malo.
Para que la Moción llegara a materializarse, Lillo impuso una condición: Juan, que lo había apeado de la Alcaldía, no sería el que de nuevo lo rehabilitara como Alcalde. Le dijo que tendría que dimitir. Le sustituyó el tercero de la lista del PP, Antonio Tomás Camarasa, que, junto con Sandoval y los cinco concejales del G.I. firmaron la infausta Moción que, de momento, se guardó en un cajón.... ¡por muy poco tiempo!.
Juan se resarcía de la jugada que le habían hecho los socialistas. Otro concejal introduce una ligera variante. Dice que fue Juan el que le propuso a Lillo estar dispuesto a dimitir siempre que el G.I. presentara una Moción de Censura y tirara a Sánchez a la calle. No. No llevaba bien que lo hubieran utilizado.
Como unas semanas después los socialistas echaron de la Junta de Gobierno a Abad y a Serrano a este último le faltó tiempo para decirle a Lillo que sacara la Moción del cajón para llevarla al Ayuntamiento y presentarla por registro de entrada. Ya no había marcha atrás. Los socialistas no se habían leído "El Arte de la Guerra", del chino Sun Tzu, que, en su Capítulo VI dice: "al enemigo nunca hay que subestimarlo" ni tampoco la cita que dice "la altivez y la prepotencia con tus aliados son malas consejeras para dominar la situación".
El Pleno se celebró el 24 de mayo por la tarde de 1994. Hace pues 25 años. Fue un Pleno tenso. Los socialistas llevaban mal una Moción que nunca pensaron que sus socios serian capaces de presentarla. El día anterior socios, simpatizantes y allegados se reunían en el "Bar Picola" para darle calor al que al día siguiente tendría que devolverle la vara de mando a Lillo.
Esta es una breve crónica de la primera Moción de Censura que se celebró en Caudete y de quienes fueron sus protagonistas. Algunos de ellos ya no están con nosotros. Lo que no cabe duda es que una Moción, en un pueblo pequeño, como el nuestro, deja relaciones rotas por el camino con heridas de larga y difícil cicatrización.
Pero, queridos amigos: la política es así y aunque la aritmética diga que Elecciones las ganó Vicente Lillo, los pactos, en democracia, están a la orden del día permitiendo que los que antes de abrir las urnas ¡se llevan a matar!, semanas más tarde comerán en la misma mesa.
Lo más sangrante de esta historia fue la utilización de una persona en beneficio de los intereses del partido. Los dirigentes socialistas de Albacete y Toledo utilizaron a Bañón durante un periodo de tiempo porque el Pacto G.I.-PSOE, de haberse realizado al inicio de la Legislatura, hubiera estado mal visto ....por unos y otros.
Pero, nueve meses más tarde.....¡NO! ¿Que Bañón abandonó a los socialistas? ...Claro, ¡no le dejaron otro camino!. Lo que si se cumplió, a rajatabla, fue la sentencia que Antonio Requena les anunció a los socialistas tras realizar el pacto con sus rivales: "en el pecado lleváis la penitencia".
Me encanta esta crónica, Chimo has contado todo tal y como pasó!!! Nunca Caudete se vio tan próspero como el la época del Grupo Independiente.
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