La fiesta nos han dejado exaustos y de nuevo volvemos a la normalidad y a la rutina de ver la tele y enterarnos de lo que pasa a nuestro alrededor. El negocio de la información es extraordinario. Es tal la cantidad de noticias que los medios nos trasmiten al día -televisiones, periódicos, internet, radio..- que necesitaríamos un mes para ponernos al día de todo cuando a diario ocurre a nuestro alrededor. La pasada semana nos daban a conocer una serie de cifras que, por su magnitud, traspasan el conocimiento matemático de la inmensa mayoria de ciudadanos. Por una parte nos enterábamos que una nave no tripulada, el Voyager I, lanzada por la NASA hace 35 años, se había salido del sistema solar y se encontraba muy lejos: a 20.000 millones de kilómetros. Dada la situacion, muchos continúan estando tan lejos, como la nave, de encontrar un triste trabajo para subsistir. El Gobierno dice que la cosa va mejorando. Será para ellos, porque los medios nos abrumaban con otro cifra, esta tambien de caracter astronómico: el déficit del Estado se ha disparado en el primer semestre y se acerca al billón de euros: 942.000 millones de euros lo que representa el 92% del PIB y, segun el FMI, seguirá creciendo hasta el 106 % en el año 2018. No disponemos de calculadoras con suficientes dígitos que nos den esta cifra en pesetas para que una gran mayoría entiendan, por comparación, de que cantidad estamos hablando. Algunos hacían una pequeña división y lo traducían a nuestras entendederas: cada español debemos 20.000 €. Lo que nadie se atreve a pronosticar es cómo se va a pagar esta deuda ...si es que se puede pagar. Los medios han capitalizado estos días otra información: los catalanes quieran abandonar el barco, precisamente ahora. Gente solidaria, estos tipos.
Despues de la tempestad ....siempre viene la calma.
A esta cantidad hay que sumar los 1.000 € que cada caudetano debemos a los Bancos. Espero que algún dia levantemos la cabeza y podamos programar el futuro. Menos mal que no todo son datos pesimistas. Los inversores en renta variables empiezan a respirar: el IBEX-35 rompió la barrera psicológica de los 9.000 puntos. No todo son malas noticias, pues. Lo malo es que este incremento es inversamente proporcional a la ausencia total de bienestar social entre una inmensa mayoría de españoles que, de la noche a la mañana, se encuentran sin trabajo a pesar de que la Constitución lo consagra como un derecho en el art. 35 que dice: "todos los españoles tienen derecho al trabajo" y en su Preámbulo donde puede leerse "el Estado promoverá la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida". No solo no se encuentra trabajo sino que el patrimonio que hemos acumulado a lo largo de muchos años, a base de esfuerzo y ahorro -la vivienda, por ejemplo- se ha depreciado a niveles escandalosos. El Papa ....¡tiene mas razón que un santo! cuando afirma:
Otra noticia que estaba en candelero, y que ha dado mucho que hablar mientras estabamos pegando tiros por las calles de Caudete -este año menos por el precio de la pólvora y, sobre todo, por un futuro cada vez mas incierto para el padre de familia y sus hijos que tienen que emigrar en busca de trabajo- ha sido sobre el Peñón de Gibraltar. Nuestros vecinos nos toman por el pito del sereno sabedores de la poca relevancia que tenemos en el exterior por culpa de una pésima gestión económica interior y, sobre todo, de la falta de autoestima y carencia de mandos profesionales, situación esta que arranca de 1898, dando origen a una generación literaria, y que se consolidó con el desastre de Annual en el verano de 1921. Sobre la marcha, conocíamos que la tierra que estan utilizando los ingleses para incumplir el tratado de Utrech -ampliar la superficie del Peñon- la estaban llevando camiones españoles desde la vecina poblacion de La Linea. "Manda cojones ", que diría Federico Trillo. Pero, no siempre fué así. Hay hechos, lástimas que aislados, que hace que nos sintamos orgullosos del pago de impuestos.
Menudo berrinche cogió, en 1741, Jorge II de Inglatera, cuando un militar español -con un par- llamado Blas de Lezo y Olavarrieta -nacido en Pasajes- derrotó al comandante inglés Egward Vernon que pretendia tomar Cartagena de Indias por las bravas. Este tipo se había apoderado anteriormente de una ciudad desguarnecida, Portobelo, en Panama. Pensó que, si aquello había sido un paseo militar, el resto de las posesiones españolas en América caerían de la misma forma que una fruta madura cae del árbol. Pero se equivocó. El origen de esta guerra, que nosotros llamamos "del Asiento" y los ingleses de "la Oreja de Jenkins", fue uno de los últimos momentos gloriosos del ejército español. Los ingleses habían tomado la costumbre de practicar el contrabando en aguas españoles. Una cosa parecida realizan ahora en el Peñon con la práctica del Paraiso Fiscal. Un buen día de 1731 un oficial pillo a un contrabandista. Estaba arto y le cortó una oreja y, en tono amenazador, le dijo: "Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré, si a lo mismo se atreve". El contrabandista, Robert Jenkins, con una oreja de menos contó en la Corte de Londres lo ocurrido. La Guerra que se inició se alargó varios años. En 1741 es cuando Blas de Lezo, se convierte en un héroe al derrotar, de forma humillnate, a la armada inglesa con escasos medios.
Otro, en su situación, hubiera entregado la Plaza. ¡No les quepa la menor duda! Ya lo dijo una Ministra de Zapatero, un 29 de mayo del 2004, Dª Carmen Calvo Poyato: "estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie". Dª Carmen .."había entregado la plaza a los ingleses al primer cañonazo". Sin embargo, el pasaje bélico de D. Blas tiene mucha similitud con el Paso de las Termópilas, donde el espartano Leónidas, con solo trescientos soldados, puso en jaque al ejercito del imperio persa. Resulta curioso que sepamos tan poco de la heróica gesta de este vasco: Blas de Lezo. Nuestro problema siempre es el mismo: falta de dirección capacitada, honesta y decidida. Y de patriotismo. Blas es uno de los pocos que se salva. Y eso que le faltaba una pierna, un brazo y un ojo. Los ingleses saben perfectamente que con Blas, como lo había sido antes Gonzalo Fernández "El Gran Capitán", se extinguío la casta de personas capaces de "plantarle cara al lucero del alba" ya sea desde una tribuna o desde la cubierta de un barco. No nos tiene que extrañar lo que esta ocurriendo en el Peñón. Y con la economía española.
Desde hace una semana, la campana de la Torre de la Iglesia del Carmen da los cuartos, la media, los tres cuartos y las horas desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche, horario para no molestar a los vecinos. En verano, los toques respetaran la hora de la siesta. Es un sonido metálico, suave, cantarin y muy llevadero. Produce un efecto balsámico y relajante. Algo parecido al rumor del agua cuando se desliza en pendiente entre las piedras. Recuperamos así una secular tradición que se perdió hace unas décadas. Y recuperar una tradición es siempre un acontecimiento. Enhorabuena a los Carmelitas por recordarnos de esta forma tan popular en que momento del día nos encontramos.
Campana de la Torre de la Iglesia del Carmen,
inaugurada el 16 de julio por el Obispo
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