“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
Comunicado Importante

Ante la imposibilidad de compartir los posts que se publican en este blog en facebook se han realizado varios ajustes técnicos para lograr solucionarlo y no ha conseguido.

Lo que nos hace pensar que los artículos que se publicaron en facebook fueron marcados como inapropiados por lectores que no están de acuerdo con la línea editorial de este blog.

Por eso nos hemos visto obligado a crear un nuevo blog para poder seguir exprensándonos de forma libre. Aquí está la nueva dirección.

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sábado, 18 de enero de 2020

"Neoliberalismo: entre Tiranía y Gobierno débil", por Óscar de Caso. "Cuando se trabajó por incentivos económicos apareció la pobreza"...

         Antes del capitalismo, la gente tenía que trabajar porque era una obligación social, tradición o costumbre. Más tarde, cuando se trabajó por incentivos económicos, apareció la pobreza del individuo, el desempleado que no puede alimentarse.

 En tiempos anteriores la sociedad no podía desentenderse de la mala suerte de estas personas. Así podemos entender que el individualismo capitalista es una consecuencia de la pobreza.

          El neoliberalismo comienza a incubarse en los años veinte del siglo pasado, de modo larvario en la escuela austriaca de economía. Comienza su floración, sin duda, en la Escuela de Chicago por obra y desgracia de Milton Friedman. Al neoliberalismo le llega su oportunidad de dar fruto en la década de los sesenta a consecuencia de la fulminante subida de los precios del petróleo.

          Los neoliberales profesan en común una desconfianza feroz en la intervención del Estado en la economía, ¡Qué digo! Ellos creen que los gobiernos son incapaces de mejorar los resultados económicos.

          Escribamos la diferencia entre liberalismo y neoliberalismo: los primeros, pretendían un Estado “débil”; los segundos quieren que el Estado se subordine a las necesidades competitivas (maldita palabra) de los mercados: desean gobiernos flojos, limitados, que puedan sustituirse con unas elecciones y que no influyan en la economía del capitalismo. Ahora bien, benditos lectores, puestos a escoger prefiero un gobierno democrático de libre mercado que un régimen autoritario.
          Friedrich Hayek, uno de los tres “papás” del neoliberalismo de finales del siglo pasado quedó gratamente impresionado durante el régimen de Pinochet, antes incluso de Reagan o Thatcher, como laboratorio de ideas neoliberales.

          En épocas anteriores se consideraban tecnócratas a aquellas personas con carreras de ingeniero o científico; a día de hoy, la manifestación principal de la tecnocracia es el economista neoliberal. Llega a prometer sin vacilación que si se le otorga poder decisorio garantiza mejores resultados que aquellos elegidos por el pueblo.

          Resulta de verdad curioso que se creen agencias reguladoras de economía al frente de las cuales se colocan a “expertos independientes”. No hay, en cambio, agencias independientes que regulen el sistema sanitario, el mercado de trabajo, las pensiones.

 Estos tipos han creado dos mundos: uno, el suyo, el económico, despolitizado y protegido de manera especial; y el otro, en lo que se refiere a la justicia, la igualdad y la redistribución que debe ser resuelto por los políticos.
          Con el fin de poder recuperar el poder para el pueblo hay que fortalecer al Estado desalojando a las élites, creando una coalición ancha y transversal con un fuerte mandato para retirar los obstáculos que impiden al Estado políticas de interés para la gente. 

Si las clases populares se hacen con el control del Estado, se podrán realizar políticas progresistas públicas que siempre ha demandado la mayoría social, porque hasta ahora los partidos tradicionales no han sabido (o quizás, podido) asegurar una seguridad económica a la población, rompiendo el vínculo representativo que les debía de unir.

          Los mensajes de los partidos políticos, en el caso de la izquierda, se concentran en hacernos creer que desde el poder político se pueden elaborar programas ambiciosos y profundos con carácter social y económico.

          Una marcada intencionalidad crítica hacia el poder, hacia los dirigentes, hacia las altas cúpulas de la sociedad que arrasan con todo y  cierran las puertas del porvenir a las generaciones más jóvenes . Éste es el resumen de la canción “No esperes” del disco “Cada loco con su tema” de 1983 escrita por Joan Manuel Serrat.
No esperes que un hombre muera
para saber que todo corre peligro,
ni a que te cuenten los libros
lo que están tramando ahí fuera.
No esperes a que te den los planos

para satisfacer tu curiosidad,

ni a que el aire también sea de pago
para gozar el placer de respirar.
No esperes golpes de suerte,

seguirás a su merced

mientras haya gente que
trafique con la muerte.
No esperes de ningún modo

que se dignen consentir

tu acceso al porvenir
los que hoy arrasan con todo.
No esperes a que se acaben

para desear las cosas más que nunca

ni a responder las preguntas
cuando los otros se callen.
No esperes el consentimiento

ni a que te proporcionen un manual,

ni a que el horóscopo te sea propicio,
ni a que el cielo te mande una señal.

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