En el Digital de Albacete he leído dos noticias que se refieren a penas solicitadas por la Fiscalía ante delitos de robos. El Juzgado de lo Penal número Uno de Albacete dictaba sentencia, hace unos meses, condenando a un hombre a dos años y medio de prisión por robar a una mujer en plena calle de Caudete. A esta pena se le añadía otro año y medio más de prisión por un delito de lesiones ya que tras el robo la víctima sufrió un golpe. Estos hechos ocurrieron en noviembre del pasado año. El acusado le pegó un tirón al bolso que llevaba la señora, que en su interior llevaba 85 euros. El valor de la cartera se tasó en 20 euros y el bolso en 30 €. La indemnización que debía abonar a la mujer era de 7.446 €
La segunda noticia es más reciente. Decía, hace unos días, que dos hombres se enfrentan, cada uno a cinco años de prisión, por entrar a robar en una vivienda habitada en Caudete por una persona con discapacidad física llevándose una cartera y un teléfono movil. En la cartera vieron una tarjeta de crédito y el número PIN de la misma. Los dos acusados fueron a un cajero y, ocultando el rostro para no ser identificados, realizaron dos reintegros de 600 euros.
Sinceramente les diré que uno se lleva mucha alegría cuando las fuerzas del Orden Público detienen a estos delincuentes y la Justicia, aunque lenta, juzga y condena a estos angelitos que muchas veces tienen detrás una ámplia carrera delictiva. Pero, al mismo tiempo, uno siente perplejidad ante las dos varas de medir que utiliza la Justicia. Si a uno le pueden caer 5 años de prisión por robar 600 euros...¿a cuanto tiempo habrá que condenar a los señores Directores que han dejado Cajas de Ahorros como, por ejemplo, la de Castilla La Mancha o la CAM, más tiesas que la mojama?
Estamos hablando de muchos miles de millones de euros los que se esfumaron, los que desaparecieron como por arte de magia por la negligente actuación de quienes tenían la obligación de velar por el buen funcionamiento de estas entidades ya que para ello disfrutaban de sueldos millonarios. Si a uno por robar 600 euros le caen cinco años de cárcel, insisto, ¿cuantos años de privatización de libertad tendrían que caerles a estos señores que sumieron a muchos españoles en una situación de pobreza, hasta ahora inimaginable, como Granados, Abad, Blesa, Rato, Pujol, Bárcenas, Molto y así hasta cien imputados?
No se dan cuenta los Jueces que ante estos hechos el ciudadano detecta que no existe proporcionalidad entre el delito causado y la pena impuesta dependiendo de quien sea el delincuente. Recuerden a aquella chica de Requena (Valencia) que sacó 380 euros del cajero de una entidad bancaria con una tarjeta de crédito, que se había encontrado por la calle, para comprar pañales para sus hijos. No entró en la cárcel porque hubo una movilización social y se recogieron 50.000 firmas. Sin la movilizacion, esta chica habría entrado en la carcel varios años. No quiero ni acordarme de la Doctrina Parot y de la desazón que sus consecuencias provocaron.
Pascual Maragall, en sede Parlamentaria, le dejó caer a Arturo Más que su problema era "el tres por ciento". Cármen Calvo Poyato, Minista de Cultura con Zapatero, dijo, con mucha soltura y aplomo en una rueda de prensa: "Estamos manejando dinero público pero este dinero no es de nadie". Mariano Rajoy, candidato a la Presidente del Gobierno, le dió ánimos a su amigo y correligionario Barcenas: "Sé fuerte Luís. Aguanta muchacho que cuando pueda iré a sacarte del truyo". Era lógico que una economía pública, llevada de esta manera, terminara como ha terminado: saqueada y arruinada.
Ya sé que en estas actuaciones no hubo ni "intimidación" ni "fuerza", circunstancias que de darse, el Código Penal tipifica y castiga el robo, por ejemplo, de una gallina con un año de cárcel. Rodrigo Rato o Hernández Moltó y tantos otros no utilizaron ni una cosa ni la otra. Coincidiran conmigo que la circunstancia de haber dejado sin ilusión, sin futuro, sin trabajo y en la calle a mucha gente son mucho peores que la fuerza y la intimidación. Pero ...¡no las recoge el Código Penal!. Por ahí es por donde se libran estos presuntos señores sinverguenzas.
Tras decir en una rueda de prensa que "el dinero público no era de nadie", esta buena señora debio ser inmediatamente detenida y encerrada por crear "alarma social". Pero ¡cómo que el dinero público no es de nadie! Es tan mío como tuyo, querido lector. Y alguien, con nombre y apellidos, se lo ha llevado y todavía no lo ha devuelto. De aplicar la Justicia la misma pena a estos delincuentes de guante blanco que a los del tirón de bolso en mi pueblo, el problema estaba resuelto. Pero.. ¡no es así! Lo más lamentable de todo: que somos nosotros los que pagamos el rescate y sus consecuencias, dicen que para evitar males mayores, rescate que D. Mariano Rajoy niega hasta la saciedad por cuestiones electoralistas.
Pascual Maragall, en sede Parlamentaria, le dejó caer a Arturo Más que su problema era "el tres por ciento". Cármen Calvo Poyato, Minista de Cultura con Zapatero, dijo, con mucha soltura y aplomo en una rueda de prensa: "Estamos manejando dinero público pero este dinero no es de nadie". Mariano Rajoy, candidato a la Presidente del Gobierno, le dió ánimos a su amigo y correligionario Barcenas: "Sé fuerte Luís. Aguanta muchacho que cuando pueda iré a sacarte del truyo". Era lógico que una economía pública, llevada de esta manera, terminara como ha terminado: saqueada y arruinada.
Ya sé que en estas actuaciones no hubo ni "intimidación" ni "fuerza", circunstancias que de darse, el Código Penal tipifica y castiga el robo, por ejemplo, de una gallina con un año de cárcel. Rodrigo Rato o Hernández Moltó y tantos otros no utilizaron ni una cosa ni la otra. Coincidiran conmigo que la circunstancia de haber dejado sin ilusión, sin futuro, sin trabajo y en la calle a mucha gente son mucho peores que la fuerza y la intimidación. Pero ...¡no las recoge el Código Penal!. Por ahí es por donde se libran estos presuntos señores sinverguenzas.
Tras decir en una rueda de prensa que "el dinero público no era de nadie", esta buena señora debio ser inmediatamente detenida y encerrada por crear "alarma social". Pero ¡cómo que el dinero público no es de nadie! Es tan mío como tuyo, querido lector. Y alguien, con nombre y apellidos, se lo ha llevado y todavía no lo ha devuelto. De aplicar la Justicia la misma pena a estos delincuentes de guante blanco que a los del tirón de bolso en mi pueblo, el problema estaba resuelto. Pero.. ¡no es así! Lo más lamentable de todo: que somos nosotros los que pagamos el rescate y sus consecuencias, dicen que para evitar males mayores, rescate que D. Mariano Rajoy niega hasta la saciedad por cuestiones electoralistas.
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