Esta es una crónica de lo ocurrido hace unos cuantos años en la Plaza del Carmen. La arquitectura tiene esa ventaja: todas las personas pueden aportar su criterio y su punto de vista. Por estar en la calle, es el arte de todos. Esta anécdota la cuento para que, ante alguna actuación similar, suscite debate. En el fondo no deja de ser una cuestión de sensibilidades.
Tal vez este en un error y resulte que los materiales empleados en esta fachada fueron en su día motivo de análisis. ¡No lo sé! Esto es más o menos lo que ocurrió. Estoy convencido que al Arquitecto que le encargaron el proyecto de la sede de Caja de Castilla La Mancha, -en el solar donde estaba el Bar París- no se molestó ni mucho ni poco en conocer las costumbres y aficiones arquitectónicas de Caudete.
De haberse dado una vuelta por la población, que digo, ¡por la Plaza del Carmen! no habría utilizado madera en los balcones ni en los aleros. Mi teoría es que lo llamaron por teléfono para encargarle el proyecto y como la portada de la guía Telefónica de aquel año -hagan memoria- era una fotografía de la plaza de Tarazona de la Mancha, pensó que en Caudete el uso de la madera estaba tan extendido como en esa población manchega.
Solo hay otros dos casos similares que emplearon madera -frente al Centro de Salud y en la residencia San Juan Evangelista-, pero al no estar en el casco antiguo, la cosa no tiene importancia ni trascendencia.
En la fachada que proyectó el Arquitecto en la Plaza del Carmen, ya digo, por encargo de Caja de Castilla La Mancha, se observa enseguida que la madera ....¡no pega ni con cola en un entorno donde todas las fachadas utilizan la forja en los balcones! ¿Se despistó? Lo cierto es que no estuvo atinado al elegir los materiales.
Observen más abajo una pequeña muestra de la extraordinaria riqueza que tenemos en balcones y rejas de forja de una gran variedad de modelos lo que pone de manifiesto que en el pueblo había excelentes herreros, destacando, entre ellos, a Francisco Sivó. Ahí están sus nietos que son excelentes profesionales en varias disciplinas, como el padre. Toda una saga Sivó desde finales del siglo XIX.
Se conoce como la Edad del Hierro la aparición de este metal en el siglo XII antes de Cristo en tres lugares distintos: Oriente Próximo, La India y Grecia. Si bien el punto de fusión era mas elevado que el bronce, pronto se convirtió en una metal muy apreciado por su dureza y por su abundancia en la naturaleza. Su uso fue todo una revolución en el arte de la guerra y la agricultura. Un ejército con espadas de hierro era invencible. Junto con la madera y el barro cocido es el elemento mas utilizado por el hombre desde Noé.
A mediados del siglo XIX, de nuevo el hierro es protagonista de otra revolución conocida como Revolución Industrial. Mas tarde, con nuevas técnicas de fabricación se transforma en acero al añadirle carbono y vuelve a marcar otro hito en el desarrollo tecnológico. En Caudete tenemos mas de 400 balcones y rejas realizados en distintos tipos de forja, similares a los que podemos ver por todos los pueblos de España, y gran parte de Europa, repartidos por todo el pueblo, especialmente en el casco antiguo- calles Mayor, Virgen de Gracia, Plaza el Carmen y Plaza la Iglesia, Nueva, Estrecha, Juan López, San Antonio, Santa Bárbara, Las Eras, El Molino...-
El uso de rejas artísticas coincide con una época de pujanza y despegue económico local, basado en la agricultura y en concreto la víd y sus derivados. Los beneficios económicos que proporcionaron el vino y el alcohol, en gran parte se invirtieron en la construcción de muchas casas nobles con excelentes diseños de balcones y rejas de forja. Ninguno de madera.
Las hay de muchos tipos y formas, como podrán observar. Uno de los cerrajeros mas conocidos era Francisco Sivó, que tenía la cerrajería en la calle El Molino. Todavía pueden apreciarse en la puerta del taller su iniciales, "F" y "S", adornadas con motivos florales. Muchas rejas, como las de la casa del que fuera Alcalde, Pedro Revenga en la calle Mayor, salieron de la fragua y del ingenio de Francisco Sivó.
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